Black | CodyC.

110 | Final

𝗡𝗔𝗥𝗥𝗔𝗗𝗢𝗥 𝗢𝗠𝗡𝗜𝗦𝗖𝗜𝗘𝗡𝗧𝗘:

   Una mujer de rubia cabellera baja de la camioneta negra tras haberla estacionado frente a su casa, abre la puerta de la entrada con una gran sonrisa por volver a casa, la cual se esfuma rápidamente al ver a su hijo bajar con una expresión de enojo y los puños apretados en dirección a su padre.
   Cody permanecía de brazos cruzados sentado en el sillón de la sala, con el ceño fruncido y la mirada puesta en el suelo.

—Lo haré, no me importan las consecuencias. Era mi amigo.—Dice su hijo cuando llega hacia su padre.

—Enserio me gustaría que lo hicieras, pero no esta bien.—suspira pesadamente antes de mirar a su hijo—Y tu madre nos matará, a ti por hacerlo y a mi por dejarte.

—Lo se papa, pero en este momento no me importan las consecuencias.—Respondes caminando de un lado a otro.

—Eso me dolió—los chicos voltean a verla con sorpresa, su hijo James palidece al verla parada frente a ellos.

—Mama—sonríe nervioso a su madre, se acerca y besa la mejilla de Tessa.

—¿Que pasa?—pregunta seria, sin corresponder al abrazo de su hijo—Tienen un minuto o llamaré a Lydia—los hombres voltean a verse derrotados—El tiempo corre.

—¿Recuerdas que Jace sale con Lydia?—asiente.—Bueno no teníamos opción—pone los ojos en blanco.

—James—lo reprende.

—Bueno ahora creo que el idiota de mi amigo engaño a mi hermana, y estaba a punto de ir a golpearlo pero Lydia me obligo a traerla a casa, estaba a punto de ir a buscarlo y papa me detuvo, y ahora tu.—dice su hijo alejándose de ella, dejándose caer en el sillón individual.

—¿Que tienen los Jace con mi mujeres?—su esposo se cruza de brazos, soltando un bufido.

—Christian—lo reprende antes de mirar a su hijo—Iré a hablar con ella, mientras tanto no quiero que se muevan de aquí—los señala.—Si lo hacen les juro que les ira mal.

   Ambos suspiran dejándose caer más en el sofá.

   Tessa se acerca a la habitación de su hija y golpea la puerta, pero tras no obtener respuesta abre la puerta blanca de la habitación, recibiendo como bienvenida un cojín que logro esquivar.

—Bien eso no me lo esperaba—la chica voltea con los ojos rojos en dirección a su madre.

—¡Lo siento mama!—corre hacia ella limpiando sus lágrimas—Pensé que era el idiota de James o papa.—sorbe su nariz caminando hacia su cama.

—No le digas así a tu hermano—cierra la puerta tras ella.

   Sigue a su hija a la cama, viendo como se sentaba en ella y le daba una sonrisa falsa, demasiado falsa para ella.

—¿Que pasa pequeña?—acaricia su mejilla—No me digas que nada, te conozco mejor de lo que tu lo haces.

   Los ojos cafés de su hija la miran fijamente por unos segundos antes de romper en llanto, la rubia la atrae hacia ella, dejando que llore en su hombro.

—Jace me engaño—llora con fuerza en el hombro de su madre.

   La chica acaricia la espalda de su hija, con el corazón roto de oír los sollozos de su pequeña. 

   Tessa le dio la vida hace dieciséis años, y odiaba verla triste, especialmente verla llorar.

—¿Que sucedió?—Lydia se aleja de ella, limpiando sus lágrimas.