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(Luka)

El sol estaba calentando mi cuerpo entonces entendí que ya era de día y abrí lo ojos.

— Buenos... —me dispuse a saludarla, pero ella ya no estaba, el autobús empezó a ingresar a lo que parecía un estación de buses y se detuvo pronto todos estaban bajando, pero ella no aparecía por ningún lado.

Sonreí decepcionado, moviendo mi cabeza de un lado a otro, ¡me había dejado!.

Lo peor es que no sabía donde estaba: estaba perdido, sin hablar francés, al menos tenía todo mi dinero, y las cenizas de mi padre.

Bajé despació no había prisas, mis pies estaban en el suelo rigido de aquella estación, vaya tour que tenía en Francia, a partir de entonces decidí ir a París: sin importar nada, me subiría al tren sin mirar si alguien deseaba subir en los últimos momentos o ayudar a nadie, cruzaria los brazos y poniendome los audifonos ignoraría a todo el mundo.

—¿Piensas irte sin mí? —apareció detrás mio cuando ya había salido del bus—, tenemos un trato tú me dejas con mi amiga, yo te envió a París.

— ¿Dónde estabas?

— Fui hasta atrás había un asiento desocupado, para dormir.

—Y ¿porqué no en tu lugar? —pregunté curioso con una semisonrisa incredula en mis labios.

—Pues... roncas demasiado —carcajeó guiñando un ojo.

Al fin la vi sonreir de un manera sincera, me agradaba esa risa semiahogada que parecía forzada, pero demostraba ser sincera.

Apenas empezaba a contagiarme de su risa yo sentí un arma en la espalda, y vi como otro hombre la tomaba de un brazo caminando delante mio luego tuve que seguirla sí quería mantenerme con vida.

— Je vais aller avec vous, mais s'il vous plaît laissez-le, je viens de vous rencontrer... —dijo calmada sin llamar la atención.

— Désolé mademoiselle, ton père sait déjà de lui et veut le rencontrer —contestó él que me tenía apuntando un arma en la espalda baja.

Toda la gente se movía muy cómoda nadie notaba nada, y sí es que notaban algo extraño; preferian no decir nada.

«Es mejor vivir una vida sencilla sin complicarse ayudando a los demás» —es el lema de todo ser humano y ese día lo comprobé.

Nos empujaron hasta un vehículo negro, con los vidrios oscuros, nos subieron a los dos en la parte de atrás, Marinette solo lloraba en su lugar con la cabeza baja.

— ¿Que sucede? necesito saber la situación.

— De acuerdo —absorbió un poco su nariz y continuó hablando—, mira Luka, mi padre es un hombre muy importante, es quizá la persona más importante en mi pueblo, incluso más que el alcalde, esto se debe a que tiene el negocio más grande por allá, pero todo lo que tiene solo está dentro el pueblo y sus alrededores, él quiere ser el hombre más poderoso no solo del pueblo sino de Francia, así que se entrevistó con el jefe de policía nacional, para obtener permisos de tránsito por todo Francia, esto no se habría dado de no ser porque su hijo, se enamoró de mi, entonces debo casarme con él para que mi padre pueda ser un hombre poderoso y controlar el negocio a nivel nacional.

— Vaya, no sabía que estabas comprometida.

— Es inútil, un hombre jamás entendería —grito llamando la atención de los matones de adelante—, ¿no lo entiendes? yo no quiero casarme, yo no lo amo.

— El amor es cuestión de actitud si lo intentas quizá te enamores.

Sus ojos a medio abrir se fijaron en mi se notaba su indignación con su gesto.

— Seguro piensan que eres mi amante, así que te deseo suerte al llegar —dijo con tono casi maléfico.

— ¡ Ho no!, no, no, no, no, no, tú tienes que sacarme de esto, diles la verdad y consigueme un traductor para que yo les explique.

—Sabes que, justo ahora no me dan ganas de ser samaritana y salvarte la vida —dijo convencida recargando su cuerpo en el asiento de cuero de aquel vehículo, yo me quedé esperando ese "pero" rogando porque si quiera salvar a este joven apuesto—, Bueno quizá haya una forma de evitar que te maten, pero debes asentir a todo lo que diga, ¿De acuerdo?

— A todo ¿todo?

— Así es,yo conozco a mi padre se que decirle para que no te mate.

— Siendo así, ¡de acuerdo! dejo mi vida en tus manos —respiré más tranquilo— por cierto ¿cuál es el negocio de tu padre?

— Es traficante.

Tragué en seco, sabía que la situación era demasiado delicada y no podía creer donde me había metido solo por conocer París, sí mi destino habría sido Normandia; como debía ser, quizá jamás habría conocido a esa niña ni sus problemas.

Destino: Paris                                         LUKANETTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora