Capítulo 3

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Al día siguiente una Gryffindor y un Slytherin se levantaron con una gran sensación de felicidad. Melanie no había conseguido conciliar bien el sueño hasta bien entrada la madrugada, pues no conocía esa faceta de su peor enemigo en Hogwarts. Rápidamente se puso el uniforme para bajar a la sala común, donde su novio lo esperaba.
-Ayer no te vi después de la cena, ¿dónde estabas?
La chica no tardó en responder, pues tenía una corazonada de que eso iba a ser lo primero que le preguntaría Harry.
-Simplemente me quedé hablando con Fred y George, han trazado un plan para intentar participar en el Torneo, ¿a ti te hubiera gustado participar, Harry?
Antes de que respondiese, el muchacho rodeó a su novia por la cintura y comenzaron a andar para dirigirse al Gran Comedor.
-¿Yo?-preguntó Harry-¡Qué va! Me da la sensación de que este año será más tranquilo, porque Voldemort...- su novia puso cara de susto en cuanto pronunció el nombre del mago más temible de todos los tiempos-Quiero decir, Quien tú sabes, no ha dado señales de vida, o al menos en Hogwarts.
Seguidamente a la pareja se le vino a la cabeza las imágenes de los disturbios en los mundiales de Quidditch, causados por los mortífagos, también recordaron la Marca Tenebrosa.
En el camino hacia el Gran Comedor, Melanie y Harry se encontraron con Draco. Harry intentó dirigirle la mirada lo menos posible, y los otros dos muchachos se dedicaron miradas inexpresivas. Estuvieron mirándose mutuamente hasta que desaparecieron de sus vistas; por lo que parecía, ni los amigos de Draco ni Harry se habían percatado de ello.
Cuando entraron a la gran sala para desayunar, ubicaron a sus amigos al instante. Dados de la mano se dirigieron a la mesa de Gryffindor y se sentaron uno al lado del otro. Antes de que Melanie pudiera disfrutar de su huevo frito con beicon, una mano morena se posó en su hombro y rápidamente Lilith Ross apareció a su lado con su uniforme de Hufflepuff.
-¿Qué pasa? Tengo hambre-se quejó Melanie haciendo saber a su amiga que quería que le dejase en paz.
Lilith levantó a su amiga de la mesa y le llevó al otro extremo para poder hablar en la intimidad, aunque Melanie no accedió hasta que se hubo comido el desayuno al completo.
-Así que, Draco Malfoy-comenzó Lilith con expresión de curiosidad.
-¿Cómo dices? ¿Nos viste?
-Sí, iba a buscarte para volver contigo a la sala común en cuanto te vi hablando con Malfoy, ¿se lo has contado a Harry?
-Por el momento creo que no se lo voy a contar, no creo que recibiera una buena imagen de mí si supiera que he mantenido una buena conversación con su peor enemigo, además le quiero y no me apetece que lo nuestro acabe por eso. Si se tiene que enterar que sea por mí, pero por favor, no le digas nada.
-¡Ni de broma! Ese asunto te pertenece a ti, no me voy a meter. Solo quiero que sepas, que si entre tú y Malfoy comienza a haber algo más, te puedo ayudar para lo que necesites.
-No, no creo que nunca vaya a tener nada con ese idiota, si eso llega a suceder sería demasiado inesperado.
-¿Idiota? Si ayer le dijiste que no te lo parecía-la chica se rio durante unos segundos.
-Ross, como tu mejor amiga te pido que no vuelvas a espiar mis conversaciones.
-Te lo prometo, Jones.
Las dos amigas comenzaron a reírse para volver a la mesa donde los demás estaban hablando sobre los nuevos horarios.
-Hoy viernes, a primera tenemos Historia de la Magia, con el profesor Binns, con Ravenclaw-recitó Hermione-. A segunda, Transformaciones, con McGonagall y con Hufflepuff, a tercera hora Astronomía, de nuevo con Ravenclaw y después descanso para comer.
-¿Qué hay después de comer, Mione?-preguntó Ron intentando observar el horario que Hermione tenía en la mano.
-Eh, pociones con Snape...con Slytherin y...dos horas.
Las quejas de los alumnos de cuarto de Gryffindor comenzaron a oírse hasta en la mesa de profesores, aunque Melanie no emitió ningún gemido en señal de queja, de hecho, lo primero que hizo después de escucharlo fue mirar a Draco, que en ese momento se encontraba hablando con Blaise Zabini. No sabía por qué le estaba echando ojo, ni siquiera le gustaba, o eso era lo que creía, pero también quería un montón a Harry, lo que no quería era que hubiese malos rollos entre ellos, pues antes de ser novios en tercero ya eran grandes amigos. Aún recordaba a la perfección cuando comenzaron a ser más amigos que nunca.
*Flasback*
La primera semana del segundo curso en Hogwarts había empezado con Oliver Wood aporreando a las siete de la mañana las puertas de los dormitorios donde podían estar los jugadores del equipo de Quidditch de Gryffindor. El capitán del equipo había llamado a las puertas con la intención de que solo los miembros del equipo se despertasen, pero como era de esperar despertó a todo Gryffindor, lo que le costó unas cuantas quejas.
Melanie Jones había pasado las pruebas el día anterior y ya era cazadora del equipo, y aquel día su entrenamiento de estreno tendría lugar en el campo de Quidditch.
