II

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No sé qué es lo peor de volver a comenzar el curso, es cierto que cuándo estás en el colegio tienes la oportunidad de pasar el día con tus amigos, pero no podemos olvidar lo tedioso que es volver a madrugar después de un verano entero sin hacer nada

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No sé qué es lo peor de volver a comenzar el curso, es cierto que cuándo estás en el colegio tienes la oportunidad de pasar el día con tus amigos, pero no podemos olvidar lo tedioso que es volver a madrugar después de un verano entero sin hacer nada. Aunque la rutina había invadido mi vida de nuevo, y en ese momento, era lo más estable que tenía con alguien. Te quiero rutina, eres fabulosa.

La casa se hallaba tranquila, tan solo podía escuchar el sonido de mi respiración y el sonido de los zapatos de Celeste resonando en el piso de arriba de un lado para otro de la habitación, el resto del mundo parecía haberse esfumado.

Unas voces sonaban lejanas, en el salón de reuniones al que tenía betada la entrada, pues aún no contaba con la experiencia necesaria como para comprender del todo aquellos asuntos de los que mis padres se esforzaban por protegerme.

Quizás debí haber evitado escuchar, pero ya sabéis como son los críos, siempre quieren saberlo todo, son curiosos por naturaleza, y yo, no era menos. Era un adolescente narcisista que creía que tenía el mundo bajo su mano, y que por lo tanto tenía la capacidad de conocer cada detalle para después hacer de el asunto lo que deseara. Salvarlo o hundirlo.

Me acerqué en silencio a la puerta notando como cada vez las voces se volvían más fuertes y nítidas, permitiéndome entender lo que decían las personas que se encontraban dentro de la sala.

—Vamos a caer los dos, Montreal, esto no es solo cosa mía.

Pegue mi rostro al cristal de la puerta mientras me agachaba para ocultarme de las posibles miradas de aquellos sujetos, cuidadosamente.

Traté de saber quién estaba hablando, reconociendo vagamente aquella voz pero sin lograr darle un rostro de verdad.

Me alcé ligeramente por encima de mi posición para ver mejor por un momento, y pude ver al senador Hollister discutiendo con mi padre, no se si con más aspecto de estar aterrado o de estar enfadado.

No tenía ni idea de lo que estaba pasando pero bien podía hacerme una idea. Mi padre había estado ayudando a Hollister a ganar las elecciones para senador, y hacía poco había comenzado a salir en la tele que la policía le estaba investigando por diversos motivos.

Dressed In Black © [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora