Capítulo 3. Entre sospechas.

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Shiku sabe que antes o después Miharu caerá en la trampa, ya que analizó la situación con su poder: VISIÓN ANALÍTICA.

Ahora, Shizuku está en su habitación tumbada en la cama escuchando música. Entonces, suena su móvil. Decide no cogerlo porque en la pantalla de su iPhone pone que es Miharu quien llama. Seguramente para poner excusas sobre lo de no quedar esa tarde. Lo que ella no sabe es que en realidad es Akira.

Pasada una media hora, el teléfono vuelve a sonar. Esta vez el número es diferente y decide cogerlo.

- ¿Sí?

- Hola, soy Ryu. ¿Puedes venir a darte un paseo por el parque? Te espero en la fuente que hay nada más entrar -y de repente, cuelga, sin más.

La chica no está segura de lo que acaba de pasar. ¿El medio novio de su amiga la ha invitado a dar un paseo? ¿Solos? ¿O no?

«¿Qué hago? ¿Voy?», piensa aterrada. «Si de verdad es una cita a solas, Miharu se enfadará conmigo por ir con él». «Pero ¿qué estoy diciendo? Si es ella la que me ha puesto excusas para no venir hoy. Vale, iré a ver qué pasa».

Así que se viste en cuestión de segundos, y sale corriendo rumbo al parque. Allí encuentra a Ryu, pero ve que no está solo; Miharu está con él. Y... ¡hay alguien más! No le ve muy bien la cara, pero sabe que es un chico alto, poco más que ella, de cabello castaño. ¡No puede ser! ¡Es el mismo que entró en los vestuarios! ¡Qué vergüenza! Ya comienza a arrepentirse de haber ido.

- Shiku -se dirige Kagaku a ella, dándole un fuerte abrazo. Hasta ahí todo normal- Ven, te presento a Tsubasa Nozomi. Es el mejor amigo de mi Akira, quiero decir... Ryu.

La chica no sabe qué decir. Siente un cosquilleo en su interior, pero piensa que se debe a la situación.

- ¿Shiku? ¿Estás ahí? Tierra llamando a doña coletas -así es como la llama su amiga siempre que se queda embobada, porque siempre lleva coletas.

- ¿Eh? Sí, sí. ¿Qué ha pasado? ¡Ah, sí! Hola -vuelve en sí-. En-encantada. Yo soy Shizuku Michiko. Pero puedes llamarme Shiku -añade dirigiéndose a Nozomi. Piensa que tal vez ha ido un poco rápido en darle su nombre, pero no sabe por qué siente que debe hacerlo así.

- ¿Y a mí no te presentas? -dice indignado Ryu.

- Sí, soy Michiko, para ti, Michiko -sonríe pícaramente-. ¡Ale! ¡A divertirse se ha dicho!

Los muchachos se dirigen a una heladería cercana. Cómo no, Miharu y Akira iban juntos por delante, hablando de sus cosas. Por lo tanto, Shiku y Nozomi no tienen otra opción que hacer lo mismo.

- Perdona por lo del otro día, te juro que no era mi intención entrar -se disculpa Nozomi, algo colorado.

- No te preocupes, eso le puede pasar a cualquiera -aclara Shiku.

Cuando llegan a su destino, cada uno se sienta donde quiere y piden unos helados y batidos. Todo iba de maravilla.

- Miharu, ¿puedo hablar contigo un segundo, por favor? -dice Shiku, tímidamente.

- Claro. Enseguida volvemos, chicos.

Ambas se ponen a conversar cerca de los aseos. Donde están las taquillas.

- Esto... Tsubasa creo que me atrae bastante. ¡Pero es que es el chico que entró en el vestuario! -se desahoga ella.

- ¡Ah! Pues con él iremos a ver los fuegos artificiales.

- ¡¿Cómo?! -la chica se pone colorada, más de lo que ya estaba-. ¿Miharu, no sabes que si un chico te invita a ver los fuegos artificiales con él es que te quiere?

- ¿En serio? Pues entonces Akira... -piensa un momento-. Bueno, da igual, volvamos.

Las jóvenes se sientan otra vez a la mesa.

Pasado un rato, Nozomi se arma de valor y le pide a Shiku si quiere ir con él a la fiesta de Año Nuevo. Ella, como un tomate, contesta que sí.

- Jajaja Veo que os lleváis bien -interrumpe Akira-. La noche es mañana. Estoy impaciente.

- Bueno, chicos, será mejor que me vaya. Aún no he terminado de hacer los deberes. ¡Hasta mañana! Sed puntuales -dice Miharu.

- ¡Puntual deberías ser tú! -salta Shiku, entre risas.

- Adiós, Miharu Kagaku. Espero que mañana nos veamos pronto -interrumpe Ryu-. Te esperaré por muy tarde que sea.

Miharu vuelve a su casa muy contenta. Tiene las últimas palabras de Ryu en su mente todo el rato. No puede esperar a que llegue mañana.

Al día siguiente, la chica se levanta temprano, desayuna y se va a correr. Pasa por casa de su mejor amiga, Michiko:

- ¡Coletitas! ¿Estás ahí? -dice con ánimo Miharu.

Pero su compañera no responde, se ve que no está en casa. Así que la llama por teléfono.

- Shiku, ¿dónde estás?

- Verás, he quedado Tsuba-kun. Anoche, cuando te fuiste, me pidió que le acompañase a hacer unos recados.

Miharu cuelga el móvil. Se siente sola, abandonada. Ahora sabe cómo se sentía Shiku cuando ella hacía lo mismo con Ryu. Sin pensar ni un segundo, se dirige al parque.

Una vez allí, comienza a correr por debajo de una hilera de abetos. Observa cada una de sus pisadas, tan concentrad que se olvida del mundo exterior. Y entonces... ¡PUM!

Really Power!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora