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(Luka)

—Hoy mientras preparabamos la cena la señora me dijo que se notaba que estabamos peleados —dijo Marinette cuando estabamos en la cama ese día antes de nuestra primera quincena—, quizás deberíamos hacer una tregua.

—Fue culpa mía Marinette —dije muy leve, girando para poder hablar—, perdóname, no quisiera qué mañana nos vayamos estando enojados, después de todo hemos vivido una gran aventura.

—Solo si prometes escribirme cuando estés en España.

—Por su puesto —sonreí, luego extendí mi brazo para que ella apoye su cabeza en mí.

—No creo que sea buena idea.

—Vamos hemos dormido como dos semanas juntos, creo que soy de fiar.

Ella sonrió y acomodó su cabeza en mi brazo, su mano en mi pecho.

—Sabes me gustó pasar estos días a tu lado —dije amablemente.

—Opino igual Couffaine. Me demostraste ser un caballero, la verdad al principio creí que eras un Don Juan, que te gustaba jugar con las chicas y que jamás eras sincero ya sabes...

—Vaya, nos conocimos en circunstancias extrañas yo creí que eras una chica mimada y caprichosa, pero al verte cada día trabajando preparando nuestra comida creo que me equivoque. Sabes tengo una pregunta ¿que significa m'embrasse? O algo así.

—Besame... —dijo ella y yo carraspeé incrédulo—, no te asustes Luka, es lo que significa, ¿Quien te lo dijo?, vaya, vaya parece que tienes una admiradora.

—¿Crees que deba besarla?

—¡Por su puesto! A menos que sea la anciana dueña del hotel, ahí sí piensalo, si su esposo nos descubre estaríamos sin empleo.

—No, no es ella pero si esta casada —comenté jugando con ella, sentía un poco de celos en su hablar.

—La del 112, ¿cierto? —golpeó mi vientre despació.

Me moví acomodandome sobre ella, la luz de la lámpara alumbraba sus ojos llenos de incertidumbres.

—Fuiste tú, una noche hablaste dormida y dijiste: Luka m'embrasse.

—Eso es tonto —carcajeó alejando mi rostro del suyo, con uno de sus dedos empujando mi frente—, estaba dormida..., aunque ahora estoy despierta.

Su rostro pronto estaba frente al mío, sin pensarlo ni tardar vió mis labios, su mano izquierda acarició mis labios y luego mi barbilla, descendió hasta mi cuello, yo estaba inmóvil, con el corazón a punto de salir de mi pecho.

—¿Qué pretendes? —murmuré.

Marinette bajó su rostro hasta que nuestros labios esten unidos, primero me dio un beso sencillo así como aquellos que le dí en el bosque, el segundo fue más largo, en el tercero su labios empezaron a moverse, en el cuarto su boca logró que la mía se mueva para complacerla.

—Ravi de vous rencontrer señorita... —dije apenas cuando sus dientes mordían suavemente mi labio inferior.

Su mano empezó a bajar por mi pecho sus labios estaban jugando con los míos y sentía que estaba tocando el cielo por la intensidad de sus besos, el aire empezaba a faltarnos pero no nos separamos, pronto mi mano izquierda aprisionó su cintura, y sus dedos paseaban por mi vientre, en pocos segundos me acarició muy cerca de mí virilidad, haciendo que la sangre explote justo ahí, era indescriptible aquella sensación pero me hacía sentir extraño, sumiso; obediente.

—Estamos a mano —murmuró luego se alejó a un lado de la cama muy lejos de mí—, al fin me cobré lo que me hiciste en el bosque.

—Me estas diciendo ¿que era tu venganza? —carcajeé—, no mientas Marinette no puedes fingir esa pasión en cada beso, sentí tu corazón latir tan rápido como el mío, y tu respiración se entrecortaba cada vez que movía mi mano sobre tu ser. Admite que te gusto.

—Tú primero.

—De acuerdo, me gustas Marinette, ¡admitelo!.

—Tú también Luka, me gustas.

No sabía nada de lo que podía hacer ni si quiera lo sospechaba, pero no pensaba dejar que esa noche acabe así.

Destino: Paris                                         LUKANETTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora