Especial

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RENJUN

La casa de Harvy era un bonito adosado de dos plantas a las afueras de Kent. Su fachada de ladrillo me hizo recordar que ya no estaba en Corea. Aunque habían pasado diez horas aún no había podido apartar de mi mente lo sucedido en ese avión.

La casa de Harvy olía a bizcocho recién hecho. Los padres del rubio nos recogieron en la terminal del aeropuerto y fueron sumamente atentos conmigo. Una vez en su casa me recibieron con bizcocho y té. Sus padres me hablaron de como era Harvy de pequeño y de que su hermano estaba en la universidad en Londres. Por un instante sentí que estaba en casa de los padres de mi novio. Cuando terminamos la merienda Harvy se ofreció a ayudarme con las maletas y me acompañó a la que sería mi habitación en el próximo mes.

-Esta era la habitación de mi hermano.

-Es bonita.

-Sí, él era el responsable y yo el rebelde.

-No puedo imaginar una versión tuya que sea responsable.

-Te pareces bastante a mi hermano.

-No se si eso me agrada o me asusta -su risa retumbó en la habitación.

-Los dos sois bastante responsables. Supongo que me pone corromperte. Como lo de hoy en el avión, me pone ser el que ha conseguido que te entregues así.

-No vuelvas a recordarme lo que ha pasado.

-No tienes nada de que avergonzarte.

-Ha sido un error.

-Hay errores que merece la pena repetir. Buenas noches.

-Buenas noches.

Salió de la habitación dejándome un vacío extraño en el pecho, un vacío que no supe identificar.

Lunes

El primer lunes en Kent era día libre, se le llamaba día de adaptación y nos permitía conocer un poco la ciudad y el entorno. Cuando desperté tenía un ligero dolor de cabeza debido al viaje. Me vestí pero antes de bajar a desayunar vi la puerta del dormitorio de Harvy abierta. La curiosidad me pudo y me asomé. Todo estaba decorado con tonos de azul, su cama aún estaba deshecha y por un momento fantaseé con lo que se sentiría despertar entre esas sábanas. Olvidé esa línea de pensamiento y me centré en el micrófono que había al lado del gran escritorio. Miré de un lado a otro y al no ver a nadie entré en el dormitorio. Observé el ordenador sobre el escritorio y el nombre de los archivos que aparecían en la pantalla; grabación 1, grabación 2... La curiosidad pudo conmigo y me acerqué para abrir uno de los tantos archivos pero entonces Harvy entró en la habitación llamando mi atención. Vestía un pantalón de deporte y una camiseta que había remangado y que dejaba ver sus perfectos brazos.

-Creía que eras alguien educado. Fisgar en las cosas de los demás es de mala educación.

-Lo siento, es solo que nunca hubiera imaginado que cantaras.

-Sí, supongo que se me da bien, o eso pensaba.

-Quizás necesitas a alguien objetivo que escuche tus trabajos.

-¿Serías objetivo? Porque si fueras alguien objetivo admitirías que no puedes resistirte a mí.

-Si hiciera eso no sería objetivo, sería idiota.

-¿Tan malo crees que sería estar conmigo? -por primera vez desde que conozco a Harvy supe que no estaba jugando, él también era una persona con sentimientos y por primera vez lo vi en su faceta más vulnerable.

-No es eso, creía que tenías un gran ego, no imaginé que mi opinión importara.

-Es complicado.

Celos ¿el plan perfecto? | Jaemin / JenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora