Capítulo 25

98 6 0
                                    

Ethan

Ese día Elia estaría de regreso. Todos lo esperábamos con ansias pero Cami y yo aún más. En resumen, pasamos el mejor verano de siempre y estábamos juntos. Ahora lo único que teníamos que afrontar era a mi mejor amigo. Solo que antes tenía un asunto pendiente con Cami y estaba seguro de que no lo tomaría para nada bien.

Es un domingo en la mañana cuando, aún en la cama, la abrazo por detrás. Cami despierta lentamente y se gira hacia mi con los ojos aún entrecerrados, pero sonríe y me maldigo mentalmente porque ya sé que seré yo quien le quite esa sonrisa por el resto del día. Casi al instante se da cuenta de que pasa algo y para disimular un poco, digo. - Todo está bien. Estoy nervioso por la reacción de tu hermano.

Cami parece creerlo, así que dejo el argumento de lado por el momento. Solo que no dura por mucho porque, unas horas más tarde suelta: «Estás extraño, Ethan y si hay algo que tengas que decirme lo quiero saber ya».

Nunca he sido bueno en esconder mis sentimientos, y ni se diga en esconder lo que no quiero que otros vean, sin embargo Cami puede ver lo que otros no. Tengo la intención de hablar, sobre todo porque ella no merece saber las cosas al último momento.
Me paso las manos por el rostro y la invito a sentarse en mis piernas. Cami hace lo que digo y me besa con dulzura en los labios, haciéndome hablar.

«Es acerca de mis prácticas profesionales».

«Sigue» me dice con cautela.

«Sabías que tenía que comenzarlo y que dentro de un par de semanas debía transferirme, pero aún no sabes a donde».

«¿Qué quieres decir con "aún no sabes a donde"? ¿Te irás de Nueva York?» pregunta con voz temblorosa.

Asiento con la cabeza, débilmente. A lo que Cami se levanta de entre mis piernas y pone al instante un espacio entre nosotros.

«¿Cuándo pensabas decírmelo?» dice alzando la voz. «¿Un día antes de irte?».

«Hoy» me apresuro a responder. «Te lo iba a decir hoy».

«¿A dónde te irás?».

«A Charlotte».

«Charlotte... ¿En Carolina del Norte?» pregunta en un susurro.

Asiento y es lo único hago porque no tengo idea de que más hacer. Cami se desconcierta y ve el suelo mientras aprieta sus puños a sus costados. Trato de acercarme pero ella se aleja y eso me lastima.

«¡No! ¡Tu jugaste conmigo! Durante todo el verano. Tuviste miles de oportunidades para decírmelo, Ethan. ¿Por qué no lo hiciste?».

«Porque sabía que lo arruinaría todo. Quería estar contigo. Aún lo quiero».

Ella se burla con una sonrisa. «Al final lo terminaste arruinando todo. Ahora dime cómo seguiremos con esto. ¡Por Dios! No puedo creer que no me lo hayas dicho por todo este tiempo».

«Cami, escúchame. El que me transfiera lejos de aquí no quiere decir que mis sentimientos hacia ti cambiarán. Y además las prácticas solo duran un año. Regresaré a Nueva York todas las veces que pueda porque mi lugar está aquí, a tu lado».

Al escuchar eso Cami comienza a sollozar. Así que, ignorando sus protestas, la abrazo. Siento tanto ser la razón de su dolor y verla en estas condiciones me aprieta el corazón.

«No puedo» solloza. «No puedo estar contigo se me dejas».

«No te estoy dejando» le aseguro viéndola a los ojos. Quiero que sienta la verdad de mis sentimientos y de mis palabras. «Eres mi novia, mi mejor amiga. Sé que al inicio será difícil, pero sé también que podemos afrontar todo lo que implica una relación a distancia».

Al pronunciar esas palabras, Cami se suelta de mi agarre y niega con la cabeza. «No puedes pedirme esto, Ethan. Yo no estoy hecha para las relaciones a distancia. No lo sé hacer. No soportaría nunca estar contigo sabiendo que no estás cerca. Por no mencionar otras cosas. ¿Qué harás cuando encuentres a otra chica? ¡¿Me dejarás sin decirme nada o tendrás dos pies en un zapato?!».

«Nunca lo haría» respondo ofendido y desilusionado de sus palabras. «Nunca te lastimaría porque eres todo lo que quiero». 

«Pero tú no eres lo que yo quiero si tienes la intención de dejarme aquí sola. Me estas pidiendo demasiado, Ethan».

«¿Qué quieres decir? ¿Estás pensando en dejarme?».

«No quiero dejarte» susurra. «¿No puedes encontrar un lugar aquí? ¿Cualquier cosa para que no tengas que irte al otro lado del mundo?».

«Escogí Charlotte porque tiene uno de los mejores estudios de asistencia social. No es fácil ser elegido para las prácticas. No puedes pedirme elegir entre eso» respondo con sinceridad.

No quiero elegir entre Cami y mi trabajo. Hice demasiado esfuerzo en el segundo de estos que el solo pensar en la idea de mandar todo al carajo me duele, aunque soy capaz de hacerlo por Cami. ¿Pero cómo puedo estar seguro de que todo irá bien en nuestra relación? ¿Quién me asegura que no sea ella la primera en cansarse? De ser así habría mandado al diablo mi futuro y mi relación y tengo que salvar al menos una de las dos cosas.

«No me pidas elegir» vuelvo a decir.

«No lo estoy haciendo» dice derrotada «Porque ya lo has hecho».

«No quiero que lo nuestro termine».

«Creo que tarde o temprano lo haría».

«¡¿Por qué lo dices así?! Estamos bien juntos. Yo lo sé y tú también. No hay nada que nos impida estar juntos. Ni siquiera Elia».

«Tus prácticas nos impide estar juntos. Y sobre Elia, a él déjalo fuera de esto. No le digas nada porque ahora todo es diferente».

«¿Entonces así queda? ¿Se ha terminado?» pregunto con melancolía.

Y con sus ojos vidriosos y tal vez carente de emociones me rompe el corazón por segunda vez. «Se ha terminado».

No vi a Cami por el resto del día ni por las dos semanas siguientes, salvo unas cuantas veces.
Nuestra relación se terminó y ahora parecemos desconocidos. Hice todo lo que pude para que Elia no sospechara, pero algo me dice que Haley sabía todo. Lo supe por la forma compasiva en la que me miraba, porque la verdad es que estaba mal. Me sentía como si me faltara algo en la vida y a pesar de ir hacia el trabajo de mis sueños, nada hubiera podido colmar esa sensación de vacío que sentía dentro cada vez que pensaba en ella. El vació en el pecho no quería llenarse y no lo hizo en los siguientes doce meses.

© TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR Y TRADUCCIÓN RESERVADOS

Sin mirar atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora