Inesperado - Draco Malfoy

Capítulo 4

Melanie se encontraba en aquellos momentos de pie frente a un pequeño caldero de peltre con toda la clase de pociones mirándole, incluido el profesor Snape. El profesor no había dicho nada acerca del tema de la clase de aquel día, sino que lo único que había hecho había sido dirigirse a la mesa de Melanie y Draco con un caldero hirviendo:
-Señorita Jones-dijo Snape con su tono de desagrado de siempre-, ¿me haría el favor de decir qué poción reposa en el caldero?
Se inclinó levemente hacia el caldero para olerlo, olía genial, así que teniendo en cuenta esa propiedad supo responder al instante.
-Es amortentia, profesor.
-Bien, Jones, eso son... Cinco puntos para Gryffindor.
Los leones se sonrieron unos a los otros, pues la mayoría de puntos que perdían siempre habían sido quitados por Snape y por sus constantes excusas tontas para hacerlo:

Aquel día hacía frío y algún alumno, como era de esperar había cogido un resfriado. Melanie y Harry estudiaban Historia de la magia en la biblioteca. Melanie había sido una de las afectadas y aquel día Snape estaba de guardia en la biblioteca. La chica soltó un pequeño estornudo:
-Cinco puntos menos a Gryffindor por estornudar-dijo Snape, que andaba cerca.
-Pero profesor, estoy resfriada...
-Otros cinco puntos menos por contestarme, señorita Jones.
-Jolín, pero... -Snape la mira con una mirada amenazante.
-Vale, ya me callo.

-Señor, Malfoy-prosiguió Snape-¿Sabe que propiedades tiene la amortentia?
Como no obtuvo ninguna respuesta por parte del rubio, Hermione aprovechó para levantar la mano, aunque como la mayoría de las veces en clase de pociones, fue en vano, pues el profesor ignoraba a todo el que no fuese de Slytherin:
-¿Nadie?-preguntó Snape. Hermione volvió a levantar la mano, esta vez saltando pero tampoco le prestó atención-Sois unos completos incultos, la amortentia es seguramente la poción más peligrosa que prepararemos en mucho tiempo. Hace que la persona que se beba la poción se enamore de la persona que la ha preparado, pero si se bebe en grandes cantidades podría llevar del enamoramiento a la obsesión. Otra de las curiosidades que presenta es que quien huela su aroma se encontrará con sus cosas preferidas, pongamos un ejemplo, señorita Jones, dígame a que huele la poción para usted.
Melanie se inclinó aún más hacia el caldero para apreciar mejor su aroma. Cerró los ojos para disfrutarlo mejor e inhaló para decir su respuesta:
-Huelo a... A mar, agua salada, a cierto cabello azabache... -añadió desviando la mirada hacia Harry, que le observaba sonriente-Y también huelo a colonia, una colonia bastante fuerte.
Todo se quedó en silencio un momento hasta que el profesor volvió a hablar de nuevo:
-Ahora abrid vuestros libros por la página 54, ahí encontraréis la receta de la amortentia, que es lo que haremos hoy, venga rápido, ¡rápido!
Todos se apresuraron a alejarse de la mesa de la Melanie y Draco para dirigirse hacia sus mochilas y a abrir los libros por la página indicada. Melanie fue hacia las estanterías que tenía al lado para coger algunos de los ingredientes que necesitaba la poción para prepararse, según el libro. La lista no era larga, pero algunos de los ingredientes tenían un tamaño difícil de asimilar, lo que hizo que una pequeña montaña se formase delante de sus narices:
-¿Quieres que te ayude?
La voz de Draco se escuchó detrás del montón de ingredientes de Melanie.
-No, gracias.
Dicho esto siguió andando hasta que se tropezó con la túnica y un par de frascos habrían caído al suelo de no ser por la mano de Draco que los atrapó al instante y los volvió a poner en el montoncito.
-¿Y ahora?-preguntó el rubio queriendo que la chica aceptase su proposición después del percance de los frascos.
-Sí, creo que sí-respondió Melanie rendida-. Toma esto y llévalo hacia la mesa.
Draco hizo lo que se le ordenó y tomó los frascos que habían estado a punto de quebrarse hacía menos de un minuto. Una vez incorporados en la mesa, cogieron sus respectivos calderos y comenzaron la elaboración de la poción.
-Malfoy.
Melanie se aventuró a hablar a Draco voluntariamente por primera vez.
-¿Sí?
-Gracias por haber intentado ayudarme. En segundo curso, cuando comencé a escupir babosas. Jamás me había dado cuenta de ello y como se me quedó mal sabor de boca por no haber aceptado tu ayuda, ahora quiero agradecértelo.
-¿En serio que me lo agradeces? Quiero decir, ¿intenté ayudarte?
-Eso parece, ¿no lo recuerdas?
-Tenía 11 años para 12. Ahora tengo 13 para 14 en junio, sería prodigioso acordarse de un detalle tan pequeño como ese.
Mentira. Recordaba todos y cada uno de los momentos que había tenido con Melanie, tantos buenos como malos, no quería parecer una especie acosador que pensaba en una chica todos y cada uno de los días de su existencia.
-En fin, en caso de que lo hiciese... De nada.
Sin decir nada más el chico giró la cabeza hacia su caldero para continuar la elaboración de la poción, Melanie optó por hacer lo mismo que el Slytherin.
Estaba a punto de terminar por completo la poción en el momento en el que captó un olor que le resultaba familiar. Su olfato, que no solía fallar, le llevó hasta el rubio que seguía con su poción.
"La colonia de la poción" pensó la chica "Es de Malfoy" Pensó Melanie sin hacer que su sorpresa se notase fuera de sus pensamientos.
El tiempo para preparar la poción concluyó y Snape pasó a revisar los resultados de sus alumnos.
-Desastre-le dijo a Ron.
-Meh-opinó sobre la poción de Harry.
-Sin comentarios-dijo al pasar delante de la poción de Neville.
-Bastante bien-Melanie no tuvo que mirar hacia el alumno al que le había dicho eso para saber que se trataba de Hermione.
-¿En serio, Finnigan? Has hecho explotar la mezcla tantas veces que el caldero ya ha desaparecido.
Y todo el paseo se llenó de críticas hacia los alumnos de Gryffindor (pero menos para los de Slytherin) hasta que la poción elaborada por Draco se llevó la sonrisa amarga de Snape.
-Y aquí tenemos la mejor poción de todas.
Dijo señalando el caldero de Malfoy. Hermione frunció el ceño enfadada porque por una vez su trabajo no había sido el mejor de todos.
-Para comprobar que la poción del señor Malfoy no tiene ninguna imperfección necesito un voluntario... O voluntaria, que se ofrezca a probarla.
No obtuvo ninguna mano levantada, ni siquiera Pansy Parkinson lo hizo para enamorarse aún más de su querido Draco. Como vio que nadie se aventuraba a beberse la poción, Snape señaló a la primera persona que vio. Melanie negó, negó mil veces a Snape.
-Lo siento, profesor, pero me niego, sería muy raro para mí y le aseguro que para muchas personas más.
-Claro, por eso ha estado hablando durante toda la clase alegremente con el señor Malfoy, por eso se han puesto juntitos, ¿no? Deje de andarse con historias y tómese la poción de una vez.
Respondió Snape causando la risa a los de Slytherin. Todos los de Gryffindor permanecieron en silencio, en especial Harry. A pesar de las constantes súplicas Snape no daba el brazo a torcer en ningún momento, como Melanie sabía que no era bueno contrariar a Snape al final fue ella la que tuvo que ceder, por el bien de los puntos de Gryffindor. El profesor le tendió un frasco con un poco de la poción de Draco, lo cogió a regañadientes y se lo bebió todo de un sorbo. Tardó unos segundos en volver a ver, aunque fuese medianamente bien. Una figura distorsionada se acercó a ella y le habló, sí que lo pudo entender bien:
-Mel, ¿estás bien?
-Quítese, Señor Potter. ¡Cinco puntos menos para Gryffindor!
Ahora volvía a ver más claro, pero todo lo veía con un tono rosado.
-Draco Malfoy-dijo sin saber que se encontraba bajo los efectos de una bien elaborada poción-, te amo-terminó de decir mientras se giraba hacia Draco.
-¿En serio?-respondió el rubio orgulloso de su poción.
-Siempre.
La chica se acercó aún más al Slytherin y puso los brazos sobre sus hombros, después Malfoy le imitó pero poniendo los suyos en las caderas de Melanie.
"No me jodas" pensó Harry mientras observaba la escena con la menor atención posible, incluso se dio la vuelta para no poder ver nada más, y menos mal que lo hizo.
-Oh, dios mío-escucho decir a Hermione.
-¿Qué ocurre?-preguntó Harry que no observaba nada del panorama.
-Lo mejor será que lo veas tú mismo.
Antes de que pudiese ver lo que ocurría en aquel rincón del aula de pociones, vio como toda la clase lo miraba a él apenada, incluso los de Slytherin no daban indicios de sonreír. Entonces lo vio, vio aquella pesadilla en vivo y en directo. Draco y Melanie se besaban delante de toda la clase, incluido Snape, lo peor era que Malfoy, el cual no estaba bajo los efectos de Amortentia, seguía el rollo a Melanie. Harry abrió la boca pero de ella no salió ninguna palabra, no sabía como se sentía en aquel momento, si enfadado o entristecido, en verdad era una mezcla de ello. Cinco minutos antes de que sonara la campana que marcaba el final de la clase, Harry recogió sus cosas y se marchó del aula acompañado de Hermione. Ron dijo que se quedaba.
Snape, un poco asqueado, separó a los dos muchachos y le dio el antídoto a Melanie. Una vez recobrado el sentido, la chica se colgó la mochila al hombro y fue hacia Ron, que tenía expresión de preocupación:
-Por favor, dime que no ha pasado nada extraño el tiempo que he estado hechizada-dijo, pues no recordaba nada de lo ocurrido.
Ron se lo explicó todo, incluido como Harry se había marchado antes de tiempo.
-Malfoy, menudo idiota.
-Melanie, tranquila, no ha sido culpa tuya.
Sin responder, Melanie, con lágrimas callendo en sus mejillas fue en busca de Harry.