Capítulo 18. Viviendo en el infierno

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~Capítulo 18~

Viviendo en el infierno

Cassie 

La noche había caído para cuando llegue al apartamento, sentía que el corazón se me iba a salir por la boca porque sabía lo que me esperaba, Ian nunca me ha tocado, pero no sabía hasta donde podía llegar su nivel de enfado y sabía lo fuerte que era ya lo había visto pelear alguna vez y era sanguinario, no tenía piedad de su oponente. El ascensor se detuvo en la entrada del apartamento y cuando las puertas doble se abrieron una oscuridad escalofriante me recibió, percibí un olor dulzón y a cigarrillo, él había estado bebiendo y fumando mi estómago se contrajo con fuerza por el temor.

Escuche un ruido proveniente de sala de descanso y me acerqué despacio, me había descalzado para ahogar el ruido de mis pisadas y cuando al fin llegue al lugar de donde provenía el ruido, la sorpresa fue desagradable. Una chica de contextura delgada y pelo largo rizado se encontraba sobre las piernas de Ian, los dos completamente desnudos y jadiando como unos animales, otra mujer en esta situación hubiese montando una escena, yo solo me aleje despacio con el estómago revuelto.

—Señorita— dijo Blake por lo bajo cuando me gire para marcharme me lleve la mano al pecho por la impresión y luego de unas respiraciones lo mire fijamente.

—Me iré a mi habitación— dije en un susurro—Y no creo que sea buena idea molestar a tu jefe ahora —era la primera vez que veía una expresión de asombro en Blake y haciendo caso de mis palabras dio media vuelta pero se detuvo antes de dar otro paso.

—Señorita Cassidy, trate de no hacer enojar al jefe—se giró nuevamente y siguió su camino, era la primera vez que veía preocupación en el rostro de Blake.

Subí las escaleras despacio para no molestar a los amantes y lleve mis pasos a mi habitación, había elegido la más alejada y para mi fortuna esta tenía su propio baño. Me encerré en ella y como siempre puse el seguro, Ian tenía llave de todas las habitaciones menos de esta, había mandado a cambiar la cerradura, ya tenía demasiado con vivir bajo su mismo techo. Me deje caer sobre la cama y rememore toda mi tarde con Jack y una descarga me recorrió el cuerpo, aquel chico ojos grises era electricidad y amaba que me encendiera como lo hacía con ella.

— ¡CASSIDY!—escuche gritar en el pasillo abrí los ojos de golpe y me erguí — ¡MALDITA PUTA! sé que estás ahí— Ian se escuchaba realmente borracho, me puse de pie y camine hacia la puerta pero me detuve de golpe cuando este comenzó a golpearla como un demente—Abre la maldita puerta Cassidy Blare o la tiraré.

Estaba asustada y me abrace a mí misma albergando la esperanza de que Blake apareciera en cualquier momento para tranquilizarlo, pero Ian seguía golpeando la puerta y en un momento determinado sentí que algo se quebraba y me apresure a encerrarme en el baño pero antes de siquiera tener tiempo de abrir la puerta Ian se encontraba encima de mi completamente desnudo.

Olía alcohol y a sexo, tenía el cuerpo lleno de brillantina que seguro era de la perra a la que se estaba cogiendo. Me inmovilismo con una mano y me puso de pie con una fuerza que jamás pensé podría tener, mi corazón latía a mil por hora y sentía mis ojos escocer sabía que me echaría a llorar en cualquier momento, pero esto no lo detendría, él no tenía piedad y unos lagrimas solo aumentarían su enojo.

Me depositó bruscamente sobre la cama y me quedé allí petrificada, mientras veía como Ian cerraba la puerta tomo una de las cintas que a veces uso para el cabello, intente moverme pero me golpeo con el puño cerrado y todo el aire escapo de mis pulmones, me revolcaba del dolor mientras Ian amarraba mis manos con la cinta al respaldo de la cama, sin decir palabra, solo podía ver aquella miraba bestial en sus ojos.

Por favor Ian —dije con la voz entrecortada por el dolor, pero este hizo caso omiso y comenzó arrancarme la ropa...

—Eso no es lo que le dices a Jack—dijo con sarcasmo—Eres una puta de mierda y así te estoy tratando, te acuestas con otro que no es tu prometido...

—Te juro que no es así, por favor Ian no me he acostado con nadie— las lágrimas ya bañaban mi rostro pero la mirada de Ian nunca se suavizo y siguió arrancando mi ropa como si fuese cualquier prostituta, lo difícil era cuando sus manos rosaban mi costado lastimado.

—Quien iba a decirlo—dijo rompiendo mi sostén—ahora me excitas mucho más que cuando eras delgada—Paso su asquerosa mano por mis pezones y luego la deslizó por mi abdomen, suplicaba en mi interior que algo pasará, que alguien lo parará pero nada de eso pasó. Ian me penetró de una manera tan salvaje que sentí un dolor tan fuerte que solté un alarido, Ian cubrió mi boca con su mano y siguió con las embestidas mientras las lágrimas bañaban mi rostro y el dolor de mi costado seguía en aumento y aquel pensamiento que ya alguna vez había pasado por mi cabeza desde que me entere de mi compromiso con Ian Magcord regreso nuevamente. Deseaba que la muerte me llevara, porque de todas formas ya estaba viviendo en el infierno.

Jugada Final (Chicas Gordas #3) BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora