15. Jacob Black

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No deberías ser egoísta.

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La incómoda presión en el estómago de Amber crecía cada vez que veía a Jacob conversando con la pequeña Renesmee en La Push, mientras la miraba con una encantadora sonrisa que parecía de alguien encantado.

Por más que la situación niña—Volturi haya terminado, él no se separaba de ella y eso hacía que la cabeza de Amber no dejara de formular preguntas respecto a lo que Jacob realmente sentía por la niña y por ella. Lo que la sacaba de quicio era que una chica a la que él le ganaba por muchos años en edad, lo haya atado de forma eterna a su ser con una sola mirada, haciendo que sintiera náuseas por el simple hecho de que tener sentimientos por una niña... Parecía enfermo. No quería asumir que era su impronta, pues ella confiaba en que Jacob le diría algo sobre eso y no se lo ocultaría. Pensaba que ser híbrido implicaba endulzar a todos y atraparlos, de una forma u otra.

Unas horas más tarde, Amber estaba recostada en el sillón de la casa de Billy cuando notó que Jacob no paraba de correr de un lado a otro, mientras se colocaba una camiseta y fallaba en peinarse.

—Hey, ¿qué haces? —pregunta ella, mientras su mirada sigue enfocada en el libro que tenía en manos.

Él se detiene por unos segundos y luego sigue su paso acelerado hacia el baño.

—Uh, voy a casa de los Cullen —respondió, antes de comenzar a cepillar sus dientes.

—¿En serio? ¿Algo malo sucedió? —cuestiona ella de nuevo, distrayéndose de manera parcial de su lectura.

—No, voy por Renesmee. Quiero llevarla a cenar —mencionó. Su respiración paró por un tiempo y el único sonido que se percibía en la casa es el que producía Jacob al abrir el grifo de agua del baño.

Amber deja el libro en la pequeña mesa de madera frente a ella y se levantó de su asiento.

—¿La llevarás a cenar...? Parece que no la has visto desde hace semanas. Digo, acabas de pasar toda la mañana con ella —dijo, tratando de no enojarse y tranquilizarse.

—Oye, solo es una salida normal. Hace una semana que no la llevo a su restaurante favorito. La pobre debe estar deseosa de ir.

Ella blanqueó los ojos de manera automática.

—Jake, te estás enfocando mucho en ella. Ya ni siquiera he tenido una charla de más de dos minutos con mi novio. No salimos porque al parecer no tienes tiempo para mí. ¿Qué está pasando? ¿Qué te está pasando? —confesó, con dolor en mi voz.

El lobo sale del baño para colocarse a unos cuantos metros alejado de ella y frunció el ceño.

—Amber, ¿estás celosa de una niña? —preguntó.

—Si así le quieres llamar, está bien. Entonces sí estoy celosa de Renesmee. Lo lamento, ¿bien? Pero no me prestas atención y me hace sentir culpable. ¿Dónde está el chico del que me enamoré? —mis ojos ya comenzaban a cristalizarse porque mi cabeza estaba llena de pensamientos negativos.

—Cálmate, por favor. Sólo me gusta su presencia y ella... Ella me hace sentir bien. Te quiero, pero también la quiero a ella. No deberías ser egoísta.

—¿Soy la egoísta? Demonios, Jacob. ¡Detente! Ahora soy la maldita responsable de todos tus problemas. Soy la idiota que pensó que terminando el problema vampírico todo volvería a la normalidad. Soy una estúpida por creer que eras diferente, digo, al final creo que todo estaba en mi cabeza. ¿Qué nos pasó? —le preguntó mientras lo miro directo a los ojos, mientras luchaba para no derramar lágrimas.

bloody heart | twilight one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora