3. En las noticias

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Se despertó por segunda vez en ese día. El cuerpo de Alexander se encontraba en mejor estado después de que casi perdiera la pelea contra el pelirrojo.

Levantándose de su suave cama, pudo ver el cielo nublado desde la ventana de su cuarto. Le encantaba ese clima.

Bajó las escaleras, ya vistiendo prendas más casuales. Se dirigió a la cocina, donde se preparó un café. Su padre miraba la televisión, las noticias.

—... Los acontecimientos sucedidos en la madrugada del día de hoy en un pequeño negocio de veinticuatro horas de la ciudad dieron mucho de que hablar —debajo de la reportera, rubia y vestida formalmente, se encontraba el encabezado de la noticia: "Héroe local"—. A continuación se pasara el vídeo captado por la cámara de seguridad del negocio donde sucedieron los hechos.

Y como lo había anunciado, la grabación tomó protagonismo en la pantalla, mostrando en blanco y negro como dos jóvenes combatían en el local, uno a quien se le veía sus facciones y el otro totalmente encapuchado. Alexander no tardó en reconocer a ambos, pues uno era él, y el otro era el Escorpión pelirrojo.

El vídeo tardó únicamente unos minutos en terminar, pero para Alexander había sido una eternidad la duración del combate. Luego la imagen de la reportera volvió y comentó que el joven pelirrojo había sido identificado como el agresor y sido apresado por un oficial de policía en el momento, Dylan. El pelirrojo fue reconocido como parte de Los Escorpiones y con el nombre de Nick Garder.

Varios testamentos de testigos presentes, quienes fueron reconocidos vagamente por Alex, dieron su versión de los hechos. Pero finalmente la reportera dio la hipótesis de que sólo pudo haberse tratado de un miembro de otra pandilla, y finalmente el encabezado terminó con un: "¿héroe o delincuente?".

—Que locura —comentó su padre, quien se dirigió a la cocina, donde su hijo aún estaba. Joel lo inspeccionó con los ojos—. Debe ser otro de los tantos crimínales de la ciudad, seguro un miembro de una pandilla rival. Eso ha de ser.

Dejando su taza de café vacía sobre la mesa, se dirigió hacia la puerta de la casa, la abrió y salió de esta.

Miro el contenido de su taza, el líquido oscuro fue lo que Alexander vio por un tiempo, mientras sus pensamientos nadaban en ese océano de café cargado y azucarado exactamente como a él le gustaba.

Sacudió su cabeza, y volvió a la realidad para tomar el último sorbo de su café. Pero las ideas aún rondaban en su cabeza. ¿Acaso una chispa de heroísmo nació ese día?, no lo sabía con claridad. Pero sabía algo: debía intentarlo otra vez.

"Una vez más, sólo eso", se dijo así mismo para sus adentros antes de dejar la taza vacía en la mesa.

"Una vez más, sólo eso", se repitió. Ya la noche había caído y la luna había sido cubierta por las nubes que tapaban todo el firmamento.

Se encontraba caminando por las calles, con la misma chaqueta azul que la vez pasada, le tenía mucho cariño a esa prenda.

Como la vez anterior, volvió a deambular sin rumbo hasta encontrar algún crimen, pero parecía que todos los criminales se habían ido a dormir temprano para ver el partido de fútbol a la mañana. Bufó, cansado de caminar y no encontrar nada, decidió volver sobre sus pasos y regresar a su hogar.

Sintió las calles más vacías, más que la noche anterior. De pronto, como un puñetazo a sus oídos, las sirenas de dos vehículos policiacos sonaron a sus espaldas. A Alexander le recorrió un escalofrío por toda la espalda. Él lo pidió, y ahora lo tiene. Tragó saliva y volteó.

El bullicio sonaba a unas cuantas cuadras a su derecha, no tardaría mucho si tomaba los callejones conectados de la ciudad, o como los llamaba él, los pasillos. La razón de esto era que casi todas las cuadras de la ciudad tenían callejones con máximo de tres aberturas por las cuales entrar o salir, y en la calle de enfrente otras más que estaban paralelas a las aberturas de sus calles conjuntas.

Blue Night: El inicio de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora