La despedida

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-Mi Lady, por favor háblame.
Adrien perseguía a una furiosa Ladybug. Su padre, Gabriel Agreste, había estado a punto de destruir París para obtener los prodigios de la creación y destrucción. Adrien había descubierto su plan, pero no le dijo a su compañera porque quería razonar con su padre. Obviamente esto no salió como él esperaba.
-¡¿Hablarte?! No puedo ni mirarte ahora Adrien. -Ladybug seguía molesta con él. Una parte de ella se sentía feliz de que Adrien fuera Chat Noir, pero la misma parte que lo quería se sentía traicionada. No podía creer que él no le hubiera dicho quién era Lepidóptero de inmediato. Por su traición la vida de todos los parisinos, incluyendo su familia y amigos,había estado en peligro.
-Debes intentar entenderme. Es mi padre. Hizo lo que hizo intentando salvar a mi madre.
-Tu padre aterrorizó a esta ciudad por mucho tiempo. Puso en peligro a muchas personas, incluyendo a mis propios padres. -Ella calló. No debía decir nada que revelara su identidad. Si bien Adrien ya había revelado la suya, ella no confiaba en él.
-Por favor, discúlpame. En nombre de mi familia, me disculpo.-Se arrodilló y le suplicó. -Sólo no me dejes así, dime por lo menos quién eres, por favor.
-No puedo confiar en ti. No me volverás a ver. -Sin decir adiós ella se marchó.
Mientras se alejaba las lágrimas corrían por su rostro. Ella amaba a Adrien, pero él la había herido muchas veces. Marinette pensaba que a él le gustaba alguien más y quien le gustaba resultó ser Ladybug.
Entró en su dormitorio y se miró en el espejo. Volvía a ser ella. La torpe insegura Marinette, derrotada por la valiente y segura Ladybug.
-Marinette no llores. -Su kwami la miraba triste.
-Ahora no Tikki. -Se arrojó en su cama. Miró al techo y suspiró.
-No estés triste, habla con él.
-No, no lo voy a volver a ver. No puedo soportarlo, el dolor en mi pecho no se va. Él me ha hecho daño y no sé qué hacer.
-Ese dolor es porque lo amas.Ve a verlo, dile quién eres en realidad.
-¡Él ama a Ladybug, no a mí!
-Tú eres Ladybug.
-No lo soy. Y no lo seré nunca más. Ve con otra persona Tikki, yo no seré Ladybug nunca más.
-Marinette, no iré a ningún lado. Eres mi amiga y no te voy a abandonar.
Marinette miró el atardecer parisino. Todavía podía escuchar el desesperado grito de Adrien: ¡Ladybug vuelve!

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         Su servidora, Isabellazara.

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