—¡Aaaah!—
Era una mañana tranquila, su primer día de clases comenzaría, y hasta ahora todo iba bien.
Salvo al grito femenino que venía desde el cuarto de baño de su habitación.
Cuatro erizas se alertaron al escuchar dicho ruido que las sacó de sus actividades, y ahora estaban pegadas a la puerta. Una de las mayores tocó la puerta levemente, tres veces.
—Scourge... ¿Pasa algo? —mencionó la de ojos rubíes a la vez que las demás se veían confusas las unas a las otras.
—¡Sí, sí me pasa algo! ¡No por nada estoy gritando, estúpidos! —chilló molesta desde dentro del cuarto de baño, donde ocurría de TODO en ese momento.
—Hey, hey, tranquilízate.
—¡Estoy sangrando por el culo! ¡¿Cómo rayos quieres que me tranquilice?!
—Jajajaja —más de una se echó a reír, a la vez que una eriza verde parecía furiosa.
—¡Cállense, idiotas y ayúdenme! ¡¿Qué demonios hago?! ¡No me puedo quedar a vivir aquí por el resto de mi vida—todos seguían riendo, pero aquella peli-verde estaba muerta de vergüenza y rabia.
—Ooh, sí que lo puedes —se burló la azul.
—¡Entonces me haré un nido! Tráiganme a un estúpido para que me coja para tener a mis hijos en el inodoro, no los dejaré salir de aquí y ellos me preguntarán "¿qué hay más allá del inodoro, mami?" Y yo les diré que un mundo de completos idiotas que me dejaron encerrado en un estúpido baño.
—Ahora que lo mencionas, no suena tan mal, jajaja.
—Uhm... Chicos —habló la blanca siendo ignorada.
—¡Solamente ayúdenme, imbéciles!
—Eh, ¿chicos? —volvió a insistir, pero las cuatro estaban muy entretenidas en su "pequeña" discusión.
—Chicos —pero esta vez sí fue escuchada por una de las gemelas, quien al voltear la vio toda sonrojadita. Toda una monada.
—¡Cállense! —expulsó fuerte la veteada verde, lo que provocó que todas le prestaran atención. —¿Ocurre algo, Silver?
—Bueno —la mencionada se puso más roja, y aún con sus manos atrás agacho la cabeza. — También necesito el baño
—¿No puedes esperar un momento? —mencionó la azul.
—No, no es eso —entonces mostró una mano llena de sangre, fue cuando todos se miraron cómplices.
(...)
—A la mierda, ¡¿qué hacemos?! —gritaba ya exasperado un erizo azul que rondaba por la habitación patas arriba que habían dejado.
—¡¿Dónde mierda se supone que las esconden?! —gruñó la azabache de vetas rojas, que aventaba la ropa a todos lados buscando "eso" que usaban las mujeres. Porque tampoco es que fueran unas cavernícolas...
O eso creo.
Resumiendo todo, estaban desesperadas en busca de dicha cosa que las ayudaría.
—Necesitamos ayuda —mencionó la de orbes esmeraldas viendo a sus amigas gemelas buscando por todos lados.
—Sí, pero ¿a quién?
—¿Amelia?
—Jajajaja—todos comenzaron a carcajearse al escuchar la propuesta de la azul.
—¿Estás loco? Esa chica nos odia —mencionó la blanca.
—Además de que la odiamos —concluyó su amante.
—Y el orgullo lo impide...
—¿Acaso queda de otra?
Y bueno, otra pelea comenzó para impedir que la rosada interviniera en el asunto, pero necesitaban ayuda femenina. Y no quedaba de otra.
—Bien. Llámenla —se rindió al fin el azabache de ojos rubí, dejándose caer en el sillón.
Y tras decir aquello, el azul tocó el timbre para esperar a la rosada, quien se encontraba leyendo tranquila y en paz un libro, o eso hasta que la interrumpieron.
"Estúpidas princesas" susurró su subconsciente.
Se levantó de su cómodo sofá para dirigirse a la puerta. Salió de su habitación con su típica cara seria, su postura recta y sus pasos firmes.
Conforme avanzaba, veía princesas caminar mientras la veían con superioridad y aires egocéntricos, como odiaba eso.
Pero era parte de su vida, desde pequeña, desde que nació.
Convivir con princesas nunca fue de su agrado.Prontamente llegó a la habitación de las señoritas perfectas.
Tocó tres veces la puerta y del otro lado de esta se escucharon pasos, abrió la puerta dejando ver a una joven de ojos rojos.
—¿Necesitaban ay...? —fue interrumpida por la más alta quien la arrastró dentro del cuarto sin ningún tipo de cuidado —¡Oye! ¡¿qué te pasa?!—y otra vez fue tumbada rápidamente en una silla, donde dos erizas la ataron fuertemente lastimando sus tobillos y muñecas. —¡Oigan suéltenme! —miró molesta a las tres. Aunque era algo extraño, faltaban dos más, ¡¿qué demonios pasaba aquí?!
—Necesitamos tu ayuda.
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Los quiero mucho
Bye (◕ᴗ◕✿)
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♕︎𝕊𝕖𝕣 𝕄𝕦𝕛𝕖𝕣 𝔼𝕤 ℂ𝕠𝕤𝕒 𝔻𝕖𝕝 D̸e̸m̸o̸n̸i̸o̸♕︎
Novela JuvenilLas mujeres son cosa del demonio. Y cinco erizos lo van a experimentar. Shadow Sonic Silver Mephiles Scourge No sabrán en que lío se han metido... Vamos a ver las aventuras que tienen éste quinteto en un mundo de chicas... ¿Las mujeres son cosa del...