Fernando & Solange. Una pasión prohibida

Capítulo 12. Cerrando ventanas y abriendo puertas

Solange terminó de leer la carta y sus manos estaban temblando, la volvió a leer y poco a poco todo iba tomando sentido... Entre toda aquella información, había varias cosas que retumbaba una y otra vez en su mente "Por el amor que un día, tú y yo nos tuvimos"...

—Madre ¿qué significa esto? ¿amabas a mi tío?, ¿Qué había entre tú y él?... ¿los momentos en los que fuimos felices?, Madre desde dónde estés, respóndeme, te lo imploro— decía Solange entre sollozos como si el fantasma de su madre le fuera a responder.

Después de llorar con rabia al ser golpeada por la realidad de esas líneas y percatarse de que su madre era una mujer que había vivido intensamente, más allá del recato que siempre mostró, le asaltaba la duda de si también había amado a su padre o no... Leyó de nuevo la carta y más información empezó a acomodarse en su mente...

Las líneas le daban a entender de forma clara, que no había sido Fernando quien las había buscado porque se sentía sin familia, sino que Jesusita había pedido apoyo al padre de Fernando para que acogiera a Solange bajo su protección... Ahora entendía todo, la aparición de un primo lejano no era casualidad.

—Por Dios, ¿qué es esto? ¿por qué pidió apoyo a mi tío Jacobo en nombre del amor que ellos dos se tuvieron? ¿Tan frágil me percibía mi madre, como para considerarme incapaz de valerme por mí misma? ¿Y Fernando? ¿Por qué entró en el juego? ¿Por qué me enamoró?, ¿lo hizo porque era la única forma de que yo me fuera con él y así poder protegerme como mi madre se lo pidió? Las dudas empezaron a asaltar a Solange, caminaba en el interior de la casa como león enjaulado, con la mente girando en todos sentidos, con muchas cuestionamientos que iban apareciendo en su mente a medida que entendía más y más lo que acababa de leer.

Corrió de nuevo al maletín negro, necesitaba buscar más información, no sabía si la encontraría, pero quería buscar...

Encontró otro sobre también con la letra de su madre, lo abrió sin la menor consideración...

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Estimado Fernando Ferrec

Le agradezco mucho su pronta respuesta. Siento mucho y me invade un profundo dolor al saber que su padre ha fallecido, a la vez me siento apenada de que haya sido usted quien haya recibido la misiva y se haya enterado de cosas personales entre su padre y yo.

Ahora conoce mi situación y quisiera apelar al buen corazón del linaje Ferrec, por favor no abandone a mi hija, la sangre es la sangre y ella es su prima. Su madre, Isabella, siempre decía que usted tenía buenos sentimientos como su padre, y por su memoria, le imploro que no deje sola a Solange cuando yo haya partido, no tiene a nadie más en el mundo.

Ella no sabe sobre estas cartas, es un tanto desconfiada, por lo que no me gustaría que ella supiera que yo tomé la iniciativa de contactarlos. Abusando de su buena voluntad, podríamos decir que usted nos estaba buscando. Sé que estoy abusando de su nobleza, pero entiéndame por favor, soy una madre desesperada y solo lo tengo a usted para ayudarme.

Estaré esperándolo, quedo atenta a su respuesta y desde ya agradezco todo su apoyo.

Jesusita.

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—No, eso no puede ser, yo he visto amor en la mirada de Fernando, yo he sentido su amor, tal vez en un inicio sí haya llegado por obligación, pero sé que ahora me ama como yo lo amo a él... Y no, no voy a permitir que me carcoma la duda. No lo voy a permitir, me costó tanto aceptar el amor que le tengo, que no voy a renunciar a él por estas malditas dudas... —Pensaba Solange para sí.