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Chapter name: El silencio del miedo.


La cafetería estaba vacía, el cierre se aproximaba.

Todavía no eran un café 24/7, los cuales habían desaparecido casi por la gran inseguridad de los villanos.

Escuchaba la caja registradora, unos últimos clientes, la mayoría estudiantes que necesitaban relajarse con los felinos o un buen café para soportar los exámenes sin terminar con un cero redondo de nota final.

Ella simplemente escuchaba los suaves cuchicheos de sus compañeras quienes tuvieron oportunidad de tener una relación más estrecha.

Seguramente se estaban despidiendo, la más callada solía irse un poco antes que ellas, por permisos especiales, colaboraba con una investigación de un villano, o algo así había entendido.

Vio a Meiko irse, para que la más alegre tomará su teléfono. Realmente le agradaban.

No las llamaría amigas, pero al menos no parecían querer hacer de su trabajo un infierno.

Simplemente se enfocó en acomodar y dejar lo mejor posible todo para el turno mañana. Al menos ellos tenían ese detalle con ella, no podía ser descarada y no devolver la gentileza.

—¡Nakado-san! —Entró la chica por la puerta de la cocina, parecía agitada—Necesito pedirte un favor!

La de cabello negro dejo la orden en su sitio para dirigirle la mirada—¿Akine, que sucede?

La muchacha no se veía bien, tenía el teléfono entre las manos.

Algo había pasado.

—¿Puedo dejarte sola? Mi madre se ha caído por las escaleras y esta mi hermano menor solo en casa, no falta mucho para cerrar.. —Balbuceo, no parecía estar mintiendo para irse antes—

La de ojos granate asintió, si..quizás no era la mejor persona del mundo, pero era una emergencia. No le costaba nada atender a dos o como mucho tres clientes por ella.

—Está bien, ve con tu hermano y ve llamando a la ambulancia, tu no vivías lejos de aquí, ¿no?

Por obvios motivos, no iba a revelar cómo sabía eso, no es como si no las hubiera seguido por un día entero.

Para nadaaa.

—Gracias, gracias gracias gracias! Te juro que te invitare un cafe o algo —Se le abalanzo encima por un abrazo, sin que la de pelo negro llegara a reaccionar, correspondió el corto abrazo—

Mas la chica parecía aliviada y no hizo preguntas. Literalmente empezó a agarrar sus cosas y largarse, entre llamadas entrecortadas por el internet lento, pánicos y algunos agradecimientos extras de por medio a la azabache.

Oh, bueno. Al menos podría disfrutar de un silencio acogedor por unos diez minutos.

Los pocos clientes se iban yendo, dejando aquel café vacío con los dos gatos y una cocinera callada.

Limpio las mesas, dándose un plus de las propinas que dejaban los extranjeros, ella no tenía el código de no aceptar propinas. Dinero era dinero, al fin y al cabo.

Dejó a los gatos en sus camas, terminando de limpiar las mesas para dejar todo lo más impecable posible.

A cinco minutos, el sonido de la campana sonó por el sitio. ¿Un cliente algo indeseable? A quien se le ocurría entrar a esa hora?

Ojalá pudiera darle un golpe. Más simplemente suspiro y se dio la vuelta, dando una pequeña reverencia.

—Bienvenido estimado cliente, ¿Qué desea? —Preguntó, por cortesía y protocolo—

Bloodstain.(𝑩𝑵𝑯𝑨)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora