Rosa frágil. [Borrador]

Capítulo #4 La oficina.

Narra Samantha...

Llega el lunes, el cual avisa que es inicio de semana y día de trabajo.

Hace ya una hora y media de la cual, me he despertado, arreglado mis cosas, (las cuales eran pocas, debo decir) y he salido al lugar donde trabajo.

Ahora me encuentro conduciendo a paso lento, debido al transito de esta mañana. Al parecer llegaré tarde el día de hoy. Aunque no estoy muy  preocupada. Soy la jefa de la empresa y puedo retrasarme un poquito más, pero esto no es algo que haga con frecuencia, a menos que sea importante o me encuentre en esta situación en la que estoy ahora. Tengo mucha responsabilidad por mi empresa y empleados, además de que siempre me ha gustado cumplir bien conmigo misma y los demás. Me catalogo como una persona puntual, responsable, y bien en su trabajo y vida social.

Papá siempre me decía, que estos son grandes valores que rigen a una persona en todo momento. Fui criada por el mejor padre del mundo, y todos los tiempos. Él siempre estuvo para mi madre, y para mí. Estuvo para amarme incondicionalmente, para brindarme su apoyo, y su confianza. Siempre fue y será el mejor de todos para mí, cuanto lo extraño...

Salgo de mis pensamientos,y con esto; también del tránsito. Por fin puedo llegar a mi trabajo. ¿Quién diría que una chica como lo soy, de veintiséis años, tiene ya una gran empresa? ¡Seguro que no lo diría o pensaría nadie! Pero a veces también lo pienso, y no me lo creo. Esto se debe al esfuerzo que le he puesto, el arduo trabajo, y el corazón. Además de esto, el apoyo mutuo de Dios, y mi madre. Me ha impulsado mucho a lograr mis metas,y a llevarme a dónde estoy.

Sonrió por mis pensamientos y entro por las grandes puertas de mi empresa, la cual lleva por nombre: Nievelis. Lo se, es un raro nombre pero tiene un gran significado para mí. ¿Cuál es ese significado? Les cuento, ese era el apodo cariñoso que me decía mi padre cuando era una niña pequeña. Lo hacía porque me encantaba la nieve, siempre me hacia reír con el apodo. Por tal razón llamo a mi empresa así, en honor a los buenos tiempos que tuve con él.

Subo por el ascensor llegando a la planta número cinco, obviamente donde se encuentra mi oficina. Si, no es tan grande pero es mía, y eso es lo importante.

Llego a mi oficina y me recuesto en mi silla declinable. No hay mucho que hacer en el día hoy, así que solo reviso papeleo y firmo algunos permisos. Ya de lo demás se encargará mi secretaria Paula, que por cierto; me extraña que no haya venido conmigo hasta aquí.

Tocan la puerta y asiento para que pase. Es ella. Parece que anunciar a una persona porque la extrañas, o echas de menos, aparece al frente de tí. El destino o la vida decide ponerla cerca de ti. Qué impresionante.

Sonrió por mis pensamientos.

—Hola jefa, vengo a decirle algo importante.—dice sentándose al frente de mí.

Ella es una chica hermosa. Sus ojos color miel. Su linda piel morena, y su gran cabello castaño el cual le da por los hombros, pero a pesar de su gran físico, también es una gran persona por dentro. Muy amable, y responsable con sus deberes.

—Claro Paula, ¿Qué necesitas?—le pregunto.

—Señorita, es que la empresa Lanford mando a su jefe para comerciar con esta empresa, y bueno; él ya viene en camino hacia acá.—contesta mirándome.

—¡¿Que?!—exclamó atónita—¿Por que no me avisaron antes?—pregunto levantándome de mi silla. Me acerco a la ventana de mi piso, y así aprecio la gran vista a mi frente.

—Lo lamento jefa, fue de un día para otro, pero si quiere puedo avisarle al secretario del comerciante que no puede asistir el día de hoy. Que nos encontramos ocupados.—contesta sacando una libreta.