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(Luka)

Bueno, recordar esa noche no es muy bueno en mi estado, pues si recuerdan estoy en medio de la nada dentro de un automóvil después de haber sufrido un accidente, y pensar en esa noche hace que mi sangre fluya muy rápido, aunque, ligeramente me siento mejor, tal vez recordar esa noche no sea malo después de todo.

¿Bien donde me quede?

Oh claro, Marinette al fin admitió que le gustaba, y bueno yo también, no olviden que estábamos en una cama de hotel, haciendo algo decente: trabajar.

—Me gustas —dijo y fue suficiente para saber que era correspondido.

Sin mucho preámbulo, la besé esa noche de la manera que había estado esperando varios días antes.

Sus delicadas manos rodearon mi cuello.

—No quiero hacer nada que no quieras —murmuré entre besos.

—Pero sí quiero.

Era un total inexperto, jamás había besado a alguien, mi padre me había dejado como traumado respecto a las mujeres, y no ayudaba mucho mi caracter reservado, jamás una chica había mostrado interés en mí, y ahí estaba con una hermosa chica, tenía que contárselo a mis amigos.

Quería gritarle a todo el mundo que Marinette me correspondía.

Sí salíamos de esa situación, sin duda lo haría.

Pero en esa noche tenía otro problema, no sabía nada y al decir nada me refiero a: nada, fue vergonzoso, detenerme a pesar de que todo mi cuerpo pedía expeler esa exitación que ella me había provocado.

Estabamos besándonos y mi mente no dejaba derecordar todo lo que había aprendido en las clases de educación sexual, jamás pense que sería necesario.

«La primera vez es dolorosa se necesita mucha estimulación» recordé pero luego me contradije y si no era la primera vez de Marinette, seguro quedaría como un imbecil novato.

Sentí que era mejor detenerme y averiguar más en la mañana y quizás a la noche siguiente hecharlo en práctica.

—Jamás lo hice —susurró a mi oído.

De pronto me detuve nuestros ojos estaban encontrados.

—Ni yo —trague en seco—, no quiero que tu primera vez sea terrible. Vamos a dormir.

—De acuerdo —respondió desanimada—, aunque en realidad tengo muchas ganas.

—¿Porque Marinette?,  es algo muy importante, porque hacerlo conmigo.

—Por que no se cuanto tiempo vamos a estar juntos, por que en cualquier momento mi padre podría encontrarnos y nos vamos a separar, no sé sí mañana estemos juntos, desearía que si, desearía que estemos juntos mucho tiempo más...

—Lo he pensado, sabes... no crees que deberíamos seguir ayudando a los ancianos, aun hay mucho que hacer... ¿Quieres seguir fingiendo ser la señora Couffaine? O ¿prefieres ser la señora Couffaine en serio?

—A ¿que te refieres? —preguntó entrelazando sus dedos con los míos.

—Olvidalo, ni yo mismo me entendí —respondí tratando de ocultar mi propuesta de matrimonio— podemos ir a Normandia a esparcir las cenizas de mi padre y luego a España... sé que mi abuela te agradaría.

—De acuerdo. Iremos después de ayudar a los ancianos a renovar todas las habitaciones del hotel.

—De acuerdo —hablé más tranquilo, mi cuerpo empezaba a calmarse—, buenas noches.

—¿Buenas noches? —emitió un tono irónico—, ¿piensas llevarme a España así nada más Luka? ¿después de todo lo sucedido no crees que falta algo?

—No, ya te dije que no sé hacerlo —respondí sin entender lo que ella pedía.

—Es increible, el poco tacto que tienes —giró dándome la espalda tan bruscamente que me hacía sentir un patán ¿Que había hecho mal?

No lo entendí ni lo entiendo, ¿que esperaba?

—Sabes que no importa —dijo volviendo a verme, luego se adueñó de mi boca nuevamente, esta vez más apasionada, en poco logró que me sienta muy ansioso de sentirla.

Destino: Paris                                         LUKANETTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora