16. Equipo

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Luego de que Dylan llegase al almacén donde Alexander operaba, éste lo esperaba con los brazos cruzados sobre su pecho, vistiendo su traje de Blue Night. Detrás de Dylan venía una furgoneta negra con vidrios templados.

Al llegar se orilló en el viejo edificio y la furgoneta delante de él. El joven oficial se bajó de su patrulla maltratada por la batalla contra Comodok y se acercó para estrecharle la mano en forma de saludo. Alex vio el gran vehículo delante de él y sonrió debajo de la máscara.

—¿Piensas secuestrarme? —preguntó, en forma de broma. Dylan le puso una mano en el hombro y se alejó de él, acercándose justo cuando los pasajeros del móvil abrieron la puerta corrediza.

De la parte de atrás del vehículo bajaron tres hombres vestidos de oficiales. Uno de ellos era de gran barriga y piernas cortas, su cara de bebé mostraba que estaba recién afeitado, se inclinó hacia adelante y acomodo su gorra en forma de saludo. Alex asintió la cabeza.

El segundo era de una nariz aguileña y un bigote grueso que cubría todo su labio superior, era larguirucho. Saludó a Alex con un apretón y el oficial al estar muy emocionado se sacudió todo.

El tercero era demasiado viejo pero con un cuerpo grueso, se mostraba determinado. El joven héroe lo saludó con todo respeto.

—Él es Scott —señaló Dylan al larguirucho—. Aquel es Steve —dijo, refiriéndose al barrigudo—, y él es Jon —El más viejo chasqueó los dientes.

De la cabina bajaron el conductor y el copiloto, dos jóvenes físicamente idénticos con el cabello rojizo y esponjado, con varias pecas adornando sus rostros.

—Ellos son Billy y Matt —dijo, refiriéndose a los pelirrojos—, son los gemelos.

Ambos estrecharon las manos de Alex energéticamente.

Los dejó pasar dentro del almacén donde cada uno al entrar quedaron desilusionados por el contenido. Un auto viejo, una vitrina vacía, y algunos muebles básicos para vivir, como una cama.

—Esto... esto no es lo que esperaba del cuartel secreto de un héroe —comentó Matt, luego su gemelo le dio la razón.

Alex volteó a verlos y justo antes de responder de mala manera, decidió pausar y pensar en una mejor respuesta.

—Vix, enciende las luces.

Y tan pronto termino de hablar, la inteligencia artificial prendió todas las luces del recinto.

—Listo, señor —contestó con una voz que retumbo por todo el almacén.

Todos los oficiales pusieron la piel de gallina al escuchar la voz femenina y robótica. Dylan los tranquilizo, a pesar de conocer su existencia de antemano, nunca la había escuchado.

—Ok. Ahora si es el cuartel de un héroe —afirmó el pelirrojo Matt— ¿Cómo la llamas? ¿La Cueva Nocturna? —preguntó, para luego levantar su dedo y apuntar hacia el vehículo— ¿Y al auto? ¿Nocturno? ¿Azulado? Aunque es negro y el nombre no le queda.

El joven héroe lo miró y su hermano le contestó que Matt era aficionado a los comics.

—Lo puedes llamar como quieras —dijo Alex con una sonrisa en su rostro, pero Matt no lo vio.

Todo el grupo se juntó alrededor de una mesa y un pizarron donde sólo Alex y Dylan se quedaron de pie. El oficial les dijo a sus compañeros que lo que iban a escuchar sonaba a fantasía y tonterías, pero que era real lo que iban a decir. Y con "iban" se refería a Alexander quien sabía más sobre el tema, aunque realmente a él aún le resultaba difícil de creer.
Alexander les comentó todo lo que sabia o creía saber. Parecían muy poco convencidos, pero se notaba que querían creer lo que decía. Y para finalizar, Dylan volvió de la furgoneta con la información que necesitaban para buscar el lugar donde se encontraban los escorpiones.

Blue Night: El inicio de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora