Miharu Kagaku y Shizuku Michiko son dos grandes amigas del distrito 13 de Kyoto. Tienen unos poderes impresionantes, como el resto de los alumnos de la escuela Really Power. Y gracias a ellos salvarán muchas vidas. Pero también le dejan tiempo a sus...
Después de esa semana perfecta, las chicas vuelven a sus hogares.
- ¡Mamá, ya estoy en casa! - dice Miharu al abrir la puerta.
Nadie responde. Es extraño. Entonces oye unos murmullos que vienen del salón. Corre hacia allí. Al llegar ve a dos personas, agentes de policía, sentados en el sofá hablando con su madre.
- ¿Qué ocurre? -pregunta, asustada.
- Cariño -comienza la madre-, el Agente Takuma y el Agente Kobayashi han venido para hablar contigo de un asunto importante.
- Buenas tardes, Miharu -dice uno de los policías-. Toma asiento, esto nos llevará un rato.
A pesar de los shorts vaqueros y el sombrero blanco que lleva, Shizuku está muerta de calor. Pensaba que al llegar a su ciudad el tiempo se volvería más suave, pero se equivocaba. Últimamente tiene la sensación de que se equivoca en todo lo que hace, en todas las decisiones que toma. Y eso la desespera.
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Acaba de llegar a su residencia, por fin podrá descansar. Toca el timbre, abre su padre.
- ¡Hola, papá! -Saluda y le da un fuerte abrazo, a la vez que deja la mochila en el suelo de la entrada.
- ¡Hola, pequeña! Pasa al salón, tenemos visita.
La chica obedece. La Agente de policía Mikasa está allí.
- Agente Mikasa -dice ella, sorprendida-. ¿A qué se debe su visita?
- Siéntate, cariño -comienza su madre, quien está de pie junto a la ventana. Luce bastante seria. Por un momento, Shiku cree que se han enterado de la liada en Okkinawa y tiembla-. Tenemos que hablar.
Cae la noche en Kyoto, y Miharu decide telefonear a su mejor amiga.
- ¡Shiku! ¿A qué no te imaginas quiénes han venido a verme?
- ¿Dos agentes de policía? -Responde segura.
- ¿Cómo lo...?
- ¿Qué cómo lo sé? Porque la Agente Mikasa ha venido a explicarme la situación -aclara la mayor.
- Tenemos que ayudar -dice Miharu.
- Ya lo sé, pero sólo somos niñas, y ellos unos asesinos en serie.
- La vida de una niña de siete años está en juego.
Y es que parece ser que los ladronas que atacaron el restaurante aquella noche de Año Nuevo han conseguido escapar de la cárcel, se han sentado en un edifico abandonado, secuestrada a una niña pequeña y amenazado con matarla sino les dan una cantidad de dinero que ellos pidan, antes de 48 horas.
- Si han acudido a nosotras, Shiku -continúa explicando Miharu-, es porque confían realmente en nosotras. Ya pudimos con ellos una vez.
- Está bien. Mañana lo hablamos mejor, no te preocupes.
- Vale -y ambas cuelgan.
Shiku aprovecha para escribir todo lo ocurrido en su diario. Se mira al espejo un par de veces, intentando dar con la solución a sus problemas, ¡como si fuera tan fácil! Tiene el pelo rosa algo enredado y su cara denota preocupación. Desde Okkinawa no se siente bien, un mal presentimiento recorre su cuerpo. No puede evitar soltar un suspiro.
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Al amanecer, Shiku se levanta bien temprano. Bueno, más bien, es que no ha pegado ojo en toda la noche y han llegado las 6.30 h y tenía que prepararse para ir a clase. Se viste pensando en Aria, la niña secuestrada; desayuna pensando en Aria; se lava los dientes pensando en Aria; y sale de su casa pensando en ella también. Y es que esta niña ha sido su pensamiento durante toda la noche.
- ¡Miharu! -Grita dirigiendo su voz al balcón de su amiga.
No hace falta que vuelva a alzar la voz, para su sorpresa, Miharu sale por la puerta de su casa al instante. Tiene unas ojeras enormes.
- ¿Tú tampoco has podido dormir?
- Pff... pues no. Me preocupa mucho este asunto.
- A mí también.
No dicen nada más hasta llegar al recinto escolar, donde solo se hablan para:
- Nos vemos luego.
- Sí.
Están demasiado absortas en sus propios pensamientos.
Las horas de clase pasan. Ryu enseguida se da cuenta de que su novia está muy ausente.
- ¿Ocurre algo, amor? -Pregunta este, mientras la abraza por detrás.
- Bueno, es que... -la chica lo piensa un momento. No debe involucrar a su novio en esto-. No es nada, estoy teniendo un mental breakdown que no tiene nada que ver contigo. De verdad, no te preocupes.
- Ah, si tú lo dices...
Toca volver a casa. Shiku está esperando a su amiga. Esta vez, para sorpresa de la mayor, no va acompañada de su novio Ryu.
- ¿Y Ryu?
- Le he dicho que hoy volvía por otro camino. Tenemos que hablar de "ese tema".
- Como quieras.
A la vez que vuelven a casa, charlan sobre Aria.
- No quiero que mi amor y Nozomi se enteren.
- Es cierto, seguro que querrían ayudar y expondrían sus vidas al peligro.
Hay un silencio que parece eterno. Shiku continúa:
- Entonces, ¿qué?
- El sábado a las 10.45 h en el edificio abandonado de las afueras del distrito II, ¿entendido?
- Sí, hoy llamaré a la Agente Mikasa para confirmarle nuestra asistencia.
Se despiden y se meten en sus hogares. Lo que no saben es que alguien, más bien, algunos más, estaban al tanto de su conversación...
El sábado ambas se levantan muy temprano. La madre de Shiku se despide de su hija, igual que la de Miharu, y les piden que tengan mucho cuidado.
