Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Harry
Maldita sea, mi papa siempre imponiendo su mierda sobre mi. Hay veces que me hubiera gustado ser alguien mas normal. Alguien que pueda elegir que hacer, a donde ir, con quien estar alguien que pueda simplemente vivir su vida. Pero se que para mi eso no es posible, asi que no gano nada pelar una batalla que ya esta mas que perdida.
Lo unico que me preocupa del maldito viaje es estar separado de Bella, no me dara tiempo mi padre de ir a avisarle que por su culpa tendre que dejarla de ver por una maldita semana completa. Decido llamarle mientras termino mi maleta.
Responde al segundo timbre...
- Bebe, y esta sorpresa?
- Princesa es rapido, mi padre me esta apenas avisando que toda la familia debemos de salir de urgencia a Londres.
- Por lo tanto me llamas para avisar?
- Asi es princesa, es indispensable que todos vallamos, estoy por salir. De hecho estoy preparando maletas.
- Bebe, no te preocupes entiendo.
- Eres genial bebe!
- Me avisas en cuanto lleges a Londres.
- Te quiero bonita.
- Yo mas a ti por considerar avisarme. eres un encanto.
- Bye.
-Chao!.
Si ella es grandiosa, termino mi maleta y bajo de mala gana y con mala cara las escaleras. Solo a mi padre se le ocurre la idiotes de hacernos esto. Llegaremos a Londres a las 3pm muertos de hambre. Saldremos en el vuelo de las 7 maldita sea con mi padre.
- Harold llevas todo en esa maleta?- pregunta mama como si nunca fueramos a regresar.
- Si madre.- me limito a contestar de mala manera.
El camino al aeropuerto transcurre en silencio. Carlos va leyendo un libro, Lindsay ve una revista y mi madre y padre entablan una apasionada charla sobre no se que diablos.
Quiero imaginar que todo ésto es por el cumpleaños de Lindsay. Las puertas del LAX se pueden ver a tan solo uno cuántos metros. Una serie de reporteros se ven en las puertas. Esto debe de ser una maldita broma.
- Cómo es que ellos saben que saldremos de viaje?- mi madre voltea a ver a mi padre que se limita a acomodar su elegante saco.
