Capítulo 2. ¡En un aprieto!

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- Hola... mmm... esto... creo que me he equivocado -dice el chico.

La muchacha seguía en ropa interior mientras el chico seguía impactado.

- ¡Para de mirar de una vez! -grita Shizuku molesta.

- ¡Oh! Lo siento muchísimo, de verdad -continúa él.

- Vale, vale. ¡Pero sal ya de aquí, pervertido! -reclama ella.

El joven sale corriendo por el pasillo y cierra la puerta tras de sí. Enseguida, Shizuku termina de vestirse y corre a contarle a su amiga lo que le ha pasado.

Justo antes de llegar a la mesa, Shizuku ve cómo sus amigos se abrazan y se despiden dándose un beso en la mejilla, ahora les toca ir a distintas aulas.

- ¡Miharu Kagaku! -vocea Shizuku, indignada-. Un chico entró en los vestuarios cuando me estaba cambiando, ¿y tú qué has hecho con Akira mientras que yo lo pasaba mal? ¿Besaros? Porque vais por ese camino.

- ¡No! ¡No hemos hecho nada! Eres una malpensada. Simplemente hablábamos -dice sonrojada.

- ¿Segura? -vuelve a preguntar su amiga, un tanto nerviosa.

- Bueno... ¡Vamos a clase ya! -cambia de tema ella, repentinamente.

Cada una parte hacia su aula correspondiente.

Al cabo de dos horas terminan las clases. Shizuku vuelve a esperar a su amiga donde siempre, en una esquina; pero esta vez para volver a casa. Entonces, la ve. Parece muy contenta.

- ¿Ha pasado algo? Te noto muy alegre -observa Shizuku.

- Verás, Akira -la mayor pone cara de asombro. ¿Desde cuándo le llamaba Akira? En Japón solo se llaman por su nombre de pila si tienen una relación muy íntima-, tras muchas súplicas por su parte, me ha invitado a ver los fuegos artificiales con él y un amigo. ¿Quieres venir?

- Diría que no, pero no pienso dejarte a solas con ese.

- ¡Ah! No te preocupes, piensa en ti y déjame tranquila. Ya verás cómo disfrutas de esa noche. Tengo entendido que su amigo es muy guapo.

- Prefiero no hablar de chicos, por ahora.

- Bueno, pues quedamos el domingo a las 21.30 h en mi casa.

Tras esta charla ambas vuelven a sus hogares.

Al día siguiente, Michiko pasa temprano por casa de su amiga. Llama al timbre, pero como es de esperar... ¡se ha vuelto a quedar dormida! Shizuku la agita a más no poder, intentando llamar su atención, y por fin, tras cinco minutos de grandísima desesperación consigue que abra los ojos. Kagaku se da cuenta de lo que ocurre y salta de la cama a toda velocidad. Corre al baño a vestirse, lavarse los dientes y peinarse. Lo hace lo más rápido que puede. De momento, empiezan mal la mañana. Cuando por fin consiguen salir de su casa, se dan cuenta de que son las 8.05 h y las clases empiezan a las 8.00 h.

- ¿Por qué siempre tardas tanto? -dice enojada Shizuku.

- No te preocupes, mi profesora aún no habrá llegado.

- La tuya, pero ni que decir tiene que la mía es la más puntual del instituto.

- ¡Wow! Es cierto, pues en ese caso... TELETRANSPORTACIÓN.

Y las dos jóvenes aparecen en el recinto de la escuela. Aunque hayan aparecido justo a tiempo, les echan la bronca.

«Miharu Kagaku, ya verás cuando te pille», piensa Shizuku.

«Seguro que Shiku está bien», supone Kagaku. Shiku es el mote que le ha puesto a su mejor amiga, como una abreviatura de Shizuku. La chica deja de pensar en su amiga en cuanto entra al aula, allí está, de nuevo, sentado junto a la ventana, su amor platónico, Akira Ryu.

- ¡Buenos días, mi amor! -salta este.

- ¿Cómo que mi amor? -dice ella, algo confusa.

- ¡Ups! Quise decir Miharu -intenta justificarse él.

- Bueno alumnos, a sus asientos y basta de chácharas. Abrid el libro por la página 23 -comienza la profesora.

Tras tres largas horas, todos se dirigen al recreo. Ese día las clases terminan un poco antes. Shiku estaba esperando la llegada de Miharu. Ella sabía que volvería con Ryu, y ya no podrían tener un momento a solas.

La pareja no sale aún. Pero a pesar de todo, Michiko sigue esperando, como buen amiga que es.

Cinco minutos antes de las 13.00 h aparecen. ¿Vienen de la calle? Imposible.

- ¿De dónde venís? He estado esperando aquí casi una hora -reclama Shiku desesperada.

- Bueno, no te lo hemos dicho porque sino no nos habrías dejado ir, pero hemos estado en los centros comerciales. Me hubiera encantado que hubieras estado ahí, pero no puedo teletransportar a tanta gente. Espero que lo entiendas -explica Miharu.

- Siento robarte a tu amiga, pero es que me ha caído muy bien -dice Ryu.

Michiko piensa que su amiga la abandonará tarde o temprano por ese tipo.

Luego, de vuelta a casa, escucha como ambos hacen planes para por la tarde. Planes a los que ella no está invitada. «Esta es la mía», piensa.

- Miharu, esta tarde ¿quieres venir a mi casa para que te ayude a estudiar? -sugiera ella.

- Bueno, me han mandado muchas tareas y creo que son demasiado difíciles.

- Recuerda que tengo un año más que tú. Ya he pasado por tu curso, así que puedo ayudarte en todo -sigue intentando Shiku.

- Si insistes... vale -responde nerviosa.

- Pues hasta esta tarde entonces -ríe divertida.

Cada una se va por un camino, a pesar de ser vecinas. Mientras camina, Miharu piensa en una buena excusa para no quedar con Shiku. Esa tarde es muy especial para ella, no puede echarla a perder estudiando matemáticas.

CONTINUARÁ...

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