Capitulo 8: Un hermoso dolor de cabeza

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¡Puff! Que dolor de cabeza. Me desperece y cuando me quité la manta vi que tenía la ropa del día anterior, ¿Qué había pasado? Intenté hacer memoria pero a lo máximo que llegaba era hasta que baile un rato con Pablo… ¿Cómo había llegado aquí? Demasiadas preguntas, me arrastré hasta el baño y no tardé en meterme en la ducha. La necesitaba.

El agua calentita me sentó mejor de lo que esperaba. Me envolví en una toalla y salí.

- Por fin nos levantamos.- Cameron me sobresalto, estaba sentado en mi cama.

Que obsesión tenía con hacer todo lo mío suyo, ¿Dónde había quedado la privacidad?

- Shhss, habla bajito.- le pedí, hoy no quería guerra, solo silencio.

- ¿Sabes qué hora es?- dijo en un volumen aún más bajo, cosa que le agradecí.- Las tres, tus hermanos se fueron, Gab dijo que tenía que terminar la sesión de ayer, Adán que tenía un nuevo caso y quería estudiarlo para el lunes, Tony encontró un trabajo y anda currando y Dani… no volvió a casa.

- Gracias por la información.- iba a buscar ropa en el armario cuando me paro.

- Estoy preparando algo de comer, baja cuando te cambies.- estaba demasiado amable, ¿Qué habría pasado ayer?

- Ok, gracias de nuevo.

Me puse una sudadera y unos leggins de lunares.

Cuando bajé un olor delicioso recorría toda la casa, me deje llevar hasta la cocina.

- Huele muy bien.- le dije poniendo la mesa.

- Gracias, son espaguetis a la carbonara, algo sencillo.- se giró para mirarme y una sonrisa arrebatadora salió de sus labios, no pude menos que devolvérsela.

No me dejo meter mano para ayudarle así que me toco esperar sentada en la silla.

- A comer.- dijo poniéndome un plato enfrente de mí.

Nunca imaginé que pudiera tener una conversación normal con él, hablamos casi de todo, me conto cosas de su familia, de sus amigos… Comenzaba a gustarme escucharle, ¿pero que estaba diciendo? Debía de tener alcohol de la noche anterior.

- Oye… ¿Qué paso anoche?- me atreví a preguntar mientras recogíamos todo, tras haber comido.

- Bueno… quitando que llevabas un cojorzón del catorce, no mucho más.- no sé porque me daba pero algo había omitido. ¿Tan malo era?

- ¿Nada más?- pregunté insegura sin dejar de mirarle.

- Nada más, ¿vamos a ver una peli?

Simplemente asentí y nos fuimos al salón.

Le dejé elegir la peli porque me daba que no iba a llegar ni a la mitad, estaba rendida.

Me tumbé en el sofá y él se sentó en el otro.

- Puse la de Piratas del Caribe.- me dijo dándole al play.

- Perfecta.- era una de las mejores películas, todavía recuerdo cuanto me costo que mis padres me acompañaran.

Además era una de mis preferidas, me encantaba le romance Will y Elisabeth, y ni que decir de mi actor favorito Johnny Deep.

La peli empezó y a partir de ahí, no recuerdo cuando me quedé dormida.

Noté al rato como era llevada en volandas, hasta depositarme en una superficie mullida. Esto hizo que abriera los ojos.

- Adán.- ¿habían vuelto todos?

- Hola, enana.- dijo en un susurro mientras me arropaba.- Por cierto mañana viene mamá y papá, hemos quedado para cenar ya que por la mañana tienen que hacer unas cosas aquí.- me explicó rápidamente.

Siempre hacia lo mismo, cuando se trataba de reuniones familiares, prefería decírmelo deprisa y corriendo para que no pudiera decir absolutamente nada.

Quería a mis padres pero lo que nos hacían no era nada justo.

-Perfecto.- le susurré intentando no darle más importancia, estaba demasiado cansada.

Segundos después no recuerdo nada.

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