Capitulo 13

2.7K 248 18
                                    

No podía dormir, los nervios me mataban cada vez más.

¿Es posible que un chico te pueda tener de esta manera? E inclusive hacer sentir de una manera única.

Así que aquí estoy, 2 de la madrugada esperando a que el maldito reloj marque 2:59 para salir y poder verlo, admirarlo, incluso si se presenta la ocasión poder besarlo y sentir sus suaves y adictos labios otra vez junto a los míos.

No aguanto tanta tensión en el ambiente y decido bajar a la cocina para prepararme un té de Limón, mi favorito. Eso seguro ayudará a calmar mis nervios... ojalá.

Salgo de mi cama y noto mi pijama, ¿debería cambiarme para ver a Emilio? Me observo por el espejo del pasillo, mi pijama no es tan glamurosa que digamos. Ya que consiste en una sudadera gris y un chandal negro desgastado de tamaño normal, que me alcanza a cubrir demasiado, y a eso le incluyo unos calcetines para cubrir mis pies del frío. Opto por no cambiarme, ya que me da flojera, y me dirijo a la cocina con suma precaución de no despertar a mis padres. Ya que llego pongo a calentar agua y saco un paquete de sobresitos de té de limón, abro dos y los pongo en el agua. Necesito mucho té.

Mis nervios se intensifican cuando veo la hora 2:43 a.m, ¡diablos!

Explotaré de la desesperación.

No me gusta eso de mí, que por un lado soy nervioso y al segundo me vuelvo impaciente, soy muy bipolar en algunos casos, y este es uno.

Escucho que algo hierve, volteó y veo mi té apunto de evaporarse, ¡maldita sea! Eso me pasa por ser tan distraída. Lo sirvo en una taza y me siento en la mesa, tomo con delicadeza para no quemarme pero me es difícil ya que me tiembla la mano.

Inhalo y exhalo, una y otra vez, ya que consigo calmarme un poco, tomo de mi té, su sabor a limón con azúcar impregna mi boca, delicioso. Miro el reloj con la mayor calma posible; 2:56.

¿QUE? ¿Cuánto me tardé en tranquilizarme? Soy todo un caos.

Me levanto de la silla y camino a la puerta principal, vuelvo a observar el reloj 2:59, es hora. Abro la puerta cuidadosamente y ahí está él, otra vez.

- Hola, Fuiste puntual.

- Claro que sí, me mataba no saber lo que me ibas a decir.- Le respondí obvio.

- Ya lo veo.- observó mis ojos con una rápida mirada. Seguramente tenía unas enormes ojeras debajo de ellos.

- ¿Me dirás de una vez? Me está matando no saber.- Él se echa a reír.

¿Qué tiene de chistoso?

- Calma, cariño, todo a su tiempo.

- No te entiendo. Específica.

- Todo a su tiempo, por lo pronto, sólo te diré que me gustas.- no puedo evitar sonrojarme, Dios, le gusto.- Desde que te vi... Me llamaste la atención, quise saber sobre ti, era algo inevitable. No lo controlaba, y ahora reflexioné y me dije que valía la pena estar con alguien como tú. O por lo menos intentarlo.

- No me conoces lo suficiente.

- Cariño, eso es parte del proceso.

Me quedé sin palabras, este chico si sabe como hacerme callar.

- No es necesario que digas algo, no ahora. Solamente quiero que me hagas un favor. ¿Puedes?

- .- le dije con un susurro casi inescuchable. Mi vista se perdió y ahora miraba sus labios.

- ¿Me dejarías besarte, otra vez, por favor?

- No es necesario preguntar.- soltó una leve risa, agarró mi rostro y lo acerco al suyo, al estar a centímetros yo fui la que lo besó. Sus labios tan adictos se movían junto a los míos con una sincronización impresionante.

Cada vez que lo beso me enamoro más de él.

Mi vecino de al Lado (EMILIACO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora