La ilusión por comenzar el cuarto curso en Hogwarts recorría la sangre de Melanie Jones como la Saeta de Fuego de un cazador en medio de un partido de quidditch. Después de despedirse de sus padres, la muchacha se adentró en el gran tren color escarlata, comúnmente conocido entre magos como el Hogwarts Express. El pasillo del tren rebosaba de alegría, lleno de estudiantes recibiendo a sus amigos del colegio tras tres meses de verano. Ansiosa de volver a ver a sus seres queridos, caminó con decisión, cargada con su Nimbus 2001 y una jaula con un búho pardo, hacia el compartimento en el que seguramente se encontrarían. El compartimento se ubicaba al final del pasillo, al lado de la puerta donde el maquinista manejaba el tren que les dirigiría hacia Hogwarts. Justo cuando abrió la puerta del lugar, un chico rubio platino apareció delante de sus narices. No le costó reconocerlo, ¿cómo olvidarse del chico que le hacía la vida casi imposible desde primer curso?
—¡Ostras, Potter! ¡Ya ha llegado tu novia!—dijo Draco Malfoy con una irritante voz.
—Malfoy—susurró Melanie metiendo su mano en el bolsillo, en busca de un objeto que no podía faltar en aquellas situaciones—¿Qué pasa? ¿Ni ha empezado el curso y ya estás metiendo tu nariz de serpiente donde no le llaman?—añadió la castaña de rizos con tono burlón dejando ver su varita detrás de ella.
—Pero, ¿¡cómo te atreves!?—imitando a Melanie, el rubio sacó su varita del bolsillo y apuntó con ella a la muchacha—. ¡Levicorp...!
—¡Expelliarmus!—la varita de Malfoy salió volando hacia la mano de Melanie y rápidamente, cogió su propia varita y apuntó con ella a la barbilla de Draco, dejándola a escasos centímetros de su nariz—Ahora vete.
Sin quitarle la vista de encima, la castaña le devolvió la varita a su oponente, el cuál salió refunfuñando del compartimento seguido de sus amigos Crabbe y Goyle.Con la respiración agitada, se guardó la varita en el bolsillo y levantó la mirada para estudiar en el lugar en el que se encontraba.
—Pensaba que jamás nos libraríamos de ese grano en el culo.
Fred Weasley se reía hasta tal punto que se tiró al suelo, mientras que Hermione Granger miraba con cara de desaprobación a su amiga.
—¡Os podrían haber expulsado del tren! Menos mal que Malfoy es un cobarde de cuidado y no ha llegado a usar la magia.
—Gracias, Hermione. Encantada de verte de nuevo.
Una sonrisa se dibujó en el rostro de su amiga al mismo tiempo que los gemelos, Ron y ella se acercaban a Melanie para recibirle. Después de una pequeña oleada de abrazos y cumplidos por la escena montada con el Slytherin, Melanie dirigió la mirada hacia la persona que más ansiaba ver en aquellos momentos; a duras penas, Harry Potter se levantó del asiento en el que estaba ya demasiado acomodado y se dirigió a su novia para darle un beso en los labios.
—¡Menos mal que estáis todos bien! ¿Cómo se me ocurre? Yo de vacaciones en la playa y vosotros en los Mundiales de Quidditch con mortífagos de por medio. ¡Debería haber ido!
—¡Mel, Mel!—contestó Harry intendo tranquilizar a su pareja—. Estamos bien, no tienes nada de qué preocuparte, además tampoco hubo víctimas. Pero adivina quién estaba entre el grupo de secuaces de Lord Voldemort: el padre de Malfoy.
—Harry Potter y sus famosas acusaciones con escasez de pruebas—comentó Hermione.
—¡Ugh!—dijo Melanie—. Mejor no me hables de él, ya he tenido bastante con el encontronazo de hace diez minutos. ¡Eh! Ahí está el carrito de la comida.
La rechoncha cara de una bruja se asomó por la puerta del compartimento y formuló la ya tan famosa pregunta «¿Quéreis algo del carrito, niños?»
—Un par de ranas de chocolate, por favor.
—¡Ya pago yo!—dijo Harry al tiempo que extraía un puñado de galeones de su bolsillo.
—Yo un pastel con forma de caldero, por favor—la serena voz de Cho Chang se oyó en todo el pasillo captando la atención de Harry—¡Hola, Harry! ¡Hola, Melanie!
Melanie se limitó a susurrar un pequeño "Hola", mientras que Harry le sonrió, cosa que la muchacha logró captar por el rabillo del ojo, pero prefirió no decir nada al respecto; no quería parecer una novia celosa. Cho no le caía mal, de hecho, era una chica bastante agradable, y también era buena jugando al Quidditch como buscadora de Ravenclaw. Melanie tenía uno de los tres puestos de cazadora del equipo de Quidditch de Gryffindor, con lo que jugaba junto a Harry, aunque este era buscador. Harry creía que no lo notaba, pero Melanie sabía que Cho le parecía guapa, aunque suele pasar; que una persona te parezca guapa no significa que tenga que gustarte, pero tampoco era un tema que le estuviese rebotando en la cabeza día y noche. Sin embargo, el tema que sí rebotaba durante todo el día era Melanie Jones en la cabeza de Draco Malfoy.

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Inesperado - Draco Malfoy
FanfictionDicen que el amor entre enemigos jamás existirá, pero desde que Draco Malfoy intenta romper esa barrera con Melanie Jones todo cambia. Aunque para conseguirlo se tendrán que superar varios obstáculos, como que la chica es novia del 'niño que sobrevi...