Annie

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                                                        Ella.

Ya consciente de lo que estaba pasando, el temor algo más controlado y las neuronas en orden, razoné mejor.

Intenté hacer memoria de lo sucedido y los recuerdos me tomaron desprevenida golpeando fuertemente e invadiéndome el terror.

Corrí por impulso a la puerta para cerrarla con lo que se me cruzara, registré mi casa, cerré todo, ventanas, cortinas, sumiéndome en la oscuridad, aunque el sol afuera no me dejara en soledad.

Completamente sola fui en busca de un arma, si esas cosas entraron al departamento de Levanner una vez podrían entrar donde sea.

Levanner… ¿Dónde estará? ¿Me estará buscando? ¿Le habrán hecho algo a él? No soportaba estar así sin hacer nada. ¿Lo extrañaba? Claro que lo extrañaba, en esta idiotez era la única persona conocida viva con quien se sentía segura.

¿Cómo entraron? ¿Cómo llegué aquí? Recuerdo que la cortina se cayó yo asustada me di vuelta rápidamente para ver que ocurría, no había nada, volví a la cocina pero al darme vuelta, unos ojos que me petrificaron, no sabría decir si esos ojos eran de un animal o de un humano o de ambos, lo único que sé que al momento de mirarlos el corazón se me paralizó, retrocedí, estuve a punto de votar todo, pero esa cosa me agarró.

Sentí sus manos/ garras/ huesos, por todo mi cuerpo, me apretó fuertemente, cortándome la respiración y luego se evaporó, como si nada.

No sabía qué hacer, escuché como si un trueno azotara el departamento, y de un momento a otro todos lo muebles, sillas, cortinas, mesas, todo empezó a rondar por la sala, impulsados por nada, se combinaban a peleaban entre sí, un tornado. Yo asustada me tiré al piso, con miedo a que alguno de ellos me hiciera daño; preferí aguardar silencio, sabía que aún si quisiera gritar no se me oiría.

Luego de esto me esfumé yo, no sé cómo pasó, sólo vi un humo morado, repentinamente vi todo negro. Era como estar muerta ¿estaba dormida?. Una luz, recuerdo que una luz tan fuerte, no me dejaba ver nada, pero esa luz me llevaba, alcancé a ver que un departamento, aparentemente en el que estaba había un hombre Levanner, grité con fuerza, pero la voz no me salía y la luz me seguía llevando, después de eso no recuerdo nada.

Volviendo al presente…

Camine lentamente hacia la cocina, Levanner había cogido un cuchillo la ultima vez, por lo que yo, siguiendo sus pasos, hice lo mismo.  Abrí casi todos los cajones, de repente me di cuenta de que había olvidado donde guardaba las cosas en mi propia casa. Seguí buscando por un tiempo más, hasta que encontré uno.

Cuando mi mano envolvió el mango, mi cuerpo se relajo, todos y cada uno de mis músculos dejaron de estar tensos. Suspire, me sentía más segura, nada comparado con lo que sentía cuando Levanner estaba conmigo, pero algo es algo.
Levanner. ¿Que será de él?¿ Le habrán hecho lo mismo?¿Debería salir a buscarlo? La verdad no sé si sea conveniente salir de aquí.

ExperimentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora