—¡Buenos días, Seungwoo-Hyung!—Una voz dulce se escuchó apenas la puerta se abrió. Seungwoo estaba confundido pues era lunes.
—¿Qué haces aquí Dongpyo? ¿No deberías de estar en la escuela?—preguntó el mayor.
—Oh vamos, eso no importa—Seungwoo hizo una mueca—. Sólo disfrutemos el tiempo que estamos juntos.
—Hmm, bueno, ¿qué quieres hacer?—dijo Seungwoo.
—¿Te parece si vemos mi serie favorita?—replicó Dongpyo.
—Claro, pero me preocupa que faltes a la escuela por un chico bobo—Dongpyo arrugó su nariz.
—Hyung, no eres sólo un bobo, eres mí bobo—Las mejillitas de Seungwoo comenzaron a ponerse rojas como tomates.
—B-Bueno, ¿cuál serie quieres ver?—preguntó Seungwoo.
—¿Te parece si vemos two boys? Es que es mi serie favorita—respondió Dongpyo.
Seungwoo asintió, aceptando ver aquella serie.
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Dongpyo estaba llorando aunque ya había visto la serie completa. Mientras tanto, Seungwoo estaba muy entretenido viendo el primer episodio de la serie.
La serie se trataba de dos chicos muy diferentes entre sí, todos decían que ellos eran como el agua y el aceite, cosas que no se podían combinar. Sin embargo, estos dos chicos deciden intentar tener una relación, todo iba muy bien hasta que Lee Minho descubre los secretos de Han Jisung.
A Seungwoo le encantó la trama, y Dongpyo estaba muy emocionado por contarle toda la historia.
Los estaban en la cama del hospital, viendo la serie desde el computador, y apenas llegó la parte favorita de Dongpyo, éste volvió a romper en llanto.
Seungwoo, al ver llorar a Dongpyo, tomó su cabeza y la dejó caer en su hombro. El mayor comenzó a acariciar la cabellera del más pequeño. Su cabello era suave, y olía a shampoo de coco.
Dongpyo sonrió al sentir la mano de su hyung en su cabeza.