Al ser tan pronto, la muchacha se comenzó a enrollar aún más en las sábanas. Miró de reojo el uniforme de Quidditch, pero sus ojos no pudieron evitar cerrarse.
-¡JONES!
Oliver Wood abrió la puerta provocando un fuerte estruendo.
-Oliver, si no te importa, la próxima vez llama a la puerta-dijo Hermione con cara de ira y con el pelo más enmarañado que de costumbre.
Ignorando el comentario de Hermione, Oliver se dirigió a la cama de Melanie retiró la sábana y le cogió del tobillo para tirarle de la cama.
-¡VALE, WOOD YA ME LEVANTO!
                             ......
Las piernas le temblaban, puede que hubiese bordado la prueba, pero si los nervios eran más fuertes podría fastidiarla en el primer entrenamiento y también echarla del equipo. Si estaba tan nerviosa por un simple entrenamiento no se imaginaba como lo estaría en un partido.
-¿Estás nerviosa?
Abandonando sus pensamientos, Melanie giró la cabeza y se encontró con Harry mirándole a través de sus gafas.
-Bueno...La verdad, un poco.
-Ya verás, se te dará genial, como en las pruebas. Espera, eres...Jones, ¿no?
-Sí, Melanie Jones. Creo que no hace falta preguntarte cuál es tu nombre.
El chico rio levemente. Llegaron a una explanada que daba al campo de quidditch en cuanto se encontraron con las personas a las que menos les apetecían.
-Mierda-dijo Wood-¿Qué hacen tú y tus malditos Slytherins aquí, Flint? ¡Reservé el campo para esta mañana!
-Pues mira Wood, resulta que tenemos el permiso del profesor Snape.
Dicho esto, Marcus Flint le tendió un papel a Oliver, el cual lo leyó en voz alta.
"Yo, el profesor Snape, autorizo al equipo de quidditch de Slytherin a usar el campo de quidditch el viernes por la mañana, con el fin de entrenar a su nuevo buscador"
-¿Tenéis nuevo buscador?-preguntó Oliver.
-Exacto-dijo Draco Malfoy dejándose ver entre los jugadores.
-Malfoy-susurró Harry.
-Sí, Potter, y no es la única novedad-todos los jugadores cogieron sus escobas con la intención de que los de Gryffindor se fijasen en ellas.
-¡Son Nimbus 2001!-exclamó Ron que acababa de llegar con Hermione-¿De dónde las habéis sacado?
-Gentileza del padre de Draco-dijo Marcus.
-Como ves, a diferencia de otros, mi padre puede permitirse lo mejor-presumió Draco.
-Al menos en Gryffindor nadie ha pagado su ingreso, han entrado por su talento-respondió Hermione lo más tranquila posible.
-Nadie ha pedido tu opinión, asquerosa sangre sucia.
-Pero, ¿cómo te atreves, Malfoy?-Melanie Jones pasó adelante para que se le pudiera ver bien y seguidamente se unió a Ron y Hermione.
Draco frunció el ceño, pero no dijo nada. Para romper el silencio, Ron se aventuró a hablar.
-Maldito Malfoy, te vas a enterar, ¡Tragababosas!
Olvidando por completo que su varita estaba bastante defectuosa, Ron ejecutó el hechizo, el cual rebotó y le dio a él y, a Melanie que estaba a su lado. Al instante los dos comenzaron a escupir babosas sin ton ni son. Draco se acercó a Ron y Melanie para ver mejor.
-¡Oh! Jones, ¿estás bien?-dijo Draco-No quería que esto acabase así, deja que te ayud...
-¡Quítate, Malfoy!-Harry le cogió por el hombro y lo apartó. Después cogió a Ron y a Melanie por los hombros para llevárselos a la cabaña de Hagrid acompañado de Hermione.
*Fin del flashback*
Melanie cogió la mochila y se la colgó al hombro para dirigirse a la primera clase, pensando en el repentino flashback que acababa de tener recientemente. ¿Draco había intentado ayudarle? Ahora todo lo veía con más claridad, Malfoy había estado opacado todo este tiempo por la sombra de Harry y su parte "bondadosa" no se dejó ver, hasta ahora.
Las primeras tres horas antes de la hora de comer, pasaron lentamente, al menos, como era el primer día de clases, la mayoría de profesores no se molestaron en poner ninguna tarea. Después de comer, Harry, Hermione, Melanie y Ron bajaron a las mazmorras para asistir a clase de pociones, algo que no les hacía ninguna gracia. Los cuatro entraron en la sala y se dirigieron a una mesa redonda, en la cual ya estaba Neville Longbottom. Hermione, Ron y Harry se incorporaron en la mesa, pero ya no quedaban más sitios libres.
-¿No hay sitio?-preguntó Harry. Melanie negó con la cabeza-. Si quieres te podemos hacer un sitio, eh... Espera Neville, échate un poco para la derecha.
-Tranquilo, Harry. Ya pillaré otro sitio. Nos vemos después de clase.
La muchacha comenzó a dar vueltas por la clase hasta que una voz conocida captó su atención.
-¡Eh, Jones!-exclamó Draco Malfoy-, aquí hay sitio libre, a mi lado.
Melanie miró a Harry, que estaba hablando con Hermione y volvió a mirar de nuevo a Draco, después se dirigió al rubio con decisión.

Inesperado - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora