Corazones rotos (Stony)

IX. Epílogo: 23 de abril

La pequeña Morgan corrió entre risas. Sus piernitas desnudas y delgadas en movimiento, el pequeño vestido ondeaba tras ella.

Natasha llegó tras Pepper, apoyándose en ésta, su barbilla en su hombro, rodeando su pequeña cintura con sus brazos y entrelazando sus manos al frente, sobre su vientre. Juntas miraron a la pequeña correr hacia un destino ya conocido.

—¿Crees en la reencarnación? —Pepper preguntó cuando la niña subió la colina y se perdió de vista—. ¿En otras vidas, tal vez?

Natasha suspiró, dejó un beso en el hombro de su Omega y se separó de ella, entrelazó sus manos juntas y tiró suavemente para que la siguiera.

Juntas subieron esa misma colina.

Y es que la pequeña Morgan, de tan sólo tres años, había aparecido –sí, aparecido, nadie sabía de dónde vino o quiénes eran sus padres– exactamente un año después de la muerte de Tony y Steve.

En el cementerio. Pepper la había encontrado mientras dejaba flores en las tumbas. Natasha llegaría más tarde, pues al ser la nueva Alfa de la manada tenía muchas ocupaciones.

Era un día extremadamente lluvioso, como lo fuera hacer un año. El cielo parecía llorar la pérdida de aquellos dos corazones. La bebé no lloraba, ajena a la tormenta a su alrededor, estaba en silencio, sólo soltando pequeños balbuceos que fueron los que hicieron a Pepper acercarse más creyendo que era un pequeño animal herido.

Era una pequeña Alfa, idéntica a Tony Statk. Los mismos ojos, el mismo olor, la misma sonrisa dulce y la fiereza en su mirada.

De ahí la pregunta de ella. ¿Existía la reencarnación? ¿Las otras vidas? ¿Los mensajes del más allá?

Entre las mantas de la niña había una nota, garabateada en ella con una letra muy conocida: “Es Morgan. Cuídenla por nosotros.”

—No lo sé... —Natasha respondió tardíamente, cuando ya estaban en la entrada del cementerio.

La pequeña Alfa estaba frente a las tumbas de siempre. Reía y miraba algo que para nadie más estaba ahí. —¡Hola, Peter!

—...¿Quizá? —agregó cuando la niña siguió su charla con alguien que ellas no veían nunca.

Pepper sintió sus ojos llenarse de lágrimas. Había sido todo tan injusto. Una ramita, movida por un viento inexistente, la golpeó entonces en el rostro.

Parpadeó, sorprendida, y juraría que hubo una luz a su lado, que se movió como una caricia hasta alcanzar a una segunda. Juntas se alejaron.

Hubo un “Gracias” susurrado por ese mismo viento.

Era el cuarto aniversario de su muerte.

—¡Tan pronto! —se quejó la niña—. Pero, ¿por qué? —hizo pucheros y se quejó otro tanto, después tomó una flor que Pepper juraría ella no dejó esa mañana, era azul con algunas pinceladas de rojo—. Toma, mami, dice él que no estés triste. ¡Que ellos ya no lo están!

Ambas madres adoptivas se quedaron sin habla viendo como la niña corría de nuevo.

Tony y Steve, de la mano de un pequeño niño un poco mayor que Morgan, se detuvieron para mirarlas. Ambos agitaron sus manos hacia la niña.

—¡Adiós! —la niña siguió corriendo tras ellos, aunque sabía perfectamente que nunca los alcanzaría. No ahora, no en esta vida.

Natasha se acercó a la tumba, mirando el fragmento de aquel poema de Benedetti que había en la inscripción:

“Vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
sólo de a ratos parecía
que iba a vivir
que iba a vencernos
pero los dos fuimos tan fuertes
que lo dejamos sin su sangre
sin su futuro
sin su cielo
un niño muerto
sólo eso
maravilloso y condenado
quizá tuviera una sonrisa
como la tuya
dulce y honda
quizá tuviera un alma triste
como mi alma
poca cosa
quizá aprendiera con el tiempo
a desplegarse
a usar el mundo
pero los niños que así vienen
muertos de amor
muertos de miedo
tienen tan grande el corazón
que se destruyen sin saberlo
vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
y qué verdad dura y sin sombra
qué verdad fácil y qué pena
yo imaginaba que era un niño
y era tan sólo un niño muerto
ahora qué queda
sólo queda
medir la fe y que recordemos
lo que pudimos haber sido
para él
que no pudo ser nuestro
qué más
acaso cuando llegue
un veintitrés de abril y abismo
vos donde estés
llévale flores
que yo también iré contigo.”

#FIN#

¡Y ese fue el final! ¿Qué les ha parecido?

GRACIAS enormes por haber leído, a quienes dejaban sus votos y comentarios ❤

¿Todavía quieren final alternativo? (De ser así, mañana lo subo)

De nuevo gracias y si quieren leer más de mis historias las encuentran por temáticas en mis listas de lectura ❤🙆