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— Me gustas mucho. — Repetí porque al parecer él aún no terminaba de creer lo que estaba escuchando.
Y justo cuando creí que iba a surgir un silencio de lo más feo...
— No quieres gustar de mí. — Dijo Leo con su voz apagada y la mirada triste.
— ¿Qué..?
— No quieres gustar de mí, no... no soy la gran cosa. Sólo te avergonzarás y pasarás un mal rato. — Habló Taekwoon cabizbajo y jugando con sus manos. — Has sido muy amable conmigo pero agradecería que dejes de forzar una relación que no tendrá futuro. No sigas perdiendo el tiempo y por favor... aparta tus ojos de mí.
Era lo más difícil que pude haber escuchado en mucho tiempo.
— Yo... — No sabía qué decir, tenía la mente en blanco, una boca reseca y los ojos llorosos. — Creo que ya me voy.
Sin saber muy bien lo que hacía me despedí torpemente de los chicos y seguí caminando a la parada de autobús. ¿Taekwoon no quería verme más? Justo cuando pensé que habíamos progresado y que ya éramos amigos. Estaba tan feliz de haber pasado todo el día a su lado que estuve ignorando algo:
Deja de forzar una relación
Leo tenía razón, estaba tan al tanto de mis propios sentimientos que ignoré el hecho de que le estaba presionando para ser su amiga cuando quizá ni siquiera le agradaba. Sólo había pensado en mí y que debía estar a su lado a toda costa. Fui egoísta y tonta.
Llegué a mi habitación justo a la hora que teníamos indicada, Naeun tenía un permiso para llegar al día siguiente por lo que estaba sola. Cinco minutos después me llegó un mensaje de Minhyun diciendo que ya estaban en sus habitaciones. No me molesté en contestarle, tenía que darme un baño y cambiarme de ropa.
Una vez que estuve en mi cama cubrí mi cuerpecito con una manta delgada y fresca, alcancé mi teléfono celular y le envié todas las fotos que nos habíamos tomado a Taekwoon, me quedé viendo la más bonita de todas.
— Mi chico. — le sonreí a la pantalla.
Probablemente no debí de haberle dicho que me gustaba, pero ya no podía arrepentirme de nada.
[•••]
No había visto a mis amigos ni a Leo en los siguientes tres días, había estado pensando en todo lo que había hecho mal y claro, concentrándome en las clases.
Con la bandeja llena de comida entre manos busqué un asiento libre, el comedor principal estaba llenisimo y entonces ví a Leo totalmente solo en una mesa, me pareció verle triste y distraído así que sin pensarlo demasiado fui a sentarme frente a él. No me gustaba verle así.
