Capítulo #3. Solo un verso.

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Narra Samantha...

Al llegar a casa de mi madre toco la puerta después de un largo suspiro.

Ella es mi apoyo en todo y a pesar de la fama que poseo por mis libros y mi trabajo estoy sola. Hoy en día no hay amistades sinceras, puesto a que las personas te juzgan por tú tipo de clase o apariencia. No les doy importancia a personas estiradas y con un hueco corazón.

Al abrir la puerta puedo apreciar la figura de mi madre, siempre tan bella con sus vestidos sueltos y su gran sonrisa.

Es una gran persona para mi.

Tras la muerte de mi padre mamá se a vuelto más que una madre para mi. Ella es mi amiga, compañera y confidente. No me juzga por lo que soy, mejor siempre me aconseja y no deja de quererme. Ella sabe mi secreto y siempre me brinda apoyo día a día por ello, animándome a seguir de pie.

A pesar de que vivo distanciada de ella vengo a visitarla cada fin de semana. El trabajo me tiene realmente atareada y un poco lejana de ella. Aún así amo escribir, lo hago cuando me sale desde el corazón y cualquier pensamiento que me llega a la mente. Es algo con lo cuál me identifico y me desahogo.

Entro cerrando la puerta de tras de mi y la abrazo. Ella acaricia mi espalda por unos minutos y se separa de mi.

Juntas vamos al patio trasero de la casa. Es hermoso, tiene una hermosa vista al cielo y al jardín frondoso.

Tomamos té y nos sentamos juntas. Mamá al frente de mi y yo mirando su firme postura.

—¿Sammie que pasa?—pregunta mirándome.

—Nada mamá, ¿Por que?—pregunto seria.

—Eres mi hija se que algo te pasa.—contesta sonriendo.

Suspiro. Obvio es mi madre y se dará cuenta.

—Sabes que cuentas con mi apoyo Sammie.—me alienta y pone su mano en mi pierna derecha.

—Lo se, es solo que estos días estoy bloqueada con escribir y no se que pasa. Solo he escrito 2 hojas. ¿Puedes creerlo creerlo mamá?—pregunto triste.

—Te diré algo hija, las cosas llevan tiempo y todo pasa por alguna razón. Sino pasaramos por tiempos difíciles, no apreciaríamos los tiempos buenos y la felicidad que viene con ellos. Es como la lluvia cielo, después de la tormenta viene el arco iris.—sonríe mamá levantándose de la silla.

—Es cierto mamá ya tengo algo nuevo que escribir, gracias.—digo abrazándola.

—Esa es mi pequeña niña.—corresponde mi abrazo.

—Siempre lo seré a pasar de mi edad.—sonrió separándome de ella.

—Así es, vuelvo en un momento, iré por más té.—alza su taza mientras sonríe.

—Y unas galletas.—le informo.

Ella asiente con su cabeza y se va.

Tomo mi diario de mi bolso y saco también un bolígrafo de este.

Mamá tiene razón. A pesar de la gran tormenta y las pruebas de la vida todo pasa por algo y al final sale un arco iris, dejando una de las más hermosas vistas.

Tomo mi bolígrafo y escribo mi primer fragmento y pensamiento que tengo...

Ser diferente te hace grande y único, tratar de ser igual a otros te hace una copia y fracasado. Si tienes la suerte de ser diferente con tus actos, pensamientos o actividad diaria; quiere decir que has aprendido a quererte tal cuál, has aprendido a valorarté como gran persona que eres. Así que nunca cambies, puesto a que todos no somos iguales en físico y sexo, pero aveces queremos cambiar nuestra forma de pensar y actuar. No hagas caso a criticas negativas sobre tus cambios, quien te quiere te aconseja pero no te cambia, lo contrario: se siente orgulloso por lo que eres y por quien te has convertido el día de hoy.

Rosa frágil. [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora