Celos ¿el plan perfecto? | Jaemin / Jeno

Recuperación

Hola de nuevo, hoy os dejo dos capítulos por el tiempo sin publicar. Quería preguntaros por curiosidad, ¿cómo os gustaría que terminara la historia? ¿Hay algo en especial que os gustaría que pasara en los capítulos que quedan? Comentádmelo por favor. Ahora sí, os dejo seguir leyendo, gracias.

Primer día, primer día de las cuatro semanas que llevaría la rehabilitación de Jaemin. A la salida del instituto mi madre me llevó en coche hasta el hospital, mi pulso acelerado contra mi yugular y mi pierna sin poder contenerse con un tic nervioso que la hacía temblar sin parar. Atravesé las puertas blancas que me llevaban a zona de rehabilitación, al otro lado todo era de los mismos colores claros, desde las paredes a las camillas pasando por los aparatos de gimnasia.
El lugar era grande y más personas lo ocupaban cada uno guiado por los médicos del lugar. A la distancia vi a Jaemin sentado en una de las camillas del fondo siendo revisado por una señora con bata blanca. En su expresión se reflejaba el malestar y el dolor por el que estaba pasando. Me acerqué sin molestar a las demás personas hasta llegar a su lado, su expresión se relajó un poco y sus ojos se fundieron con los míos.

-Tú debes ser Haneul, sus padres nos han dicho que serías la que lo acompañaría a las sesiones.

-Sí, soy yo, encantada de conocerla.

-Yo soy Suran, seré la doctora que asumirá la recuperación de Jaemin, estoy segura de que con un poco de esfuerzo podrá llegar a recuperarse al cien por cien.

-Yo también espero eso.

-Espero que puedas convencer a Jaemin, él está algo más escéptico.

-Tranquila, lo hará bien.

-Bien, hoy vamos a comenzar con ejercicios simples para piernas, aquí hay una tabla que os indica cuantas repeticiones debe realizar de cada uno, para cualquier duda estoy aquí.

-Gracias.

La doctora terminó su explicación y se alejó a revisar el trabajo de otro paciente dejándonos a Jaemin y a mí solos por primera vez en bastante tiempo. Un silencio algo incómodo se instaló entre nosotros mientras sus ojos me recorrían como si fuera un espejismo en mitad del desierto.

-Estoy aquí, puedes estar tranquilo, no voy a ir a ninguna parte hasta que estés listo para correr los doscientos metros lisos.-Su sonrisa me iluminó de nuevo.

-Gracias por tu optimismo.

-Se muchas cosas sobre ti pero no sabía que eras un cobarde.

-Yo tampoco sabía que eras una mentirosa y mira lo eres.

Bajé la mirada entristecida, sabía que la herida tardaría en cerrarse pero realmente no estaba psicológicamente preparada para estos ataques. Respiré hondo y me repuse sabiendo que estos venían del dolor por el que estaba pasando en estos momentos.

-Lo siento, no quería hablarte así.

-No te preocupes, me lo merezco.

-Pero estás aquí después de todo, a mi lado.

-Sí y vamos a conseguir que vuelvas a correr.

-¿Cómo estás tan segura?

-Porque confío en ti. Hagamos una apuesta, si no consigues correr de nuevo iré disfrazada de jirafa al instituto -su risa sonó a través de la consulta.

-Eso sería un suicidio estudiantil.

-Lo sé así que imagínate lo segura que estoy de que vas a conseguirlo.