Un fuerte empujón contra la pared fue lo primero que recibió aquel pelinegro, mirando desafiante a su acosador.
El rubio, lo había seguido con sigilo hasta acorralarlo contra una pared.
No aceptaba con quien le había tocado, lo detestaba.
Alguien como él, creyéndose mejor sin ser nada.
Una persona cobarde, que escapó de su pelea.
Asco.
Tomó por la cara al chico amenazante soltó pequeñas chispas—Escúchame bien, maldito mudo de mierda, tu y yo no haremos ese proyecto juntos. No voy a arriesgar mis putas calificaciones por ti.
Un sencillo silencio fue la respuesta,
Estaba acorralada.
El rubio respiraba enojado cerca de su rostro, deslizó su mano firmemente hasta su cuello
Sentía las chispas quemar ligeramente su cuello, le encantaba amenazar a la gente.
Un tono de voz bajo, carraspeado y acompañado de una ligera tos, tomó del brazo al chico—Cállate, no trabajaré contigo.
Por fin, una respuesta. No una deseada, definitivamente.
Al menos coincidían que ninguno trabajaría con el otro.
Presiono ligeramente el cuello, aún cuando el agarre ajeno se hizo más fuerte—Tsk, al menos tu cerebro si funciona, iremos a decirle al profesor. ¿Entendiste bien maldito idiota?
La respuesta fue el silencio, solo que la chica empezaba a pellizcar el brazo.
En ese tono neutro, algo andrógino carraspeado en susurro, era incómodo escucharla.—''Deja de amenazarme''.
Respondió severamente, aplicando más fuerza.
Tenía la mirada perdida, pero había algo ligeramente fuera de lugar.
Lo suficiente para notarse, que sea inquietante.
Pero tan sutil como una aguja envenenada.
Aquella fuerza terminó siendo detenida por el mismo chico. Quien no pudo controlar su expresión.
Ansia.
Volvió a empujarla contra la pared, haciendo una explosión pequeña cerca de sus oídos.
—Yo, hago lo que carajos quiero, y tu. Pequeña mierda quien no conoce a nadie, no hará nada que me detenga. ¡Incluso si me amenazas con tus putas tijeras de los noventa!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Absolutamente no se harán cambios en las parejas. —La respuesta era firme, el profesor los miraba de forma severa—Este trabajo ha sido planeado no solo por mi, también en conjunto de la profesora de literatura.
