'La Ultima Carta' capitulo 24

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______(tn) y David habían vuelto a la casa, ella tenía que recoger sus maletas.

—Te espero abajo— Avisó él. ______(tn) asintió y empezó a guardar sus cosas. Tomó en ambas manos sus maletas y antes de salir de la habitación, recordó cuando se acostó a dormir con Austin en esa misma cama frente a ella. Cuando la sujetó de la cintura y entrelazaron sus manos, abrazados, hasta quedarse profundamente dormidos. Sintiendo sus respiraciones juntas. Era… lo más increíble, la mejor sensación… diablos. Sintió un nudo en la garganta al recordarlo. Se estaba lastimando más. ¿Por qué le había hecho eso? ¿Por qué le había mentido de esa forma? ¿Por qué había jugado con ella? No lo entendía, esto aún no tenía sentido para ella. Las palabras de Austin, los gestos, los abrazos, los besos, las caricias, todo, absolutamente todo había sido tan real para ella. Jamás recordó haber visto algún tipo de actuación o mentira, todo era tan confuso. La mente no dejaba de darle vueltas. Pero en fin, todo estaba comprobado ahora. Austin jamás fue quien aparentaba. Punto y se acabo.

—Estoy aquí— Avisó ella, bajando las escaleras. Andrew la ayudó con sus maletas.

—Nos quedaremos en un hotel por hoy. Mañana volvemos a Francia, ¿Te parece?— Preguntó él. ______(tn) asintió.

—Si, como sea David. Solo que sea pronto…— Pidió ella. David asintió igual y ambos salieron de aquella casa.

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Una patada más. Directo al estómago. Probablemente esta vez, casi le saca el aire. Volvió a retorcerse por el suelo.

—¿Ya me dirás el número?— Preguntó. El no respondió así que decidió darle otra patada. —¡La próxima será en los huevos!— Lo amenazó.

—¡NO VOY A DECIRTE UNA MIERDA HASTA QUE ME DEVUELVAN A MI CHICA!— Gritó él, con el poco aire que había recobrado. Los 3 hombres ahí rieron sarcásticamente.

—¿‘Mi chica’?— Se burló. Una patada más, como se lo había advertido, directo a su punto débil. Logró hacerlo retorcerse y gritar del dolor.

—¡Imbécil de mierda!— Gruñó en voz baja.

—A la que llamas ‘Mi chica’, es mía, jodido cabrón. Jamás fue tuya, tú me la quitaste, pero jamás volverás a verla, te repito: Jamás. Ahora Mahone, no hagamos más juegos y dame la puta clave del banco— Amenazó nuevamente. Austin tomó algo de aire y se limpió algo de sangre que salía de su labio roto.

—Te… dije…— Se le dificultaba hablar. Tantos golpes que había recibido por poco lo dejan inconsciente. Suspiró nuevamente para tomar más aire. —Te dije que ese dinero es para mi tratamiento, idiota… no voy a darte ni un centavo—.

—Tu tratamiento me importa una mierda. Tu cáncer me importa una mierda. ¿Y adivina qué? Si te vas a morir, me importa una mierda también. Vas a darme el millón de pesos que te dejó tu padre de herencia— Replicó.

—Escúchame, David— Habló Austin, tomando algo de fuerzas. —Tus amigos y tú deberían largarse. ¿No tuviste suficiente con arrebatarme a _______(tn)? Le mentiste, le echaste todo un bonito cuento, jodidamente perfecto. Nosé como arreglaste las piezas para que todo pareciera real. Ahora el jodido soy yo, que me estoy muriendo. Creo que tienes suficiente dinero, eres el hijo del vicepresidente, tienes a la chica, ¿No te basta con eso? Lárguense y déjenme, joder— Dijo, tratando de sentarse. David sacó el arma que traía en su bolsillo y se la apuntó directo a la cabeza.

—Mejor escúchame tú, niño bonito. Vas a darme la clave y esto termina. A no ser que prefieras morir aquí mismo— Le susurró. Austin sonrió sarcástico.

—Prefiero morir a darte la clave. De todas formas, moriré en dos meses. ¿Lo recuerdas?—.

—Ah… cierto. Tienes razón. Creo que mejor mataré a otra personita muy especial para ti si no recibo esos números…— Amenazó. Sus amigos rieron victoriosos. Austin intentó arrebatarle el arma pero David se lo impidió. Esta vez, se le abalanzó y le dio varios puñetazos directo al rostro. Austin sintió un dolor impresionante. Tenía una tremenda herida abierta en su ceja. Lo peor era que no podía defenderse, no tenía la fuerza suficiente.

—Mierda…— Susurró Austin casi inaudible. Realmente le dolía todo el cuerpo como nunca antes en su vida.

—Ya estás advertido. Tengo ahora mismo a _______(tn) en un hotel. Mañana nos vamos a Francia, y si no recibo los números de la cuenta bancaria antes del amanecer, la mataré, te enviaré sus restos por fax si quieres, ¿O prefieres por carta, como las que tú le mandaste?— Se burló.

—¡NO TE ATREVAS A PONERLE UN DEDO ENCIMA HIJO DE PUTA!— Logró gritar Austin. Entonces, fue suficiente. No supo de donde y cómo, pero sacó las fuerzas finales que le quedaban y le dio tremendo puñetazo directo al rostro de David. Una furia impresionante se apoderó de él. El diablo lo poseyó. Sin duda alguna, le había roto la nariz. Siguió golpeándolo con fuerza hasta que los otros hombres ahí presentes lo lograron quitar de encima, para aventarlo contra la pared. Uno de ellos empezó a golpear de nuevo a Austin.

—¡Déjenlo, no lo maten!— Pidió David. Los chicos se detuvieron. Ahora Austin apenas podía abrir los ojos. —Si lo matan no me mandará los números. Ya lo mandaremos matar luego…— Dijo poniéndose de pié. Se sobó la nariz, le dolía. Se acercó hasta el cuerpo casi inconsciente de Austin y le dejó un pequeño papel junto a él. —Si no recibo la clave a ese número telefónico, ya sabes que pasará, Mahone. Tienes hasta mañana, antes del amanecer… tú decides…— Les hizo una señal a los chicos de que salieran de la habitación. —Ah, por cierto. Felicidades, golpeas como niña…— Dijo escupiendo algo de sangre directo a su cuerpo. Austin iba a decir algo, pero no pudo. Intentó retomar fuerzas pero en cuestión de segundos, se había desmayado por completo.

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—¿Saben chicos? La chica de Francia ya no aparece en las noticias… ¿Creen que hayan encontrado a Austin y a ella?— Preguntó Christian preocupado. Andrés y Alex lo miraron confundidos. Alex le dio otro sorbo a su bebida antes de responder.

—No sé chicos, pero recuerden que Austin decidió irse y abandonarnos. Es problema suyo… no nuestro— Dijo Alex con mucho rencor en sus palabras.

—Alex, no podemos dejarle de hablar por siempre. Después de todo, ha sido nuestro amigo por años… ¿No te preocupa donde pueda estar? Además está enfermo, joder, si no consigue un donador, morirá y todos lo sabemos… ¿No te gustaría si quiera apoyarlo un poco?— Preguntó Christian. Alex se quedó pensativo. Agachó su mirada y dio un gran suspiro. Sintió una ligera molestia dentro de él. Algo lo incomodaba mucho y no sabía que era. Una especie de presentimiento.

—No losé… es que… Austin es muy terco… el sabe que cuando los policías me interrogaron sobre _______(tn), yo no quise decir nada, ellos me descubrieron. Yo jamás haría nada para perjudicarlo. Austin se estrezó por que creyó que descubrirían el cuerpo enterrado, pero eso no sucedió. Y ahora, mierda, claro que me gustaría verlo… sé que a todos nos gustaría, pero no sabemos donde está…— Se lamentó Andrés.

—¿Y si lo buscamos?— Preguntó Christian. —El único lugar donde podría estar es en la vieja casa de sus padres, esa que está casi abandonada, ¿Recuerdan?—.

Los chicos asintieron.

—Yo voto a favor… Alex… siempre has sido como el líder, es tu decisión— Finalizó Christian. Andrés pensó un poco.

—Está bien… iremos— Finalizó Alex . Christian y Andrés sonrieron enormemente. —Después de todo, las reconciliaciones son buenas, además… supongo que, aunque lo niegue, nos necesita…— Dijo sonriendo finalmente. Pero lo que no sabía, era que Austin los necesitaba ahora más que nunca.

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