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De pronto el día se le antojo caluroso y el rostro caliente, deseaba poder decir que eso no estaba ocurriendo y que todo era objeto de no descansar como debía gracias a sus practicas en el hospital y a los casi eternos parciales de la universidad, ignorar a quien llamaba su mejor amigo no era una opción elegible, ya no tenía tiempo de esquivarlo, la mirada azul y engreída buscaba alguna reacción en su cuerpo, pero aceptar el ramo de camelias rosas puestas frente a él tampoco lo era, su rostro seguro era carmín por las miradas indiscretas de todos sus compañeros y el tremendo enfado que se arremolinaba en su estomago, inquieto, pidiendo permiso para salir. Merlín respiro hondo, no era apropiado explotar frente a toda la facultad de medicina, algunos de ellos compartirían su área de trabajo y le daría pena ser recordado de esa manera; por otra parte ahí estaba el inconsciente de Arthur sonriendo, intento no ser grosero, tomo el ramo frente a todos los ojos atentos y se llevo al rubio a un lugar más privado, estaba cansado y tan sólo deseaba tomar una siesta antes de su turno de la tarde. 

-¿Qué significa esto?- apunto el ramo completamente hastiado- pensándolo bien, ni siquiera quiero saberlo, no lo vuelvas a hacer- Merlín le regreso las flores su insensato compañero sin darle oportunidad a explicarse, al momento contemplo como su actuar le saco un gesto burlón, era increíble como el blondo podía ser el único en sacar su mal genio- ¿Qué es tan gracioso? ¿Si sabes en los problemas que puedes meterme por esto? 

-No te enfades, sólo es un regalo- respondió muy fresco Arthur, ignorando sus palabras, sabía perfectamente a que punto quería llegar, sin embargo no le daría lugar para hacerlo- ahora, ten tus flores. 

-Te dije que no, Pendragon- Merlín miraba serio a su amigo de la infancia- comienza a asimilar que no me ensuciare las manos, el problema es tuyo.  

-¿Acaso no puedo tener un detalle con mi amigo de toda la vida sin que me incrimine?- exagero  con una mano sobre la frente, el moreno rodó los ojos, intentando sobrellevar la situación. 

-¡Merlín!- una tercera voz se unió a la conversación- wow, entonces es cierto.

El par de miradas se dirigió al recién llegado, Gwaine con la melena castaña hecha un desastre y jadeante se encontraba frente a ellos, Arthur aprovecho la repentina presencia del chico y se escabullo para evitar la reprimenda que el cabreado Merlín estaba apunto de darle fruto de su intento de conquista, para cuando el moreno se dio cuenta ya estaba demasiado lejos para atraparlo. 

-Hola a ti también, Gwaine- le dijo resignado a su nuevo acompañante. 

-Lo siento, es sólo que escuche que nuestro gran capitán intentaba ligar a Merlín y necesitaba comprobarlo por mi cuenta.   

-Deja de decirlo como si no se tratara de mi- pidió incomodo- y no intenta "ligar" a nadie, sólo esta molestando porque no acepte ayudarlo con Gwen, ¿podrías tomar esto?- pregunto extendiendo el ramo al joven de cabello largo que lo acepto casi al instante- necesito dormir, nos vemos luego Gwaine. 

El castaño miro las camelias rosas, su semblante cambio a uno pícaro en un santiamén, era un detalle muy escondido para quienes no acostumbraban inmiscuirse en el simbolismo de las cosas y aplaudía la forma en que su capitán manifestaba las intenciones de su galantería tan públicamente, la flor que expresaba a gritos el deseo de seducir a quien se obsequiara, no era tan brusca como una rosa roja, ni tan suave como una margarita, era un punto exacto. Observo al pelinegro alejarse, lamentando su incredulidad. 

Se llevo las flores a su entrenamiento, esperando que la reacción del rubio no fuera tan brusca, pero no lo vio ahí. El único sentado en las gradas era Percival, quien le saludo con una mano, era un hombre corpulento, intimidante si no conocías su lado amigable, pero ese no era el caso del revoltoso joven de ojos almendrados. 

-¿Son para mi?- bromeo sacando una pequeña risa de Gwaine.

-Te contare después de que me digas en donde están los demás.  

-No habrá entrenamiento esta semana, sé que eres un despistado y te espere aquí por si se te ocurría venir. 

-Arthur intenta conquistar a Merlín- soltó sin filtro, esperaba ver alguna reacción de sorpresa en la cara de Percival, pero esta se mantuvo indiferente. 

-Pues ya era hora. 


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