Capítulo 24

136 8 3
                                    

Cami

Al día siguiente, para mi sorpresa me encuentro sola en la cama. Reviso mi celular y me doy cuenta de que ya son las diez de la mañana. También veo un mensaje de Ethan que dice: ME HUBIERA GUSTADO QUEDARME MÁS TIEMPO, PERO NO PODEMOS ARRIESGARNOS A QUE NOS DESCUBRAN. ERES HERMOSA MIENTRAS DUERMES.
Sonrío como una niña y me estiro un poco entre las sábanas. Quién habría imaginado que de un día a otro mi vida cambiaría ciento ochenta grados. Estoy en el mar, relajándome, en donde las vacaciones que pensé serían las peores están por ser las mejores de mi vida, con el chico que siempre he querido.

Unos minutos después de despertarme completamente, voy al baño, me pongo mi traje de baño y bajo a la cocina para desayunar. Como siempre, soy la última en levantarme así que como sola. La casa parece vacía, eso porque todos están en el jardín, todos excepto Ethan. Le pregunto a Oksana sobre él y me dice que ya fue a la playa. Así que tomo mi bolso de verano y mi cámara fotográfica no puede faltar y llego a la playa en menos de un segundo. Ubico a Ethan enseguida, sentado bajo la sombrilla leyendo un libro. Observo lo que pasa a su alrededor, como por ejemplo las chicas que se giran para verlo y entonces me apresuro a él. Lo abrazo por detrás y le doy un pequeño beso en el cuello.

«Buenos días».

«Al fin, dormilona» dice, cargándome sobre sus piernas. Ethan me besa en los labios y me despego para protestar

«¡Estoy de vacaciones! Tengo que disfrutar estos días en los que no me tengo que despertar para ir a clase o para estudiar».

«Y yo quiero disfrutar tu compañía así que desde mañana nos despertaremos al amanecer y haremos muchas cosas que nos mantendrán ocupados y juntos».

Pregunto con preocupación: «¿Tiene que ser al amanecer?».

«No, floja, no al amanecer de las seis de la mañana. Si estás despierta para las ochos estaría bien».

Sonrío y lo abrazo. «Entonces, ¿qué haremos hoy?».

«No lo sé. Si quieres puedo ponerte bloqueador por todo el cuerpo» responde dándome un guiño.

«Ethan, ya habrá tiempo para eso. En realidad quiero hacer algo que no me aburra. No tengo ganas de quedarme acostada aquí para tomar el sol todo el día».

«¿Qué te parece un paseo en canoa?» propone.

«¡Estaría perfecto!» exclamo.

Minutos después, después de ponernos los chalecos salvavidas y los remos, elegimos nuestra canoa roja para dos personas. Ethan me ayuda a subir y apenas me siento, se sube él detrás de mí. Comenzamos a remar por la costa, disfrutando la vista. El océano es hermoso, de un azul oscuro que transmite una sensación de éxtasis. La misma que he sentido desde hace unos días. O como la que siento justo ahora, con Ethan, sin necesidad de esconder lo que hay entre nosotros. Seguimos remando, tomando velocidad. Me volteo, viendo a Ethan y sonrío porque de vez en cuando me acaricia el cabello. Y luego hace algo que me saca de mi estado de relajación. Se ladea y la canoa se vuelca, llevándome con él y haciéndome caer al agua. Cuando salgo a la superficie, me tomo unos segundos para abrir los ojos y, cuando lo hago, veo a Ethan sonriéndome con diversión. Hago lo mismo y me acerco nadando a él y, una vez que estoy frente a él, me aferro a él con los brazos y las piernas, que cruzo alrededor de su cintura.

«¿Por qué lo has hecho?» pregunto.

«Porque quería hacer todo estando mojados».

Suelto una carcajada y beso a Ethan en los labios. Es así de fácil como nos sentimos libres. Nunca lo creí posible por dos simples razones. Siempre pensé que mi atracción por Ethan – ahora estoy segura de que son sentimientos – no era correspondida. Tal vez las cosas fueron así hasta hace poco. Pero saber que ahora también él me desea tanto como yo, me hace la persona más feliz del mundo. Por el momento estamos bien y disfrutaremos de nuestra compañía hasta que llegue Elia. Digamos que ya no tengo tanto miedo de no tener su aprobación. Ethan me ha asegurado que haría hasta lo imposible por nosotros dos y si él me lo dice le creo. No porque soy una chica estúpida que confía demasiado rápido en su pareja, si no porque conozco a Ethan y confío en él. Sé que nunca me haría daño y Elia también lo debería de saber porque Elia lo conoce mejor que yo.

Unos minutos después, logramos subirnos nuevamente a la canoa y regresamos a la playa. Tomo mi celular de la bolsa y comienzo a leer los mensajes que me acaban de llegar. Encuentro uno de Kevin pero lo ignoro. Otro de Emily que me pregunta cómo van las cosas con Ethan, así que me tomo una foto con él y se la mando. Y luego encuentro una videollamada perdida de Elia, así que lo llamo antes de que hable con mamá y papá.
Su respuesta no se hace esperar porque contesta inmediatamente. Sin embargo, en la pantalla aparece Haley. La saludo y le sonrío feliz preguntándole si se está divirtiendo.

«¡¿Bromeas?! Aquí todo es hermoso. ¡Europa es hermosa!» exclama entusiasmada. «¿Y tú? ¿Qué haces sola?».

«Uh, no estoy sola. Ethan está conmigo».

Giro el celular hacia Ethan y él saluda contento. «¿Dónde está Elia?».

«Está sacando el boleto del metro. Por desgracia la máquina está en alemán y trata de seleccionar el idioma inglés».

Luego mi hermano aparece en el video y lo primero que dice es: «Espero que tus manos estén en donde deben, amigo».

De repente me pongo toda nerviosa, al contrario de Ethan que se ríe. «Tranquilo. No tocaré a tu hermana».

«A propósito» dice Elia. «Supe del desalojo, amigo. Lo lamento. Sabes que te puedes quedar con nosotros el tiempo que quieras».

«Gracias, pero ya encontré un lugar para nada mal. Y esta vez me aseguré de no compartir departamento».

«Mejor así. Al menos tendrás privacidad cuando lleves a chicas a tu casa. Por cierto, ¿hay alguna?».

Me tenso al escuchar esas palabras. No me gusta pensar en Ethan con otra chica porque ahora está conmigo. Él, a mi lado, siente mi tensión y me acaricia la espalda. Me relajo cuando dice: «En realidad, si hay una. Y pasamos mucho tiempo juntos».

«Estoy feliz por ti, amigo. Escucha, ahora me tengo que ir pero te recuerdo, las noticias sobre Cami. Apenas y me mandaste tres».

«Por si no te habías dado cuenta estoy aquí, idiota» intervengo. «Y gracias por hablarme en esta llamada».

Elia y Haley ríen y luego mi hermano me sonríe sincero. «Lo he hecho a posta, Cami. Puede ser para fastidiarte por no haber contestado la primera vez. Como sea, te extraño».

Después de esa frase me ablando y me despido de Elia más tranquila de lo que pensé y con ganas de verlo en persona.

***

Bien dicen que el tiempo pasa y el verano se va volando, sobre todo si estás con la persona correcta y pasas tus días con diversión. Después de todo, yo estaba con Ethan y cuando llegó septiembre me llegó una extraña sensación de pánico. Tal vez porque el verano se terminó y mis momentos de despreocupación con Ethan también, o tal vez porque tuve un mal presentimiento. Presentimiento que resultó ser verdad e hizo colapsar todas mis certezas.

© TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR Y TRADUCCIÓN RESERVADOS

Sin mirar atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora