El juego

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El destino.

Puede ser eso...

Quizá Dios es algo cruel con sus seguidores.

Quizá todo debía pasar de esta manera.

Pero hay veces en las que la vida puede cambiar drásticamente por simples acciones que hacemos y parecen inofensivas en su momento.

Pero no, no lo son.

Todo lo que hacemos, cada una de nuestras acciones, son el lápiz con el que trazamos nuestro futuro.

¿Qué me podría esperar a mí? Tenía una vida tranquila. Amigos leales, un trabajo muy bueno, mi propia casa, mi familia, mis padres, tenía pretendientes. Era una joven adulta con una vida un poco monótona pero era feliz.

Todo cambio cuando los conocí...

Los hermanos Siux.

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Entré a mi café favorito luego de mi trabajo como maestra de secundaría. Me había despedido de mi mejor amiga puesto que su novio la había buscado para ir a cenar.

Me senté en una mesa a pedir mi café habitual. Suspiré soñadora al imaginarme cenando con algún chico que me ame tanto como yo a él.

Mi café llegó y le agradecí al mesero para comenzar a tomarlo con cuidado porque estaba caliente. A lo lejos logré ver a dos hombres hermosos, parecían de mi edad. Se parecían mucho físicamente, uno era rubio de ojos azules y el otro tenía el cabello negro y ojos verdes.

Par de sementales.

Ambos me miraban con sonrisas cómplices y yo les devolví una sonrisa tímida. El rubio le hizo una seña al otro y se acercaron a mí con paso decidido. Mis ojos se agradaron al notar la acción pero decidí actuar lo más normal posible.

-Tienes una sonrisa encantadora-me sonrió el pelinegro y sentí mis mejillas arder.

-Gracias-respondí sorbiendo mi café.

-¿Podemos acompañarte?-preguntó el rubio.

-Claro-respondí.

Quizá de no haber dejado que ellos se sentaran conmigo, de no haber sido tan coqueta, quizá solo así mi vida no hubiera cambiado tanto.

¿Cómo algo tan simple podía provocar algo tan horrible?

-Y dime algo linda ¿hay alguien especial en tu vida?-preguntó el rubio.

-No-respondí con simpleza.

Primer error.

-¿Alguien en especial?-preguntó el pelinegro.

-No.

Segundo error.

-¿Nada relevante?

-No. Mi vida es algo aburrida y monótona.

Game Over.

-Oh, es una pena ¿Qué tal si volvemos tu vida un poco más divertida?

-¿Y cómo harían eso?

-Te mostraremos un lugar divertido-me sonrió de forma coqueta el rubio.

Miré a ambos chicos suspicaz, quizá querían llevarme a la cama, nunca había hecho un trío, aunque siempre hay una primera vez para todo.

Color Carmesí /EDITANDO ERRORES/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora