Denki Kaminari, mejor conocido como Pikachu por sus clientes. Clientes que atiende en un burdel, entre ellos, Eijirou Kirishima un joven empresario y heredero que va a caer ante los encantos del joven oji ámbar el día de su cumpleaños pero solo hay...
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Domingo a las 21:30
El auto en donde había venido el joven heterocromatico se detuvo frente a la residencia de una de las familias mas importantes de Japón, despues de la suya, por supuesto, y era nada mas y nada menos que la familia Yaoyurozu, una familia adinerada y honesta muy diferente a lo que en realidad era la familia Todoroki. Del auto salió un joven de heterocromia vestido de un traje negro muy costoso, su cabello se había peinado a un costado, de lado donde se encontraba su quemadura, se veía tan bien con esa pinta que incluso fue admirado y codiciado por las chicas que lo veían pasar y saludar a la familia promotora de la fiesta quienes le saludaban cortezmente agradeciendo su llegada, detrás de éste apareció su padre que apoyó una de sus manos sobre el hombro de su hijo.
—veo que ya se presentaron —dijo con una gran sonrisa, aquel hombre imponente de buen vestir.
El menor se apartó del agarre de su padre de forma que no pareciera tan brusca.
—disculpenme iré por una bebida —se excuso haciendo una reverencia y se alejó de ellos.
Llegó hacia la mesa principal donde habían colocado pequeños bocadillos de todos los gustos, si era posible, del mundo entero.
El joven contemplaba todo, parecia estar serio, vaya a saber uno que estaba pensando...
<<no hay soba... ¿Qué clase de injusticia es esta? ¿Acaso no pueden hacer bocadillos de soba? me voy a quejar con el chef >> suspiro decepcionado y tomó uno de los bocadillos. Escuchó una voz detrás suyo.
—Shoto —ya con solo escuchar esa voz grave y severa ya sabia de quien se trataba, se giro para verlo de forma neutral como siempre.— Me alegro que hayas decidido venir... La verdad que creí que tendría que traerte a la fuerza —admitió un poco sorprendido— pero me sorprendió cuando dijiste que vendrías.
—no lo hice por ti viejo, —lo miró sin una pisca de sentimiento que lo delatara— vine solo porque Eijirou vendría esta noche, así que no te ilusiones. —tomó una copa de vino de uno de los mozos que pasaban y se marchó dejando a su padre solo mientras le daba un trago a su bebida, iba tan rápido que no se dió cuenta cuando chocó de hombros con otra persona.— lo siento —se disculpó.
—¡Shou-chan! Aquí estabas primo creí que te habías olvidado de mi —dijo con una gran sonrisa. Su primo lo miró raro— oh. Lo olvidaste ¿cierto?
—... lo siento, el viejo vino por mi primero.
—ya, no te disculpes hombre me haces sentir mal —dijo fingiendo estar dolido— pero aun así me sentí como a una chica cuando la dejan plantada el día del baile de graduación, o sea, ¿me entiendes? Eso no es muy masculino de tu parte querido primo. -dolido.
—a veces no te entiendo —dijo levantando una ceja confundido.
