Culpable

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Hermione estaba asustada, no podía evitarlo, deseaba con todas sus fuerzas ser su mujer, ser su esposa, pero se sintió traicionera al recordar a Ron, pensar en aquel pelirrojo que había sido el amor de su vida y que había muerto en sus brazos la hizo sentir culpable.

Tuvo  dudas entonces, no sabía si era lo correcto unir su vida a la de Draco. Se había alejado desde hacía muchos años del mundo mágico, pero que diría Harry y Ginny si se enteraran, aceptarían su relación o la repudiarían por traidora al recuerdo de Ron.

Pero amaba  a Draco, hasta ahora se daba cuenta de ello, descubrió en sus hermosos ojos grises amor, él la necesitaba tanto como ella lo necesitaba a él.

Todo era confuso, ¿Cómo tomar una decisión? ¿Qué es lo correcto?

La culpa caía sobre la castaña, pero era también mucho el amor que sentía en su interior. Habría entonces que poner en una balanza las cosas, para saber que tenía más peso ahora en su vida. Muchas eran las dudas, pero cuando vio el rostro decidido de Draco, sabía que ya tenía una respuesta.

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El…

Un hueco se formo en mi estomago a la espera de una respuesta que no llegaba, no dejaba de mirarme, pero se notaba confundida sus ojos castaños se fijaban en los míos y tantas emociones se arremolinaron en mi interior que me sentí mareado y el aire me faltaba. Mas no deje de abrazarla, no deje de aferrar mis brazos a su estrecha cintura.

La amo, en verdad la amo. Yo que pensé que esa palabra no significaba nada, ahora veo la realidad de las cosas, no me imaginaba que pudiera ser capaz de sentir algo así.

Solo espero que me acepte, que me permita demostrarle cuando significa para mi y cuanto la amo.

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Ella…

Estoy hechizada por sus ojos, mi corazón late desenfrenado como si con cada latido me dijera que aun sigue vivo a pesar de estar roto, late con fuerza cada trozo de mi alma  que por fin comienza a  sanar.

Muchos sentimientos me invaden de repente así como imágenes se cuelan en mi mente, recuerdos, recuerdos de un pasado doloroso, recuerdos de un amor inconcluso y doloroso, fragmentos de una vida llena de planes que jamás se llevaron a cabo.

Y lo veo a los ojos, esos ojos grises que son tan diferentes a los que ame en el pasado. Tan distintos a los dos luceros azules que me miraban hace ya tantos años llenos de amor.

Tengo una inmensas ganas de llorar al recordarlo, porque puedo ver su cabello rojo despeinado, su rostro dulce y una sonrisa franca de antaño. Lo ame tanto que una parte de mi murió con el y ahora me encuentro incapaz de saber qué es lo correcto.

Las cosas hubieran sido diferentes si ese fatídico día no se hubiera salido de la sala aburrido de presenciar tantos juicios contra los mortifagos, pero quien iba a saber que un desquiciado mortio se liberaría de los aurores y robando una varita,   saldría a todo corres por los pasillos del ministerio. Ron solo protegió a una mujer que trabajaba en el ministerio el recibió el hechizo del mortifago.

Aun puedo escuchar los gritos y la desesperación que sentí cuando no me dejaban avanzar, solo podía escuchar tu nombre en los labios de desconocidos. Llegue a su lado llorando, aturdida no escuchaba más que voces lejanas. Solo podía verte a Ron en medio de un gran charco de sangre  y me aferre a su cuerpo, llorando y suplicando que no me dejara.

Sus ojos azules estaban fijos en mí y su piel estaba cada vez más pálida, pero me sonreía sin apartar su vista de la mía. - Te amo. -Me dijo y yo también le dije cuanto lo amaba. Nada pude hacer para mantenerlo con vida estaba agonizando. -No me gusta verte llorar. -Fue lo último que me dijo antes de que sus ojos se apagaran por completo.

Todo pudo ser diferente si solo se hubiera quedado en la sala, o si lo hubiera acompañado, o si tan solo el mortifago no se hubiera escapado, si  tan solo Ron no hubiera sido un Gryffindor valiente dispuesto a salvarle la vida de una desconocida, si tan solo algo de todo eso hubiera sido diferente el estaría con vida y yo estaría a su lado. Tendríamos la casa que soñamos, con un gran jardín lleno de flores  y jugaríamos con nuestros hijos pelirrojos, el sería un gran auror y yo protegería a las criaturas mágicas. Pasaríamos cada tarde sentados en nuestro lugar favorito en el parque hablando de nuestras aventuras con Harry, envejeceríamos juntos y amándonos cada día más. Pero tristemente el hubiera no existe y solo queda el aquí y el ahora.

Se que nunca olvidare a Ron, tal vez el dolor por su pronta partida siempre me persiga y que su amor de mi corazón jamás desaparezca.

Sentía mi garganta seca y la humedad en mi rostro, tuve que pasar saliva para aclarar mi garganta y poder contestar a su pregunta.

Agache la cabeza buscando valor y cuando levante la vista toda duda se disipo, amaba a Draco, esa era la verdad y ahora él era mi presente.

-Creo que desde hace mucho soy tuya. -le dije como toda respuesta

  

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Sus labios se unieron con necesidad, con desenfreno, ni una sola palabra mas se escucho en el comedor de la mansión.

Draco solo pudo tomarla en su brazos y cargarla para llevarla a su recamara, a  aquella que habían compartido cada noche desde que se encontraron por casualidad en el parque. Pero esta vez no solo compartirían esa cama para dormir.

Se entregaron esa noche el uno al otro de manera plena, dejando que sus corazones latieran a la par buscando la cura para todo el dolor que habían sentido.

El Dolor Nos UneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora