Ella.
- Te ves muy linda esta noche Annie - me susurró al oído
- No estoy acostumbrada a ser cortejada, pero gracias - este hombre no me agrada, me hace sentir incómoda.
Me alejé un poco de él, me tenía tomada de la cintura y estaba peligrosamente cerca de mi lo que no me gustaba para nada.
No era grato estar tan cerca de una persona que acababa de conocer, pero sin embargo sentía que ya lo había visto antes.
No sé por qué accedí a bailar con él, algo en su apariencia me parecía rara. Era un poco intrigante. En sus ojos una constante guerra entre el azul y el verde que parecían casi irreales.
Supongo que eso me cautivó.
Me alejé un poco más de él, evitando que él se diera cuenta de lo que estaba haciendo. Lamentablemente fue más listo de lo que creía y me apretó más a sus brazos acorralándome y apegándome a él.
- Sólo digo lo que veo, querida.
- Jaja -risa falsa- cortejada por un extraño.
- No soy un extraño.
-Claro que lo eres, te acabo de conocer y tú a mi.
- Nada es como parece
Me estremecí completamente, no sé por qué motivo pero eso me causó algo de temor y él se dio cuenta. Muy predictivo.
- ¿Te pasa algo? - un toque misterioso abarcó su voz, su cara parecía más sombría de lo normal.
Me safé como pude, dí media vuelta e intenté caminar. No lo logré dar ni un paso. Él me tomó nuevamente y me giró para quedar frente a frente
-Suéltame - le grité alterada, sentí como todas las miradas presentes se dirgían hacia donde estaba.
Miradas confundidas, otras al borde de la risa y otras diciéndome que parecía una loca y dejara de interpretar ese papel.
- Annie... cálmate... estás haciendo el ridículo
- Te dije que me sueltes
- Te suelto sólo si no vuelves a gritar y charlas conmigo, sin preámbulos.
Estaba actuando mal. Le grité sin que él me hiciera nada. Sentía que después de eso lo mínimo que podía hacer era "charlar". Ya habíamos pasado por un momento bastante irrisorio.
- Ok. Quiero un trago y que me dejes de llamar linda
- Todo lo que la señorita diga.
Nos sentamos, él pidió un whisky y para mi una margarita, bebimos un rato sin decir palabra alguna. Me observaba detenidamente, examinando cada parte de mi. Lo que me hacía sentir incómoda.
- ¿Cómo supiste que me gustaba este trago? - daba sorbos pequeño y analizaba el vaso.
- Te he visto varias veces pedirlo, cada viernes en la noche a la misma hora... cosa que es extraña, como si tuvieras una alarma - alargaba el final de algunas palabras y no sé si lo decía con sarcasmo o en serio lo hacía.
- ¿Por qué nunca me habías hablado? -dije confundida acusando al alcohól del efecto, pero no era lógico que hiciera efecto tan pronto.
- No podía, no era el momento.
- ¿Y por qué hoy?
- Hoy si lo es,hoy estaba planeado. hoy tenía que conocerte aún más. Quizás tú no me conozcas pero yo sí, yo sí te conozco.
Ahora sentía miedo en lo absoluto. Quería que se alejara de mí, pero a la vez quería hacerle miles de preguntas. Saber cómo me conocía tanto y qué quería de mi.
- ¿Sabes? ya es tarde... debería estar en mi casa, mañana tengo cosas que hacer...
- Mañana es tu día libre, no me mientas Annie.
- Por lo mismo, tengo cosas pendiente, Pasear a mi perro...
- No tiene perro
- ¡Alto! ¿Cómo sabes tanto de mi? - Estaba mareada, desconcertada y recién acababa de procesar algunas cosas.
- He estado más cerca de lo que parece, nunca me has puesto atención.
- Pareces un completo obsesionado. ¡Déjame sola!
- Si eso es lo que quieres muy pronto te quedarás sola.
- Gracias. Creo que al fin comprendiste. Ahora si me lo permites - tomé mi bolso y me levanté del asiento - Eres un demente - le grité
- La que se volverá demente eres tú.
- Como digas. Hazme un favor y no me siga ¿Tú crees que no me dado cuenta de tu presencia antes? Estás completamente loco. Déjame en paz. - le gritaba mientas emprendía camino a la salida.
- Te quedarás sola Annie, sola...
Mientras caminaba las palabras hecha una furia las palabras retumbaban en mi cabeza "sola" se repetía una y otra vez.
Te quedarás sola.
Todo se empezó a oscurecer, La puerta cada vez se alejaba más. Todos los ojos de las personas presentes se convirtieron en ojos de búhos. Sus miradas potentes, era como si cada mirada me clavara una espina. Empecé a corre. No lograba alcanzar la puerta. quería con ansias salir de ese lugar.
Miré hacia mi cuerpo y vi algo que me atemorizó. Solo veía manos de un color morado intentando arrancar un trozo de mi piel y en el suelo más manos que intentaban tomarme y arrastrarme con ellas, Muy pronto no sentía mi cuerpo. Sólo podía ver esa puerta inalcanzable. Y esas cosas acabando conmigo o lo que quedaba de mi. Ya no era nada. Ta no era nadie. ¿Estaba condenada a quedarme así?
Claro que no.
Desperté sudorosa. Con los latidos de mi corazón a mil. No recordaba lo que había pasado. Pero sí sabía que todo era un completa pesadilla. Me toqué los brazos y todo mi cuerpo. Me alegré por estar viva que todo había acabado
Solo fue un sueño, me repetí una y otra vez. Sólo fue un mal sueño, estás bien, todo pasó.
Me volví a acurrucara en mi cama. Giré hacia mi velador para ver la hora, estaba totalmente desorientada.
Estaba feliz de que todo hubiera terminado. Pero no fue así, ver que el reloj no funcionaba fue lo que hizo que la bomba detonara y me volviera a la realidad.
Nada ha terminado.
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Experiment
Science FictionAnnie y Levanner no se conocen, pero saben que se necesitan. En una ciudad donde derrepente no hay nadie, ambos se encuentran. Lo unico en lo que pensaban era en encontrar respuestas, pero el amor no pensaba lo mismo.