Capítulo 14: Una salida de amigos.

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Narra Carolina...

Tengo varios minutos pensando cosas. Despejó algunos pensamientos, mientras abro la puerta de mi departamento. Suelto las llaves en la mesa pequeña, y mi bolso.

Suspiro.

¿Porqué las cosas no me salen como quiero y espero?

No lo sé. El universo jugando conmigo, y haciendo de las suyas.

Nunca pensé que una idiota aparecierá en mi camino, y turbará mis planes. Esa tal Samantha puede arruinar mis planes, y robar al amor de mi vida. No sé que Estiven le ve, si es una completa idiota.

Camino hacia la cocina, y al entrar me encuentro con mi mejor amigo de infancia. Él es el único que a pesar de todo sigue a mi lado, y no sé el por qué de eso, ya que hay veces que ni me soporto.

—¿Cómo estás en esta mañana dulzura?—pregunta mirándome.

Me acerco al refrigerador, lo abro y tomo una botella de agua. Bebo de está, y después de unos pequeños minutos la pongo donde estaba.

—No muy bien realmente. Pienso que todo es un asco.—digo cruzándome de brazos.

—¡No puede ser! estas haciendo un capricho de niña pequeña porque no salió algo que querías como lo planeaste, o esperabas. ¿Cierto?—pregunta.

—Más o menos, porque ya no soy una niña.—digo marchándome a la sala.

Él sigue mis pasos.

—Bueno. La vida te ofrece grandes oportunidades, y grandes lecciones. A veces hay que pasar por cosas por la cuál no estás preparado, para capacitarte, y para ser más fuerte. Es así.—dice sonriendo.

—Lo entiendo, pero ¿Cómo se olvida, cómo se supera, cómo dejas de pensar y querer a una persona que fue; y todavía es importante para ti? ¿Qué quieres con todo tú corazón?—
pregunto dolida.

—¿Es enserio lo que dices?—ríe descaradamente—que gran chiste. Casi me creo todo ese pequeño drama que estás haciendo. Enserio, te pareces a una actriz. Si no estuvieras aquí hablando conmigo personalmente, diría que estarías en Hollywood ensayando para un gran papel de una película.—dice sentándose en el mueble.

Mira por la ventana de casa, y se queda pensativo, mirando a la nada.

—Hablo enserio. Si no hubiese sido por aquel estúpido de mi pequeña "aventura amorosa" no hubiera pasado nada. Yo le amaba Henrry. ¡Entiendelo!—grito acercándome a él.

—Primero que nada, creo que ni te amas a ti misma. Solo eres una perra sin corazón, ambiciosa, y que solo le importa una sola cosa en la vida; y eso  eres tú. Quién realmente ama, no lastima. Y si lo hace, se arrepiente de corazón, trata de enmendar su error, y busca la forma de que le puedan perdonar. Tú en este caso, ¿Qué hiciste? Fuiste "Supuestamente" despechada donde él tipo que tuviste aquella aventura, y nuevamente te acostaste con él, ¿Crees que eso fue razonable? ¿Justo?—suspira—¿Crees que eso fue algo bueno? ¿Crees realmente que mereces perdón o nisiquiera que Estiven te hable? ¡Por favor Carolina! Baja de esa nube, que estas a punto de estrellarte con el suelo. Deja que él sea feliz, se lo merece realmente; además, esa chica parece buena persona.—dice sonriendo.

—¡No hables así de ella!—grito furiosa—ella es una zorra, y no se quedará con Estiven. Antes, la mato, o le hago realmente un daño mayor.

—Mira quién lo dice. La juzgas, y dices que ella es la zorra, cuando ambos sabemos que eres tú, ¡Vaya, que ironía!—carcajea.

—Estás más de su lado, que de el mio. ¿Y así eres mi mejor amigo?—pregunto acercándome a la ventana.

Observo a las típicas personas caminar rápidamente por las calles, y avenidas de nueva york. Algunos van al trabajo, otros a hacer sus compras, y bueno, los demás a realizar deligencias médicas, u otra cosa que tengan.

Rosa frágil. [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora