-Tú te lo buscaste-dije
Se lo advertí pero ella lo pidió, la acorrale contra la pared poniendo mis manos una a cada lado de su cabeza y estampe mis labios contra los de ella de una manera brusca y salvaje un beso lleno de deseo, pegue más mi cuerpo al suyo si es que eso era posible ella tomo mi cabello entre sus manos para así poder fundir más su boca contra la mía, yo baje una de las manos que mantenía al lado de su cabeza para recorrerla toda pasando por sus senos luego su cintura hasta llegar a su cadera, estaba desesperándome necesitaba follarle de una vez por todas así que la levante por los muslos y la deposite en la cama quedando sobre ella justo entre sus piernas abiertas.
-Te vez jodidamente sexy hoy Olivia-Me quede mirándola recorriendo cada parte de su cuerpo, puede llegar a ser una total perra a veces pero eso no le quita que sea ardiente y me ponga duro.
Empecé a dejar besos húmedos por el lóbulo de su oreja, bajando así hasta su cuello el cual mordí y succione sin ninguna pizca de delicadeza mientras ella gemía grutalmente, rápidamente baje un tirante y seguido de este el otro cuando desabroche su sostén pude ver sus magníficos senos frente a mi deposite un beso en medio de estos para luego tomar uno de sus pezones en mi boca mientras que con mi mano masajeaba el otro.
-Diego-Gimió, mientras aruñaba mi espalda que estuvo desnuda todo el tiempo y mordía sin piedad mi hombro.
Quite mi toalla de un tirón, volví a subir a sus labios y le di un fugaz beso en el cual mordió mi labio inferior y mi notable erección ya comenzaba a doler, arranque sus bragas de un tirón haciendo que gimiera aún más fuerte, comencé a besar su muslo interno hasta llegar a mi destino y me hundí por completo pasando mi lengua sin ningún pudor por toda su ya mojada intimidad, metí una de mis dedos de golpe Olivia arqueo su espalda en respuesta al placer que le causaba mientras seguía succionando su clítoris y lo agarraba entre mis dientes, introduje otro dedo en su interior y acelere el ritmo que llevaba anteriormente sentía como ella se restregaba más contra mi mano, verla en ese estado lograba excitarme a un alto nivel la manera en cómo se agarraba de las sabanas, como se mordía el labio inferior tratando de reprimir sus gemidos, era su simple expresión de deseo puro lo que lograba encenderme.
-Ahh me voy a correr-dijo sentí como sus paredes se contrajeron alrededor de mis dedos, lo cual daba aviso a su tan esperado orgasmo y así sucedió soltó un gran gemido indicándome que ya había llegado. Ella arranco mi toalla y mi hombría salió disparada, lo acaricio durante un rato y luego la recosté de nuevo.
-Condones-le pregunte.
-En el cajón de la derecha-me dijo, se notaba que estaba tan impaciente como yo en estos momentos.
Agarre el sobrecito plateado entre mis manos y me dispuse a ponerlo pero, ella interrumpió mis acciones y rasgo el sobre deslizando el condón por toda mi longitud logrando sacar unos gruñidos de mi parte, la tome de los hombros y la recosté de nuevo en la cama abrió las piernas para mí y logre posicionarme en su entrada y sin previo aviso de un solo tiren entre en ella, se agarró fuertemente de mi espalda y yo volví a penetrarla, eran embestidas bruscas tal como a mí me gustan no sé cómo Olivia después de acostarse con quien sabe cuántos, logra seguir teniendo esa característica estreches que tanto me encanta.
-Más rápido Diego-pidió gimiendo entrecortadamente en mi oído.
Así lo hice aumente el ritmo tomándola de las caderas, ambos estábamos cerca del orgasmo ella busco mi boca fundiéndonos en un beso apasionado yo mordí su labio inferior cosa que aprovecho ya que introdujo su lengua en mi cavidad bucal, estamos teniendo una guerra y ninguno quería ceder. Justo llegamos al mismo tiempo los dos soltando un gemido descomunal, me quede ahí recuperándome un poco de mi entrecortada respiración, luego me levante tire el condón al sesto cogí mi toalla y empecé a enredarla en mi cintura, dispuesto caminar en dirección a la cama donde ella se encontraba.
-Buenas noches hermanita- le di un beso en la frente y salí de su habitación en dirección a la mía.
Una vez ya adentro pude ver mi reflejo, y note mis ojos como dos grandes perlas negras, los ojos son las ventanas al alma y eso es lo que hay en la mía oscuridad.
ESTÁS LEYENDO
NINFOMANE
Romance-No soy quien te guía a la oscuridad; sino que soy ella misma. “La verdadera tragedia de la vida es cuando los hombres tienen miedo de la luz” -Lo siento. Pero no podemos vivir en la luz todo el tiempo. Tienes que tomar cualquier luz y mantenerla en...