Desengaño

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Jaemin corría en la cinta a velocidad intermedia, los músculos de sus piernas se contraían en cada zancada y desde mi posición tenía una vista privilegiada de su perfecto culo. La conversación del otro día no volvió a ser nombrada ni mucho menos hablamos sobre nada relacionado con aquel beso. Beso por el cual mis labios aún se sentían ardientes desde hacía ya dos días.

La respiración de Jaemin retumbaba en mis oídos mientras su ritmo iba bajando hasta parar. Suran llegó a nuestro lado con una sonrisa en sus labios. Nos tendió unos papeles que apenas pudimos entender y ella volvió a sonreír ante nuestras expresiones interrogantes.

-Jaemin ha realizado una terapia excelente y sus avances lo son aún más. La mayoría de los pacientes con lesiones parecidas apenas puede correr media hora y Jaemin ha realizado cuarenta y cinco minutos de carrera a velocidad media.

-Sí, suena bastante impresionante.

-Supongo que soy bastante impresionante.

-No voy a ser otra de las chicas que te suba el ego.

-Aún recuerdo las veces que decías que era perfecto, ¿o también era mentira?

Sus pasos lo llevaron a pararse cerca de mí, las gotas de sudor cayendo por su frente no impidieron que siguiera viéndose sexy.

-Nunca mentiría con algo tan serio.

Su risa destensó un poco el ambiente. Escuchamos a Suran aclararse la garganta interrumpiendo el momento. Rompimos la distancia entre nosotros y comencé a recoger nuestras cosas intentando disimular sobre lo que pasaba entre el castaño y yo. Suran nos felicitó de nuevo por los avances y después de despedirse de nosotros se marchó. Jaemin y yo salimos juntos del hospital y noté como intentó apenas mirarme evitando estratégicamente mis ojos y mis labios. Cuando llegó el momento de despedirse parecíamos niños sin saber si despedirnos con un beso, un abrazo o un simple adiós. Finalmente optamos por un seco hasta mañana que nos supo algo agridulce.

JAEMIN

La cabeza me dio vueltas durante las últimas dos noches. Ese beso no salía de mis sueños fue tan perfecto que parecía irreal. Llamé a Jeno y hablé con él pero no quise incomodarlo contándole detalles sobre mi historia con Haneul. Por ello hoy sábado por la mañana llamé a mi querido amigo Haechan que ávido de cotilleos corrió a mi casa. Ahora yo caminaba de un lado a otro de la habitación dudoso sobre si había hecho bien en contarlo o no.

-¿Y bien? ¿Cuál sería tu consejo?

-Vuelve con ella.

-Eso ya me lo ha dicho Jeno y te repito lo mismo, no.

-Pero hacéis una pareja perfecta. Además creo en una cosa llamada destino.

-El destino es un cuento de niños pequeños.

-Si lo de Haneul y tú no es el destino explícame qué puede ser.

-Un estúpido enamoramiento.

-¿En serio llamas a eso estúpido enamoramiento?

-Pero si no puedes ni dormir sin pensar en ella, ¿o me equivoco?

-Dios no. No puedo sacarla de mi cabeza, es realmente adictiva. Pienso en ella, sueño con ella y no puedo olvidar ese jodido beso que ha hecho que mis sesos revienten. Por favor dime que puedo hacer para olvidarle y olvídate de eso del destino.

-Pues...

-Venga tú eres el de los planes retorcidos, eres la mente del grupo.

-Sal con alguien, dicen que un clavo saca otro clavo. Pídele una cita a otra y ella se alejará de ti. Con un poco de suerte te enamorarás de la otra y olvidarás a Haneul.

Celos ¿el plan perfecto? | Jaemin / JenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora