CAPITULO 10: ¿Bonito despertar?

73 4 2
                                    


Notaba como faltaba espacio en mi cama, no podía moverme bien, además había tenido un sueño muy raro… Me giré y abrí los ojos…
- ¿Qué haces en mi cama?- le dije casi gritando a la vez que le empujaba para separarme de él.
- ¿Mi cama?- abrió los ojos.- Cielo, esta es la mía.
Miré alrededor mío, tenía razón era su cama, su habitación… ¿Qué había pasado?
- Esto…- me levanté, entonces noté como la sábana se escurría y me dejaba completamente desnuda.- Dime que no paso.
- No paso.- rió divertido por el espectáculo que le acababa de ofrecer.
- Ahora dime la verdad.- le pedí agarrando la sábana para tapar cuanto fuera posible.
- Si paso.- se apoyo en el cabecero.- Y puedo decirte que ha sido uno de los mejores polvos que he echado en toda mi vida, no me importaría repetir.- se acerco a mi dispuesto a besarme.
Me levante como un resorte llevándome conmigo la sábana.
- Vaya, gracias.- me soltó cuando me fije que le había quitado la única cosa que le cubría a su… Menudo…
¡Alex, busca tu ropa!, ordené a mi cerebro.
Encontré mi culote tirado en una esquina, me lo puse lo más deprisa que pude y luego busqué mi camisa.
- ¿Buscas esto?
Me gire hacia Cameron, la tenía en su poder.
- Dámela.- le ordene mientras me acercaba por ella.
- ¿Cómo se dicen las cosas?- estaba jugando conmigo.
- Por favor.- le dije con ironía.
- ¿Solo?
- ¿Y qué más quieres, imbécil?- le solté sin poder evitarlo, estaba acabando con mi paciencia.
- Para empezar no me llames imbécil, segundo el por favor solo no me gusta…-me puso los morros y cerró los ojos.
Este acabaría conmigo. Pero como se diría vulgarmente de perdidos al rio, y de momento solo quería salir de allí, ¿Qué mierda había hecho?
Me fui acercando a él. Lo que no me esperaba era que tirase de mí hasta hacerme caer de nuevo en la cama.
- Quítate de encima.- le ordene pero este no hacía más que sonreír, le iba a borrar yo esa sonrisa de una patada…
- Si le das a mi amigo te quedaras sin placer preciosa.
- Ya ves tú…
Conseguí que se quitara de encima, no sin antes darme un beso. Me puse la camiseta.
- Ten cuidado con tus hermanos.- me dijo echándose de nuevo a dormir.
¡Mierda! Por una vez tenía razón…
Salí de la habitación sin hacer ruido y volví corriendo a la mía.
Cerré la puerta y me tire en la cama.
Me había tirado a Cameron sin ningún reparo… mi primera vez había sido con ese idiota y lo peor de todo era que me había gustado. ¿Me estaba volviendo loca?
El teléfono de casa sonó estrepitosamente. Espere que alguien fuera a cogerlo, pero nadie me hizo ese favor.
- ¿Diga?- pregunté aún en mis pensamientos.
- No piensas venir hoy a clase.- la voz de Clau me devolvió a la realidad.
- ¿Clases? ¿Hoy?
- Querida hoy es lunes.- ahora hablaba Nico.
¿Lunes? Mire el calendario de encima de la mesilla… ¡LUNES!
-Llevábamos llamándote como unas quince veces, según me dijo tu hermano no dormiste en casa…-Dani había entrado en mi habitación, ¡Doble mierda!- Está muy preocupado, espera que te le pongo.
Oí como el teléfono cambiaba de manos.
- ¡¿Dónde estás?!- me grito Dani, eso no era estar preocupado, eso era estar furioso.
- En casa.- le respondí despacio.
- Esta mañana no estabas.- ahí tenía toda la razón, ¿y ahora que le decía yo?
- Salí a correr y me tumbe en el césped del parque.- ¡zas! Toma mentira.- Lo siento.- le dije poniendo voz de pena.
¿Qué me pasaba hoy? Me tiraba a Cameron, llegaba tarde a clase, y ahora mentía a mi hermano.
- Más vale que estés aquí a la hora de la siguiente clase.- me amenazó, nunca le había escuchado así.
- Ahí me tendrás.-le dije y segundos después colgué.
Me metí a la carrera en la ducha, me puse unos vaqueros y una sudadera roja, las All Star negras y recogí el bolso.
¡Mierda! Tenía que decirle a Cameron.
Toque varias veces en su puerta pero no hubo respuesta, por lo que decidí entrar.
Le vi plácidamente dormido por lo que me acerqué a él.
- ¡DESPIERTA!- le grité, este pego un salto que casi se cae de la cama.- Es lunes, tenemos universidad, así que vístete ¡Corre!
Tardo varios segundos en darse cuenta de lo que hablaba. Salió de la cama disparado al baño, escuché como el agua corría.
Me daba tiempo a comer algo, por lo que baje corriendo a la cocina en busca de unas galletas, y tome un zumo, me lo tomaría por el camino.
Al rato de estar en la cocina bajo él.
- Vámonos.- le dije levantándome.
- Yo no comí nada, espera.- se quejo pero acabe arrestándolo hasta el garaje.
Busqué las llaves de la moto, sería más rápido, aunque luego Tony me echara la bronca del siglo por haberle cogido su querida BMW.
- Preciosa.- dijo nada más verla.- Conduzco yo.
Me iba a quejar pero no teníamos tiempo de eso. Me coloqué el casco y me senté detrás de él. Segundos después salíamos a toda velocidad.
Tardamos unos quince minutos en llegar.
- Que sepas que me debes un desayuno, menuda hambre tengo.- se quejo mientras andábamos hacia la facultad.
En ese momento divise a Pablo hablando con… Rocío. ¿Qué se supone que hacia esa golfa?
- Vaya, tu noviecito o puedo decir tu ex noviecito anda ligando con una.-comentó Cameron mientras me observaba.
Tampoco era yo quien para decir nada, cuando yo me había acostado con el individuo que iba a mi lado… Lo que me recordaba que.
- Ni una palabra a lo que paso anoche.- le amenacé.- O te juro que te mato.
Solo quería olvidarlo y hacer como si lo de la noche anterior no hubiera pasado, seguía amando a Pablo y eso no iba a cambiar por una noche en la que… no era yo misma.
- Palabrita del niño Jesús.- rió ante su promesa.- Aunque creo que deberías decirle que ya no sientes nada por él.
- ¿Cómo que no siento nada por él?- ¿De qué hablaba?- Yo a mi novio lo quiero, lo de anoche fue un desliz que algún día le diré, quizás cuando estemos casados y tu ya no estés por el medio.
Entramos en la facultad, dejando atrás a Pablo y su amiguita, ahora mismo no tenía el valor de decir nada. Necesitaba controlar mis nervios cuando tuviera que verle.
Me senté en la mesa de siempre y a mi lado Cameron, aún no había llegado el resto.
- No le quieres.- me soltó después de un rato.
- ¿Sabes ahora lo que siento? Vaya, el adivino de Cameron.
- No soy adivino, pero apuesto lo que quieras a que cuando te toca Pablo no sientes lo mismo que cuando te toco yo.- una sonrisa diabólica salió de sus labios.
- ¡Hola!- gritaron justo detrás nuestra.
Era Nico, tan alegre como siempre y a su lado iba Clau.
- Mmmm cada día estas más sexy, chico.- le soltó Nico sentándose a mi lado.- Si no tuviera novio…
- ¡Para!- le dijo Clau.- ¿Dónde estuviste esta mañana?- vuelta a preguntar.- Y no me digas lo que le dijiste a tu hermano, él puede ser tonto, yo no, así que cuenta.- se había apoyado en el hombro de Nico.
- No paso nada en serio.- me había metido en un lio enorme y esperaba que solo quedara entre el individuo de mi izquierda y yo.
- Siéntense, por favor.- pidió la profesora de inglés.
La clase la pase en las nubes. Quería demasiado a Pablo y no quería que me dejara, pero también sabía que lo que había hecho no estaba bien. Y si había me lo hiciera no me agradaría nada, de hecho lo hubiera insultad, le habría dicho de todo y luego le hubiera dejado para no volver a verlo jamás. ¿Y si Pablo…?
