Capítulo 2. Prueba número uno: Senderos.

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POV. NORMAL

Levy aúpa a Gajeel como puede, han llegado a una zona rocosa, para suerte de ambos tienen cerca un letrero de los caminos señalados para el examen.
- Tengo ganas de patear traseros, ge... he... -le sonrió a la pequeña hada y ésta suspiró.
- Vale pero no te pases. Son tus compañeros después de todo, ¿entendido? –dijo esto último con una gotita en la cabeza.
- Tranquila enana –le revolvió el cabello y siguió caminando hacia un sendero con el cartel que contenía la letra F.

Por otro lado, en el camino D, una emocionada Bisca toma de la mano a su marido Alzack.
- No puedo evitar estar encantada, aunque al mismo tiempo siento algo de miedo.
Alzack le sonrió- Tranquila –Le besó en la frente- aquello no volverá a ocurrir, volveremos a casa después del examen.
Se fundieron en un tierno abrazo hasta que el sonido de una rama seca rompiéndose los alertó.
- ¿Por qué tú y yo no podemos ser así de románticos? –El reflejo de sus gafas delató a Evergreen.
Un sonrojado Elfman agitando las manos titubeó:
- Vamos... a darles su momento... no es de hombres atacar de este modo... ¿Verdad? –No parecía él.

En un llano del sendero C, la agitada respiración de Laki contrastaba con la serena pose de Gildarts, Bixlow tardaba en recuperar el aliento mientras sus almas se reunían a su alrededor con gestos de preocupación.
- He de reconocer que has mejorado mucho en todo este tiempo, Laki –soltó sonriente el mago más poderoso y mujeriego del gremio.
- Me... gustaría... vencerte... con mi magia... -la maga respiraba por la boca y eso la entrecortaba- no quiero... recurrir... a eso... –se sonrojó- yo no... soy... así...
Gildarts hizo un gesto extrañado y miró de reojo a Bixlow, éste parecía estar más recuperado y le hizo una seña a Laki para volver a atacar.

Mientras tanto, por el camino A, Juvia miraba preocupada a Freed, después hizo un gesto con la cabeza, como sacando ese pensamiento de su mente. Freed al observarla suspiró, sabía que pasaba algo.
- ¿Qué es lo que te preocupa? Y no digas que nada –cerró los ojos- reconozco esa mirada tuya y sé que es algo.
Juvia le sonrió levemente, la había pillado después de todo.
- ¿Le promete a Juvia que no se molestará?
- Suéltalo... me molestaré si no lo haces, ¿sí?
- E-Está bien... allá va... a Juvia le preocupa que Freed actúe como una "fan-girl" si tuvieran que pelear contra Laxus-san... -Trató de bajar un poco el volumen en eso último.
Los ojos de Freed se abrieron de par en par con sorpresa.
- ¿Fan-girl? –Trató de no sonar demasiado molesto- sabes perfectamente que soy un chico... -suspiró- lo que se rumorea en el gremio no es cierto, además tú... mejor que nadie, sabes que no me interesan los chicos –en esto último se le notó cierto grado de molestia, pero se le paso al oír la risilla inocente de la maga.
- Perdón, pero actúa como una fan-girl ante Laxus-san y Juvia no lo pudo evitar –le sonrió tímida e inocentemente.
- Te prometo que... intentaré... actuar normal... -le devolvió la sonrisa un poco sonrojado.

La senda con el cartel de la letra B era sospechosamente tranquila, o eso pensó la maga de las cartas...
- ¡En guardia! ¿Has notado eso, Cana? –Dijo Lily transformando su cuerpo y empuñando su espada.
- –dijo seria y determinante y sin una pizca de alcohol en el cuerpo- pero no percibo presencia mágica, tal vez sea algún animal de la isla, aun así no bajes la guardia Lily.
Y, efectivamente, pasados unos minutos un animal que parecía ser un jabalí con su cría apareció de entre unos arbustos con intención de embestir a los magos.
Sólo fue una falsa alarma, por lo que continuaron su camino.
- Me encantaría enfrentarme a Laxus –Dijo con decisión Lily- estoy seguro que sería un combate intenso y muy reñido.
- Mmmm... tienes razón... aunque ya me enfrenté una vez a él... -Dijo Cana recordando sus fracasos en sus exámenes anteriores- sin duda ahora podría patearle el culo eléctrico a ese Dragon Slayer –Sonrió.

Por otro lado...
- ¿Estás bromeando? –Dijo bastante molesto Gajeel- este estúpido camino nunca acaba y para colmo aun no nos hemos encontrado con nadie.
Claramente estaba muy molesto el hada de hierro. Levy se sentó en una roca, estaba mareada de tanto andar. Se quedó pensando por un momento.
- La otra vez el camino era mucho más corto y liviano, aunque existe una pequeña probabilidad de ser el camino libre... y que nos haya tocado de nuevo... -esto último lo dijo con una gotita en la cabeza.
Gajeel la miró de reojo, no sabía cómo decírselo, su enfado se esfumó en el momento en el que la observó sentarse, él se había dado cuenta por su olor, pero... ¿ella lo sabría ya?
Al ver sus extrañas expresiones faciales, Levy suspiró:
- Gajeel... sé que quieres pelear para ayudarme, pero yo... no quisiera pelear... sé que es un examen y quiero superarlo, pero... -silenció su discurso al ver que el grandullón se agachaba a su altura con tez seria.
- Levy... sé que es tu examen... pero no quiero que te estreses o te agobies... déjame ayudarte con esto... deja la carga de la pelea sobre mí, por favor –le acarició las manos mientras la contemplaba, seguía con su expresión seria, pero algo preocupada.
- E-Está bien, pero... no me voy a estresar... de verdad... ¿por qué dices eso? –Preguntó curiosa, estaba claro que ella aun no lo sabía.
Gajeel se rascó la nuca un tanto nervioso.
- Tú... déjame las peleas a mí, ¿vale? –se tapó con ambas manos la cara, suspiró, agarró las manos de Levy de nuevo y la volvió a mirar fijamente a los ojos.
- Sólo... no quiero que te pase nada... menos ahora que... por favor... déjame cuidarte –su voz sonaba seria, pero suave.
- Está bien –le sonrió con un leve sonrojo- continuemos.
Instintivamente Gajeel la abrazó hundiendo su rostro en el abdomen de Levy. Ella se sonrojó más al sentir el tierno beso del Dragon Slayer en su vientre. En ese momento todo encajó en su cabeza: la forma insistente de querer protegerla, su actitud seria y comprometida... todo.
Su sonrojo era tan fuerte, sus ojos se abrieron de par en par dejando escapar una tímida lágrima y con sus manos se tapó la boca.
- N-No puede ser... ¿verdad? –susurró con miedo y alegría- Esta vez... esta vez sí... ¿cierto?
Gajeel le sonrió con ternura en la mirada y revolviéndole el cabello con la mano continuó caminando.
- Vamos pequeña, hay que estar al cien por cien en el examen.

El Examen de las HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora