Costaba aclarar mi mente después de todo lo ocurrido el día anterior, costaba aceptar que tenía más familia fuera de la mafia (aunque esa familia realmente también perteneciera a una mafia) y que esa misma familia no había querido saber nada de nosotros por más de veinte años, muchos más. Aquello había sido un golpe algo duro, porque, ¿Qué demonios le había hecho yo al padre de mi abuela para que me odiara con tanto ahínco? No había hecho nada, ni tan siquiera había llegado a conocerme, a hablar conmigo.El día anterior había resultado algo duro, había visto a mi abuelo derrumbarse de una forma en la que nadie nunca vería al don de una mafia como la nuestra, lo había visto llorar, cosa que había derrumbado completamente mis defensas, sobre todo por el hecho de que mi padre ni siquiera había dado señales de vida sabiendo que el asunto al que íbamos a acudir trataba sobre un tema que a mi abuelo lo afectaba de esa manera.
Las cosas no estaban bien en casa, eso lo tenía claro desde hacía tiempo, desde que esa estúpida caja había llegado a manos de mi padre. Habría dado lo que fuera por romper esa caja con mis propias manos, esas amenazas, eso que estaba logrando distanciar a mi familia. Porque tal vez no fuera el chico más listo del mundo pero no había que ser un genio para darse cuenta de que mi abuelo y mi padre ya no se hablaban, ya ni siquiera comían en la misma mesa, cuando uno llegaba el otro se iba en completo silencio, y eso se repetía constantemente para no estar nunca en la misma habitación.
Mi primera misión había sido simple, claro, dentro de lo que podrías esperarte dentro de una mafia, pero no era una misión real, no sonaba a una orden aprobada por mi padre, es más, ni siquiera mi abuelo habría recurrido a alguien ante quien no podía mantener el tipo, a menos que... A menos que estuviera desesperado.
Mi mente divagó sobre los hechos acaecidos en los últimos días, sobre aquel acosador que podría estar vigilándome en ese mismo instante mientras caminaba rumbo al entrenamiento a escondidas de mis padres, porque sí, me había escapado, había huído de casa para despejarme un poco, para salir de la tensión que bien podría cortarse con un cuchillo. Aquel acosador podría estar espiándome en ese momento sí, pero aquello no era motivo suficiente como para que mi padre y mi abuelo ya no se hablaran, había un factor más en esa ecuación y estaba claro que no lo conocía, y pese a que mis conocimientos sobre matemáticas y ecuaciones eran algo escasos (no por falta de nivel en el instituto, sino porque siempre he sido y seré un desastre con las matemáticas) estaba más que dispuesto a resolverlo, estaba dispuesto a, por primera vez, tomar el control y a investigar por mi cuenta el asunto.
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Dressed In Black © [PAUSADA TEMPORALMENTE]
RomanceMuchos dicen que el amor es el motor del mundo, que hace la vida más bonita, que pinta de colores el cielo. En mi caso, lo único que ha pintado han sido cicatrices en mi corazón, que aún hoy en día, cuatro años después, no soy capaz de borrar. Y lo...