- Alex ¿nos vamos?- me dio un codazo Nico devolviéndome a la realidad.
Asentí y recogí todas mis cosas de forma automática.
En la salida me esperaba Pablo con mi hermano. No pude evitar mirarle y recordar mi enorme error con Cameron, me iba a dar algo, tenía que actuar como siempre o me iba a pillar, aún no sabía que iba a decirle exactamente.
Pablo vino hacia mí con su increíble sonrisa y me beso. Puse toda el alma en ese beso, pero para ser sincera no sentí lo mismo que cuando Cameron me había besado, ¡Mierda! ¿Ahora me daba por comparar todo?
- Te echaba de menos.- me dijo sin soltarme.- ¿Qué hacemos hoy?
- Podemos ir todos al cine.- soltó desde detrás Cameron mientras me miraba con una sonrisa picarona.
Le iba a dar una patada en todas sus partes como siguiera así.
- Me parece una buena idea.- dijo Dani, Clau por supuesto acepto.- ¿Nico, Alex?
- Por mi vale, con la condición de que se pueda venir David.
- Vale, no hay problema ¿Alex?
Les mire a todos… Esto debía ser una broma, y una de muy mal gusto, parecía que el mundo se había puesto en mi contra.
- Vale.- conseguí decir, tras un enorme suspiro.
- Bueno pues a la 8 en el Kinepolis.- finalizó Cameron, sonriendo aún más si era posible, ¡Iba a morir!- Alex, vámonos.- se dirigió a mí a la vez que me arrancaba de las manos de Pablo, tomándomela ahora él.
Lo que me sorprendió fue la actitud de Pablo, se puso entre él y yo.
- A Alex la llevo yo hoy a casa.- dijo de malas maneras rompiendo su agarre y tomándome ahora él de la mano.
Mi paciencia se estaba agotando rápidamente.
- Lo siento, Pablito, pero igual que traje yo a Alex, la llevo.- puso una sonrisa de suficiencia.- No es nada personal.- eso no me gusto como lo dijo.
- Pablo, luego nos vemos.- dije finalizando la conversación, no iba a dejar que al imbécil este se le escapara, y ahora mismo era lo que más temía.- Dame un minuto.- me acerqué a Pablo y le besé, viendo como Cameron nos miraba.- Nos vemos luego, te quiero.- nunca antes me había costado tanto decirle esas palabras.
Me despedí del resto con la mano y caminamos hasta la moto, Cameron iba detrás de mí.
Me monté sin ninguna replica y segundos después salimos de allí.
Después de no sé cuánto tiempo tardamos en llegar, me bajé y entre en la casa, sin siquiera dirigirme a Cameron. Solo quería huir y encerrarme en mi habitación, ni siquiera sabía porque había aceptado ir esa tarde al cine.
- ¿Qué te pasa?- me agarró del brazo Cameron antes de que subiera las escaleras.- Si es por lo de anoche, no lo voy a decir no te preocupes.
- No sé qué voy a hacer.- le dije sin rodeos a punto de derrumbarme.
Odiaba mentir a la gente que quería… Y con Pablo lo había hecho bien de bien, sin hablar de los cuernos que le había puesto.
- Déjalo estar.- me dijo sin dejar de mirarme.
- Creo que le diré la verdad.- me solté de su agarre y subí las escaleras hasta mi cuarto.
Me tire en la cama con la culpa metida en el cuerpo, necesitaba llorar, llorar mucho y cuando me sintiera capaz ir hablar con Pablo y decirle la verdad de lo sucedido.
Al rato alguien llamó a la puerta y me incorporé en la cama, se quien fuera debía recomponerme.
- Voy a pasar.- la voz de Dani al otro lado me sorprendió.
Abrió y al verme, se acercó hasta mí y se sentó en el suelo.
- ¿Qué te pasa Alex?- ¡Puff! con Dani poco serviría el mentir, pero no podía decirle la verdad.
- Tonterías mías.- le dije quitándole importancia al asunto y fingiendo una sonrisa.
- Alex, nos conocemos, cuéntame.- me pidió apoyando la cabeza en la cama.- Por favor.
Suspiré largo y tendido. Dani era el único de todos mis hermanos que sabía todo, o casi todo de mí, era mi confidente, pero ahora… ¿Qué pensaría de lo que había hecho su hermanita querida? ¿Me dejaría de querer?
Sé que Dani no diría nada pero Pablo era su amigo, pero hasta que punto, si Clau hiciera lo mismo con mi hermano, no dudaría en decírselo, ¡Mierda!
- Sea lo que sea Alex, siempre te defenderé a ti antes que a cualquiera.
Le mire unos segundos antes de que me echara a llorar, el hizo amago de abrazarme pero me le pedí que no lo hiciera o jamás podría decírselo, estaba decidido tenía que contárselo a alguien a parte de al individuo implicado.
- Le he puesto los cuernos a Pablo.- dije de carrerilla a la vez que me tapaba la cara para que no me viera, había comenzado a llorar más fuerte.
- ¿Con quién?- preguntó sin haber cambiado su expresión.
- Cameron.- le dije metiendo la cabeza debajo de la almohada.- No sé como paso, acabamos acostándonos…- saqué la cabeza para mirarle, me miraba sin poder creérselo.
No me había fijado antes, pero se había puesto de pie.
- ¡YO MATO A ESE CAMERON!- gritó fuera de sí.- ¡¿COMO SE ATREVE A TOCARTE?!
Vi como iba hacia la puerta y me levanté rápidamente para no dejarle salir. Lo último que necesitaba era que todos mis demás hermanos se enteraran.
- Dani, para, se supone que no… ¿No te jode que me haya liado con otro?- le mire estupefacta, haciendo que se me cortara el lloro.
- Pues claro que no.- ¡zas! Ahora si me había dejado de piedra.
Me escurrí hasta el suelo, era como si me hubiera quitado un peso enorme.
- Alex ¿estás bien?- se arrodilló ante mí.
- Sí, sí.- por más que analizaba la situación no lo entendía.- Eso creo.
- Ven, vamos a la cama.- me levantó en brazos y fuimos a la cama.
Me tumbo en ella y él se unió a mí.
- A ver, cuéntame todo.- me pidió mientras me acercaba a él.- Bueno omite detalles y demás, que eres mi hermana.
Le conté cuanto había sucedido desde que salimos de la cena con nuestros padres y como acabamos en la cama, pasando por cómo había sentido en cada momento.
- Vaya…- suspiró cuando hube terminado.- ¿Te sigue gustando, Pablo?
- Claro.- dije con confianza.- Dani, no sé que voy a hacer.
- Fácil, no decírselo.- me dijo tras hacerse el pensativo.- Vale, vale, no es tu estilo.- mi cara lo había dicho todo.- Pues no sé, díselo y a ver cómo reacciona.
Me tumbé en la cama desesperada por saber que debía hacer.
- ¿Te gusta Cameron?- me preguntó de repente haciendo que me levantara de un bote.- Alex, se razonable, no te habrías acostado con él, sino sintieras al menos un poquitito por ese mequetrefe.
Otra lógica arrolladora de mi hermano.
- O puede que solo haya sido una noche salvaje de sexo desenfrenado.- hizo el ruido de un tigre y no puede evitar reírme.
Estuvimos charlando toda la tarde, me conto cosas sobre Clau, hasta que vimos que era hora de arreglarnos. Necesitaba una tarde con él, siempre me hacía sentir bien, amaba a mi hermano por ser como era, aunque a veces deseara matarlo.
- Por cierto.- llamó mi atención desde la puerta.- Quien me pidió que viniera a verte fue Cameron, me dijo algo como “Ella te necesita, está demasiado triste” –imitó su voz.- Aunque no hacía falta que él me lo dijera iba a subir.- se excusó, lo que hizo que enarcara una ceja.- Pero decidí esperar un poco, es más fácil hablar contigo en frío.- rió ante su propio comentario.- Bueno te dejo, debo matar a alguien.- una sonrisa perversa salió de su boca.
- Dani.- le regañé.
Sé que de momento no mataría a Cameron, quizás le diera alguna que otra advertencia, solo por el hecho de que no quería que se enteraran los demás, pero cuando todo esto saliera a la luz, Cameron no tendría mundo para correr.
Me quedé mirando por donde había desaparecido.

El IntercambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora