Capítulo 6. Una noche de colores

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Son las 23.30 h. Los fuegos están a punto de comenzar. Akira y Miharu se acercan al borde de la montaña, sin embargo, Shiku se queda sentada en un banco, aún le duele la cabeza.

-         ¿Puedo sentarme? –pregunta Tsubasa.

-         Em… pu-pues cla-claro… -contesta Michiko, tartamudeando por su timidez.

-         Ha sido realmente increíble, lo del restaurante digo, Kagaku y tú formáis un gran equipo –dice mientras se sienta.

-         Nos conocemos desde pequeñas, es normal.

-         Vais a la misma clase, ¿no? –pregunta sonriente.

-         Ummmm… pues la verdad es que no, soy mayor que ellos –dice ésta señalando a sus amigos.

-         ¿En serio? Pensé que tenías su edad.

-         Me lo dicen mucho jajaja Nadie se cree que vaya a 3º -Michiko se encoje de hombros.

-         Lo siento, a lo mejor tienes mi edad y todo –se disculpa.

-         ¿Tu edad? ¿Acaso tienes 15? –pregunta, algo tímida.

-         ¡Qué va! Tengo 16 –él sonríe.

-         ¿Die-dieci-dieciséis? –ahora la chica está más tímida, y tiene la cara como un tomate.

-         Sí, es que este año me he mudado de casa y por eso, también de instituto. Aquel día cuando… bueno, ya sabes…

-         Ya sé… no quiero recordarlo.

Michiko siente una pequeña bajada de azúcar y se marea aún más, sin querer apoya su cabeza en el hombro de Tsubasa.

-         Perdona –se retira, rápidamente.

-         Da igual, puedes si quieres, no me molestas –él sonríe.

Entonces, la chica apoya la cabeza algo indecisa y cierra los ojos. El dolor se le va pasando lentamente.

Mientras ellos están a lo suyo, Miharu y Akira contemplan los fuegos más de cerca. Al rato, paran y solo se pueden observar las estrellas en el firmamento.

-         ¡Son preciosas! –exclama maravillada Miharu.

-         No tanto como tú –aclara Akira, sin dejar de mirar la boca de la muchacha.

La chica se gira, se siente intimidada. Se quedan mirándose a los ojos. Entonces, acercan sus cabezas y ahora sus labios. Y… ¡muack! Kagaku no tardó en cerrar los ojos y ponerse colorada, pero a pesar de todo, le estaba gustando aquella sensación.

En la otra esquina, Nozomi y Michiko los observan con curiosidad.

-         ¿Lo has visto? –pregunta Tsubasa.

-         ¡Pues claro! Y me parece inclandescente, es decir, me parece maravilloso, pero a la vez algo extraño, solo se conocen desde hace cuatro días, joder –explica ella.

-         Creo que han encontrado su media naranja –opina Tsuba-kun.

Ryu le pide salir a Kagaku, y ella acepta encantada. Sin embargo Shiku no ha adelantado nada con Tsubasa.

CONTINUARÁ... 

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