IX

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El viaje en avión fue más pesado de lo que creyó. Más de diez horas sentado en una butaca viendo películas o durmiendo lo que no pudo en su servicio. Sin embargo, no era tan malo cuando a su lado iba Park Jimin.

El enfermero viajaba en el mismo avión que Yoongi, detrás, estaban el grupo de enfermeros que cubrirían por primera vez en Irak.

Estuvieron platicando por ratos sobre qué hicieron en todo ese tiempo que no estuvieron al tanto de sus vidas. Yoongi se deleitó con largas anécdotas que el rubio mantenía en su memoria cuando todos le daban por muerto. La crudeza de sus palabras y la mirada oscura que se reflejaban en sus pupilas era todo lo que el mayor necesitaba para saber que no era algo fácil de olvidar, mas creía que le sirviera a Jimin como terapia porque como tenía entendido, el chico no contaba con muchas amistades en el país que acababan de abandonar, por lo que todas aquellas palabras que desbordaba su boca veían la luz por primera vez. Se sentía bien de cualquier forma, ser el primero en escucharlas o almenos formar parte de las personas con confianza de las que el rubio contaba.

Por supuesto, se moría de ganar por desahogarse y contarle la tristeza que invadía su ser tras dejar a su precioso Hoseok. En ese momento odió con todas sus fuerzas tener que compartir el área de trabajo con su pareja y su pequeño amigo, sobre todo el mero hecho de tener una relación sentimental en contra de las reglas del hospital. Eso le valía al menos su trabajo y plaza. Claro está que todo terminaría en un segundo plano, le valía mierda ser despedido, para él lo primero era estar a lado de su precioso pelirrojo, mismo por el cual ahora ahogaba sus pensamientos mientras escuchaba las canciones que le recordaba la ausencia de su ser por alrededor de un mes o más. Quizá no era buena idea escuchar "Cold" de Aqualung.









[***]








Pasajeros, bienvenidos a Irak. Favor de abandonar el avión con calma.

Yoongi desabrochó el cinturón de seguridad medio dormido, se levantó para sacar una pequeña mochila que guardaba en el maletero superior y siguió a Jimin hacia la salida con la mirada en el suelo.

Obviamente se encontraban cerca de la base militar coreana que se encargaba de proteger y salvaguardar la vida de los médicos paisanos en su estadía, pues serían ellos quienes los atenderían en caso de sufrir un accidente.

El médico pelinegro se encontraba desubicado, veía rostros desconocidos por doquier, sentía mucho calor, mismo que comenzaba a abochornarlo. Mujeres cubiertas de pies a cabeza, hombres que lo miraban continuamente y un murmullo constante que zumbaba en sus oídos.

—¿Yoongi hyung?

Parpadeó observando el rostro de Jimin frente a él. Al parecer se había quedado atrás dando vueltas al asunto.

—¿Está bien?

El pelinegro peinó su cabello hacia atrás y trató con todas sus fuerzas de sonreír.

—Lo estoy.

—Entiendo quebse siente abrumado por el cambio a lo desconocido, pero quiero que sepa que yo estoy aquí. De alguna manera ya sé cómo es el movimiento por aquí. No se preocupe.

—Gracias, Jimin.

Acarició su brazo para seguir caminando hasta toparse con el grupo de enfermeros agrupados en medio de la plaza, como pequeñas hormiguitas sin saber qué hacer.

Jimin se acercó a ellos junto a Yoongi.

—Bueno, debemos esperar hasta que alguien venga por nosotros. No deben tardar.

TRANSFUSIÓN DE AMOR【YOONSEOK】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora