VII

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Dedicado a Sopever







—Doctor Jung, su siguiente cita de la familia Kang es en los siguientes minutos.

Hoseok suspiró tratando de tomar un papel profesional.

Yoongi se marchó a casa hace unos minutos, tratando de calmarlo, no quiso soltarlo, no deseaba verlo irse a empacar sus cosas. Conocía la pasedilla de ir a Irak, por eso mismo se aferró con fuerza a su bata ahora sucia por sus lágrimas, impidiendo que diera un solo paso.

Se encontraba solo en su despacho, escuchando el suave tik-tak del reloj sobre su cabeza, mirando un punto en la nada pensando sobre sus acciones pasadas. Quizá si le hubiese mencionado que estaba esperando un bebé se hubiese quedado o quizás sólo empeoraría las cosas.

Relamió sus labios secos por tantos suspiros en tan solo unos minutos. La puerta se abrió. Apareció Jisoo para darle paso a una mujer con una pequeña niña de dos años en brazos, parecía haberse quedado dormida. La enfermera se marchó dejando a la madre con su bebé en brazos.

—Adelante, tome asiento, por favor.

La mujer asintió en silencio.

—Bueno, ¿En qué puedo ayudarle?

Sonrió para tratar de calmar la tensión repentina entre ambos.

La mujer bajó la mirada y de la nada comenzó a sollozar, sus hombros temblaban y sus brazos se aferraban a la niña.

Hoseok se puso de pie pra ir hasta su lado para tratar de calmarla.

—Señora, si no me dice que pasa no podré ayudarla.

Los ojos de la mujer cuando lo miraron le trasmitieron un terror que le enchinó la espalda hasta los bellos de la nuca. Algo andaba mal con ella.

—Vamos a ver... Tiene que calmarse ¿Sí? Yo p...

—No puede ayudarme... Nadie puede ayudarme.

Su voz tan ronca escondida bajo sus lágrimas. Su rostro se contrajo tratando de contener el llanto lastimero que de seguro cargaba desde hace mucho tiempo.

Hoseok no deseaba ser prejuicioso, pero la madre tenía las ropas sucias y desgastadas, la piel tenía manchas de mugre, o eso creía antes de pensar que eran golpes; su larga cabellera estaba sujeta en una coleta floja, unas tremendas ojeras que superaban por mucho las suyas propias. Bajó la mirada a la pequeña que cargaba en brazos. Lucía igual de descuidada, un poco desnutrida y con un silbido de pulmones que le preocuparon mucho.

Hoseok era un amante de las series, por lo que comenzó a sospechar de un posible maltrato intrafamiliar, aunque trató de convencerse a sí mismo de que se trataba de un mal juego de su imaginación. Quizá tuvieron un accidente o algo por el estilo, así que con preocupación se levantó.

—Escuche, no sé cómo es que ha llegado aquí, pero de lo que sí estoy seguro es que la pequeña tiene un problema con los bronquios que si no se trata a tiempo puede causarle más problemas, y no queremos ¿Verdad?

La mujer alzó la mirada preocupada, atrayendo más el cuerpo de su bebé.

—Escuche, yo soy de los buenos. Confíe en mí.

La mujer se lo pensó unos segundo escrutado su rostro con intensidad.

—Tiene mucha tos... Desde hace una semana.

—Bien. Voy a revisarla.

Hoseok hizo ademán de tomar a la bebé en brazos, sin embargo, la madre se puso de pie casi tirando la silla.

TRANSFUSIÓN DE AMOR【YOONSEOK】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora