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❝Donde Jungkook tiene 15, es muy inocente y viste como él quiera.
Su novio JiMin, de 20, hará todo lo posible por proteger a su pequeño y que nadie lo separe de su lado.
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Abre la agenda, revisando que era lo que tenía para hoy. Unas cuantas citas programadas.
Es domingo, así que sólo trabajan medio día, pasa la vista, aburrido, por los nombres y horarios escritos en la libreta. Nadie interesante. Una abuela que venía por revisión de muelas, una compañera de la universidad más tarde y... oh, Jungkook.
El castaño tiene una cita para esa misma mañana a las ¿10:40? y ¿Qué hora es?, posa su mirada verdosa sobre el reloj de pared ¡¿10:30!? eso significaba una cosa.
Jungkook estará aquí muy pronto.
Se golpea la frente por ser tan estúpido y no ponerse una camisa bonita o tal vez arreglar mejor su cabello.
Con sus dedos, trata torpemente de peinar su cabello levemente sudoroso por los nervios, cuando la puerta se abre, dejando ver a un Jungkook cabizbajo seguido de su madre con su hermanito en brazos.
— Oh, JiMin. Buenos días. — saluda la madre de Jungkook.
— Buenos días, señora Jeon. — dice. — En un momento Jungkook podrá entrar. — trata de esconder sus nervios.
Es inútil.
Por otro lado, Jungkook está sentado, esperando y mirando alrededor, ignorando por completo a JiMin, y él sabe por qué. Sabe que Jungkook se sentía mal por no haberle contestado ningún mensaje, hasta el mismo se sentía mal.
— Dejo a Jungkook, cuando termine la consulta volveré.
— Claro, señora Jeon, puede ir tranquila.
La madre de Jungkook, no muy convencida, se acerca a su hijo, besa su cabeza como despedida y dice:
— No hables con nadie, Kookie. Vengo por ti después.
— Seguro. — contesta, despidiendo a su madre.
Ella sale del lugar dejándolos solos, en un silencio algo incómodo.
— Hey. — saluda JiMin, tratando de romper la tensión. — ¿Cómo te fue en navidad?
Jungkook se encogió de hombros. ¿Por qué él si tenía que contestarle, si él nunca lo hizo con sus mensajes? pero como siempre decía su mamá 'demuestrales que tu no eres como ellos'.
— Normal, supongo. — contesta por fin.
— Hmm ¿recibiste regalos?.
Le dice que si rápidamente. Se acuerda de su piercing. Le gusta mucho, le hace sentir algo rebelde y mayor.
— Mamá me dio dinero y permiso para hacerme un piercing. Mira. — mueve la cabeza a un lado, enseñándole la pequeña piedra azulino. — ¿No es lindo?. — Pregunta.
Y en realidad si lo era. Quedaba bien con su nariz grande y algo puntiaguda. El color azul resaltaba con el tono de su piel.
Jungkook sonríe y asiente.
— Bastante Kookie.
Y otra vez, silencio.
— Jungkook, por cierto, sobre los mensajes que enviaste...— el teléfono del consultorio suena, interrumpiendo la excusa falsa de JiMin. contesta y escucha atentamente. — Puedes pasar, te toca.
El castaño asiente, parándose sin ganas. Quería escuchar las justificación de JiMin, en verdad quería, pero tenía miedo ¿Qué tal si le decía algo como 'no te contestaba porque me caes mal' o un 'no te soporto, deja de molestar'?.
Porque, de ser así, Jungkook no cree aguantar una decepción de ese tamaño. El quería caerle bien a JiMin, ser amigos y tal vez algo más, aunque no sabía prácticamente nada del mayor ¿Y si tenía novio? o peor aún ¿novia?.
— Apenas termines, sales ¿si? quiero decirte algo. Antes de que tu madre vuelva.
Jungkook, confundido, dice que si y entra con el doctor.
