'La Ultima Carta' capitulo 42

16 0 0
                                    

{Capítulos finales}

"Si… la última carta"

Austin abrió los ojos. Tenía la boca completamente seca, un enorme dolor en su estómago se había hecho más y más grande con el paso de los días. Esto era peor que el infierno.
—Detective Montgomery— Le sacudió el brazo, para despertarlo. Él abrió los ojos.
—¿Qué pasa?— Vio su reloj de mano. —Son las 6 de la mañana, ¿Encontraste señal desde tu celular?—.
Austin negó con la cabeza.
—No, nada de eso. Tiene en su bolsillo del chaleco una hoja en blanco y una pluma… ¿Cierto?— Preguntó. El detective asintió.
—Si, ¿Por qué?—.
—¿Me lo puede prestar?— Preguntó Austin. El detective sacó la hoja y la pluma y se las entregó.
—Ten— Le dijo. —¿Para qué lo necesitas?— Preguntó realmente curioso.
—Para escribir una carta— Respondió Austin de inmediato.
—¿Una carta?— Preguntó Montgomery bastante confundido.
—Si… la última carta— Finalizó Austin. Montgomery se quedó callado, prefirió no preguntar más, aunque realmente tenía curiosidad de para quién iba dirigida esa carta. Volvió a recostarse sobre el suelo, para dormirse nuevamente.

----------------------------0-----------------------
***
—Cuando diga 3, saltan— Avisó el señor. ______(tn) se sentó en el asiento de nuevo.
—No lo haré, ¡Está muy alto!— Dijo asustada. Austin se acercó a ella.
—Oye, te juro que no te arrepentirás. Lo he hecho antes, es la mejor sensación del mundo. Yo te sujetaré todo el tiempo, cuando pasen algunos segundos el paracaídas se abrirá solo, tranquila, confía en mi…— Prometió él, viéndola fijamente a los ojos. _______(tn) suspiró.
—Tendrás que compensarme esto, te lo juro Mahone— Susurró ella, volviendo a incorporarse y acercándose a la orilla. Austin sonrió.
—Te juro que lo haré— Dijo él. A continuación, ambos estaban al borde de nuevo. Era una gran altura, podía verse el gran campo abajo que los esperaba al caer.
—¿Listos?— Preguntó el señor nuevamente. Ellos asintieron. Austin inconscientemente tomó la mano de ______(tn), para que se sintiera más segura. Y ella, también lo hizo. Sin pensarlo… fue como si un impulso les dijera que lo hicieran. Ambos entrelazaron sus dedos y apretaron con fuerza sus manos. Una curiosa sensación los invadió. —1… 2…— Contó el hombre. —¡3!— Gritó.
***
Un fuerte trueno la despertó. Vio el reloj. 8:50pm. Dios. Había tenido ese sueño tan claro, como si estuviera pasando de nuevo. Austin y ella lanzándose de un helicóptero en paracaídas. Disfrutando la vida, sin preocupaciones ni remordimientos, simplemente siendo ellos mismos. El estómago se le estrujó horriblemente al recordar todo eso. ¿Por qué soñaba esas cosas? Cada día desde que Austin estaba perdido, tenía un sueño diferente, sobre lo que habían vivido. Era tan real y le dolía tanto despertar y que esos perfectos recuerdos se esfumaran. Era entonces cuando el nudo en su garganta aparecía de nuevo, para ahorcarla con facilidad. Se abrazó a sí misma y cerró sus ojos, para evitar las lágrimas.
—¿Dónde estás Austin? ¿Dónde?— Le preguntó a la obscuridad de su habitación. Hacía frío. Volvió a ver a su ventana, una fuerte lluvia se hacía presente ahora, acompañada de truenos y relámpagos. Suspiró.

----------------------0----------------

—Yo solo espero… que esto sea lo correcto— Se dijo a si mismo Austin, dándole punto final a la carta. Un horrible nudo en la garganta se apoderó de él. Se contuvo las ganas de llorar, porque así solo perdería agua y su organismo la necesitaba.

-------------------------0---------------

Se levantó de la cama, se puso zapatos y un suéter. Salió de su habitación sigilosamente, sin que nadie se diera cuenta. Contuvo su llanto. Corrió hasta la puerta de entrada y salió al jardín. Observó el cielo, estaba completamente repleto de nubes negras. Todo el patio estaba inundado en agua, pero no le importó. Siguió corriendo hasta llegar a la maca. Se acostó sobre ella. Un fuerte relámpago apareció en el cielo. La hizo sobresaltarse. Empezó a temblar por el frío. Poco a poco fue empapándose, pero realmente no le interesaba eso. Al contrario, empezó a gustarle el hecho de sentir la lluvia sobre ella. Cerró sus ojos y cruzó sus brazos. Más y más lágrimas la invadieron. Respiraba con fuerza. Las gotas de lluvia cayendo sobre su rostro solo la alentaban a llorar más. Pero ella quería sentir de nuevo ese momento. Hizo viajar a su mente, hasta que apareció.
—Austin— Susurró ella.
—Mande, cariño…— Respondió él. ______(tn) sonrió.
—Bésame— Pidió. Austin iba a besarla, pero ella puso un dedo sobre sus labios, para detenerlo. —Hasta quedarnos dormidos…— Finalizó ella. Austin se sintió tan bien al escuchar aquello. Sin pensarlo, la tomó de ambos costados del rostro y chocó sus labios sobre ella. Empezaron a hundirse en la perfección nuevamente. Abrieron sus bocas, entraron con facilidad. Se llenaron el uno del otro. Austin la apretó a su cuerpo, no la soltaría. Obedecería, la besaría hasta que se quedaran dormidos. La maca seguía meciéndose. Sus labios seguían tocándose, saboreándose, profundizándose. Viajando al cielo. Tocando las estrellas. Se mantuvieron así por largos minutos. Perdieron la noción del tiempo. Esto era algo más grande que todo lo que el ser humano puede sentir. Era calor, pasión, dulzura, comodidad, felicidad… amor. No había nada que dudar ahora. Nada que temer. Se besaron hasta que, poco a poco, se fueron quedando dormidos. Abrazados. Tomados de las manos. Bajo la bella noche estrellada, acompañada de la luna llena. Grillos cantando, el aire golpeando los árboles. Todo para ellos. Cerraron sus ojos y se acompañaron en un profundo sueño. Encantados, enamorados, hechizados. Como si fuera el último beso que se fueran a dar. Unidos así hasta que el amanecer se hiciera presente… sin nada, absolutamente nada, que pudiera separarlos.
Abrió sus ojos. Sola de nuevo. La noche y la lluvia eran su compañía. Entonces, más lágrimas. Más dolor en su estómago. Su corazón que había sido tan fuerte en repetidas ocasiones, estaba ahora completamente débil. Sentía que no era nada sin él, lo necesitaba. Lo necesitaba con todas sus fuerzas. 'Vuelve Austin, vuelve'…

-----------------------0-------------

La puerta se abrió lentamente. Austin abrió los ojos al escuchar el rechinido.
—¡Los encontramos!— Gritó uno de los hombres con uniforme negro que entraba por la puerta. Austin aún trataba de comprender lo que sus ojos veían. ¿Esto era otra pesadilla o era la realidad? —Aquí detective Hemsworth, los encontramos, repito: Los encontramos. Una ambulancia rápido, están deshidratados— Finalizó a través de su radio.
—Detective…— Susurró Austin, moviéndole el hombro. —La ayuda llegó—.
Montgomery abrió los ojos y observó la escena. ¡Estaban ahí! Una decena de sus compañeros y rescatistas habían entrado a la bodega. Patrick, Phelps y Jackson despertaron de su profundo sueño. Fue como si los corazones de todos volvieran a latir.
—¡Buen trabajo, compañeros!— Habló Montgomery. —Austin… te lo dije muchacho, estamos salvados— Lo animó. Austin seguía perplejo ante lo que pasaba. Phelps y los demás intentaron levantarse, pero se los impidieron.
—No se levanten, ya viene una ambulancia. Y tranquilos, David y sus colegas estarán tras las rejas, y esta vez… pueden estar seguros de que no saldrán jamás— Finalizó Hemsworth.
Austin sonrió, agachó su mirada. Dios. Estaba sucediendo. Ellos estaban ahí, después de una semana y media, los habían encontrado. El dolor, el hambre y la sed que sentía, desaparecieron por un momento. Dios les había otorgado una nueva oportunidad para vivir. Lo habían logrado. Finalmente comenzaron a llegar los doctores, los subieron a todos a camillas para sacarlos de ahí. Llegaron hasta la superficie de la casa, aprisa los metieron a todos a diferentes ambulancias, debido a la fuerte lluvia. Mientras auxiliaban a Austin dentro del vehículo, recordó algo. La carta que había escrito. Entonces, la felicidad que llegó a sentir cuando los encontraron, desapareció. Su mente empezó a darle vueltas. ¿Era correcto lo que había escrito? Y su mente le decía: si. Pero su corazón, su corazón se negaba plenamente. Volvió a sentir dolor en sus adentros. Tragó saliva. Tenía que ahogar ese nudo que se formaba. 'Espero que algún día me perdones por esto, ______(tn) Evaine Winston…' le dijo a su subconsciente. 'Pero esto, esto es lo mejor para ambos'. Una lágrima rodó por su mejilla ante el recuerdo de ella. Esto que estaba a punto de hacer, era lo más difícil que haría en toda su vida…

"La Ultima Carta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora